Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLlevamos conviviendo con la pandemia más de un año y en este tiempo han cambiado muchas cosas en nuestra vida: no salimos de casa sin mascarilla, nuestros movimientos están limitados y palabras como control de aforo y gel hidroalcohólico forman parte de nuestro vocabulario diario. También nos hemos acostumbrado al teletrabajo. Durante los primeros meses, porque el confinamiento severo impedía desplazarnos a nuestro lugar de trabajo si no era necesario. Después porque esta forma de trabajar se hace indispensable para controlar el aforo en los lugares de trabajo.
Sin embargo, esta nueva forma de trabajar no presencial tiene un riesgo y es que es más fácil escaquearse. Por este motivo, algunas empresas están contratando a detectives privados para buscar a los empleados que no cumplen con su horario laboral desde casa.
Una empresa solía acudir a un detective privado para investigar bajas laborales fraudulentas. Con la extensión del teletrabajo, los detectives han pasado a hacerse cargo de una nueva labor: hacer seguimientos a empleados que no cumplen con sus horarios laborales.
Hay empleados que “fichan” en remoto y dejan su ordenador encendido como si estuvieran trabajando, pero se marchan de casa para hacer recados o hacer la compra, aprovechan para acudir al gimnasio, realizar tareas de bricolaje o hay quien se marcha a tomar unas cañas con sus amigos. Incluso, hay quien se dedica a atender un negocio particular.
Otro de los aspectos por los que las empresas están contratando investigadores privados es para controlar las cuarentenas. Si el hijo de un empleado da positivo por covid-19, el progenitor debe estar en casa con él. Y, antes la sospecha de que este hecho no es del todo cierto, algunas empresas están contratando este tipo de servicios. Y en ocasiones se han encontrado que esa supuesta cuarentena no existe, porque ni el menor ha dejado de ir al colegio ni están en casa respetando el supuesto confinamiento.
Ante este tipo de hechos, hay que tener en cuenta que, al ser una profesión reglada, los investigadores privados están obligaos a cumplir con el ordenamiento jurídico y respetar los derechos que tiene la persona a la que siguen. Por eso, pueden tomar fotografías y video, por ejemplo, pero no intervenir su línea de teléfono o hackear su ordenador. Por todo esto, el informe que elaboran y las pruebas que aportan junto a él tiene total validez en un juicio, siempre que se cumplan con todos estos requisitos legales.