Las recetas de los expertos para evitar un "recorte dramático" en pensiones
Doménech (BBVA) y Sagardoy proponen una indemnización por despido con la 'mochila austriaca'
El consumo de los hogares se derrumba y el paro subirá al 17,4% este año, según BBVA Research
Rafael Doménech (@rdomenechv) es responsable de Análisis Económico de BBVA Research (@BBVAResearch), el servicio de estudios de BBVA, y catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Valencia. Es una autoridad en pensiones, y de hecho, ha sido miembro del Comité de Expertos sobre el Factor de Sostenibilidad del sistema público de pensiones. Recientemente, reabrió en el Congreso de los Diputados el debate sobre la mochila austriaca, una fórmula que "supone un capital adicional en el momento de la jubilación, si el trabajador no es despedido nunca".
Asegura que "el recorte de pensiones no es mi escenario central", pero evitarlo exige adoptar medidas, y señala la alta tasa de sustitución, "excesivamente elevada en relación con lo cotizado", como una fuente de insostenibilidad del sistema público. Doménech alerta asimismo de que hay que evitar que la crisis post-COVID "tenga efectos permanentes sobre el sistema de pensiones", recomienda transitar cuanto antes hacia un sistema de cuentas nocionales, y afirma que los planes de pensiones de empresa "no tienen ninguno sentido en el mundo al que vamos".
¿Son muy generosas las pensiones en España? "En valor presente, se recibe más del sistema de lo que se ha aportado, en media, algo más del 30%", afirma el analista jefe de BBVA Research, que tiene claro que la financiación europea no será ilimitada ni permanente. Se impone hacer reformas, entre ellas, la de las pensiones, sostiene Doménech.
PREGUNTA.- ¿Será muy dura esta crisis, que nos pilla con los deberes sin hacer en materia laboral y de pensiones, déficit y deuda pública?
RESPUESTA.- La crisis va a tener un impacto muy importante sobre el sistema de pensiones, por la disminución de los ingresos por cotizaciones sociales. El sistema ya tenía un déficit importante antes de la crisis del COVID (en torno al 1,4% del PIB en 2019). Sin duda en 2020 aumentará como resultado de la crisis. Y además irá al alza como consecuencia del incremento de la esperanza de vida, de la jubilación de la generación del baby boom y de que las nuevas pensiones entran en el sistema con un desequilibrio actuarial.
P.- El ministro José Luis Escrivá repite que Europa no exigirá recortes para que España acceda a los fondos post-COVID. ¿Lo cree posible?
R.- No puede esperarse que la financiación de las instituciones europeas sea ilimitada y permanente. Hay que evitar cualquier tipo de complacencia y la tentación de pensar que la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) financiarán indefinidamente a la economía española, independientemente de sus políticas y del cumplimiento de sus compromisos fiscales.
"El recorte de pensiones no es mi escenario central, pero para evitarlo es necesario adoptar medidas"
P.- ¿Cree que existe riesgo de congelación de las pensiones, como en la crisis precedente, o incluso recortes?
R.- De esta crisis vamos a salir con una deuda pública muy elevada. Si no se aborda la reforma de pensiones y se garantiza la estabilidad presupuestaria, se corre el riesgo de entrar en una dinámica de insostenibilidad de la deuda, que aumentaría la incertidumbre y el coste de financiación de la economía española. Fue lo que pasó en Grecia tras la Gran Recesión, lo que dio lugar a un recorte muy importante de sus pensiones. No es mi escenario central, pero para evitarlo es necesario adoptar medidas y no caer en la complacencia de que este problema se arreglará solo.
P.- ¿El ministro Ecrivá y el Pacto de Toledo tienen las manos atadas?
R.- Creo que no. Hay mucho margen de maniobra para realizar reformas de nuestro sistema de pensiones como las realizadas por otros países europeos. Recientemente hemos visto cómo ha salido adelante una iniciativa como la del Ingreso Mínimo Vital y perfectamente podría salir adelante una reforma del sistema de pensiones que resolviera los problemas de su sostenibilidad de una manera eficiente y equitativa.
P.- Los economistas afirman que el sistema de pensiones español es muy generoso...
R.- El sistema de pensiones en España proporciona pensiones que en valor presente son más elevadas (más de un 30% de media) que lo cotizado durante toda la carrera laboral, lo que solo es sostenible cuando el número de nuevos trabajadores es mayor que el de nuevos pensionistas; justo lo contrario que el reto al que nos enfrentamos ahora por la generación del baby boom. La mejor solución pasa por transitar cuanto antes a un sistema de reparto sobre la base de cuentas nocionales o individuales, un sistema sencillo, equitativo, transparente, que favorece el empleo y la productividad, e incentiva el aumento de la edad de jubilación. Todo ello da lugar a pensiones más elevadas, aunque la tasa de prestación sea más baja.
El vaciado del Fondo de Reserva "supone perder un margen de maniobra que se agotó con la crisis anterior"
P.- ¿Habrá que subir los impuestos para pagar pensiones? ¿Cuáles?
R.- En la transición hacia un sistema equilibrado y sostenible, no quedará otro remedio que aportar transitoriamente recursos adicionales a la Seguridad Social como ya se está haciendo ahora. Pero hay que evitar que esto sea algo permanente. Y la mejor forma de aportar recursos adicionales al Estado para hacer frente transitoriamente al déficit de la Seguridad Social es mediante reformas estructurales. Reducir la tasa de paro estructural del 16% al 7% aportaría a las arcas públicas 6 puntos de PIB de recursos adicionales, mucho más de lo que necesita el sistema de pensiones.
P.- El Fondo de Reserva está agotado. ¿Es grave, muy grave o da igual, mientras el Estado preste el dinero?
R.- No es un problema, pero sí que supone perder un margen de maniobra que se agotó con la crisis anterior, por no hacer y aplicar las reformas del sistema de pensiones que se necesitaban. Una vez agotado ya no disponemos de ese margen en esta crisis.
"Hay poca inversión en planes de pensiones porque la tasa de sustitución de la pensión pública es muy elevada"
P.- ¿Cómo pagaremos las pensiones cuando empiece a jubilarse el baby-boom?
R.- A corto plazo parece inevitable que con más deuda y más impuestos. Pero deberíamos tratar de que esa solución fuera lo más transitoria posible.
P.- La edad de jubilación es un caballo de batalla, pero ¿cómo jubilarnos a los 67 años si las empresas hacen ERE para trabajadores de 53 años?
R.- Hay vida más allá de los EREs. Pero exige mantener la formación continua a lo largo de toda la carrera laboral. Cada vez hay más personas que trabajan más años hasta edades más avanzadas. Y en otros países la tasa de empleo de las personas entre 65 y 75 años es mucho más elevada que en España. No hay ninguna razón para que lo que es posible en Suecia, Dinamarca, Alemania o Japón no sea posible en España.
"En el mundo al que vamos ya no tienen sentido los planes de pensiones de empresas"
P.- El Gobierno habla de retirar incentivos a los planes de pensiones individuales para impulsar los de empresas. ¿Qué le parece?
R.- Hay poca inversión en planes de pensiones complementarios porque la tasa de sustitución de la pensión pública de reparto es excesivamente elevada en relación con lo cotizado, lo que genera un problema de insostenibilidad. Lo que hay que hacer es potenciar esos planes mediante un sistema de pensiones de capitalización complementario al de reparto (similar al NEST británico), de gestión pública en las aportaciones a una única cuenta de cada trabajador o trabajadora (al que irían realizando las aportaciones todas las empresas en las que trabajen), de gestión pública o privada de las inversiones, como decidan y quieran sus titulares. En el mundo al que vamos ya no tienen sentido los planes de empresas. Los trabajadores jóvenes posiblemente van a trabajar en varias o muchas empresas a lo largo de sus carreras laborales y no parece razonable que en cada una de ellas dejen un plan de pensiones.
P.- Mochila austriaca: ¿quién se opone más a ella, las empresas o los sindicatos?
R.- Creo que no se entienden muy bien las ventajas y características de la mochila austriaca. En Austria y otros países salió adelante con el acuerdo de empresas, sindicatos y de los gobiernos. Al aplicarse solo a los nuevos contratos, permite una transición muy gradual. Es una manera de que las empresas provisionen anticipadamente la posible contingencia de un futuro despido, como hacen cuando amortizan sus inversiones productivas. Los trabajadores van acumulado el capital provisionado por las empresas en las que trabajan y, si no son despedidos nunca, supone un capital adicional en el momento de la jubilación.
"La mochila austriaca supone un capital adicional para la jubilación, si el trabajador no es despedido nunca"
P.- ¿Cuáles son las reformas inmediatas para que la crisis sea en V, como parece esperar la ministra Nadia Calviño?
R.- La crisis, en el mejor de los casos, tendrá la forma de una V asimétrica con una recuperación más gradual y, es posible, que incompleta. Hay que evitar que la crisis tenga efectos permanentes sobre el sistema de pensiones y que la crisis no dé lugar a un aumento del desempleo estructural y del paro de larga duración, a una caída permanente de rentas y a un incremento de la desigualdad. Para ello es fundamental trabajar en varios frentes. Primero, realizar una desescalada segura y eficiente que lleve a la economía a la frontera de posibilidades de maximización de la seguridad sanitaria y de la actividad económica. Segundo, la cooperación, ayuda y coordinación internacional, especialmente en la UE a través de un fondo de recuperación y políticas comunes, son absolutamente necesarias. Tercero, las políticas de demanda y de rentas no bastan. La crisis requiere políticas de oferta para afrontar los nuevos retos y las exigencias del cambio climático y de la transformación digital en marcha. Y también reformas en el sistema de pensiones.
"Ahora es fácil decir que debíamos haber actuado antes, como hicieron otros países. Pero posiblemente sería injusto"
P.- ¿Es partidario de exigir responsabilidades por lo que se hizo mal en la pandemia?
R.- Una vez conocido el problema al que nos enfrentábamos es fácil decir que debíamos haber actuado antes como hicieron otros países. Pero posiblemente sería injusto. Para evaluar lo que funcionó mejor y peor están las comisiones parlamentarias. Creo que lo más importante es aprender de todo aquello que se podría haber hecho mejor y de los países que han tenido una menor incidencia sanitaria y económica, y prepararnos para otras pandemias en el futuro.
P.- ¿Cómo pagará España el aumento del gasto por el COVID-19?
R.- Básicamente, con un aumento del déficit y de la deuda pública. Pero para evitar su insostenibilidad, no basta con pequeños retoques en los ingresos y gastos públicos. Es necesario un amplio conjunto de medidas con efectos potentes: abordar reformas que aumenten el crecimiento potencial y los ingresos públicos, racionalizar el gasto público, mejorar la estructura fiscal y, en último término, aumentar los impuestos de forma que perjudique lo menos posible el crecimiento económico, la inversión, la innovación y el empleo.
"Retrasar en exceso la supresión de los ERTE puede mantener innecesariamente empresas zombies"
P.- Los ERTE, las demoras de cotizaciones, los avales… ¿Hasta cuándo hay que mantenerlos?
R.- Hasta el momento que podamos asegurar el empleo en las empresas solventes. Eliminar los ERTE antes de tiempo provocaría la desaparición de empresas y el aumento de la tasa de paro, con el consiguiente coste para las finanzas públicas de las prestaciones por desempleo. Retrasar en exceso la supresión de los ERTE puede mantener innecesariamente empresas zombies que no puedan sobrevivir sin estas ayudas permanentes, lo que impide la reasignación de factores productivos a otras empresas solventes, supone una competencia desleal y un uso ineficiente de los impuestos.
P.- Sostiene usted que no es momento de derogar la reforma laboral. ¿Por qué?
R.- Se centra demasiado el debate sobre la reforma laboral de 2012, cuando hay problemas más relevantes por resolver. El mercado de trabajo en España sigue requiriendo mejoras de eficiencia y equidad, para que sea más flexible y seguro, para reducir la temporalidad, el desempleo estructural y el paro de larga duración, para mejorar las políticas activas del mercado de trabajo y el emparejamiento entre vacantes y trabajadores, y para aumentar la empleabilidad de los desempleados. Derogar la reforma laboral de 2012 es ir en la dirección contraria.