El pasado 12 de abril, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, planteó pagar hasta 12.000 euros (con un máximo de 12.060,12 euros) por cada año que se retrase la jubilación con el objetivo de incentivar que la edad real de jubilación se acerque a la legal. Así lo explicó ante la comisión de seguimiento del Pacto de Toledo del Congreso de los Diputados.
El cheque, que está pensado para estimular la permanencia voluntaria del trabajador en el mercado laboral al cumplir 66 años o más, es una medida con la que el Ejecutivo pretende lograr que los españoles se retiren cada vez más tarde de forma voluntaria, según informa El País.
Sin embargo, el nuevo presidente del Círculo de Empresarios, Manuel Pérez-Sala, considera esta propuesta “un parche” y “absolutamente insuficiente”, demandando una reforma “integral” de un sistema de pensiones que, a su juicio, ya no sirve para la actual realidad, según ha informado Servimedia.
“El problema de las pensiones es tan grave que su solución no se consigue con un parámetro o dos parámetros”, explicó en un entrevista con Servimedia, argumentando que la realidad actual en nada se parece a la vigente cuando fue diseñado el sistema en el año 1978. Por entonces, indicó, los ciudadanos se jubilaban a los 65 años y tenían una esperanza de vida hasta los 75, es decir, “vivían diez años después de jubilarse”, y hoy la esperanza de vida alcanza los 84 años, luego “no podemos seguir funcionando con los mismos parámetros”.
Hay que tener en cuenta además que la situación se agrava debido a la curva demográfica, ya que, si “el número de cotizantes por pensionista en el año 2007 era de 2,7, el año pasado era de 2,2; y las previsiones para el 2050 es 1,2”. La razón: “la población envejece” y la generación del baby boom dispara las pensiones. “Es un tema matemático, no es un tema de opinión, y esto hay que equilibrarlo”, puntualizó.
José Luis Escrivá
Medidas insuficientes
El Círculo de Empresarios se muestra crítico con las recientes medidas adoptadas: “Me parece que es absolutamente insuficiente. Es un parche para decir que se está trabajando sobre el problema, que es lo que ha venido haciendo el Pacto de Toledo durante muchos años: no exponer la realidad de la situación y proponer pequeñas soluciones parciales”, se lamentó Pérez-Sala, animando a que se le cuenta la “realidad” al ciudadano, “que es una realidad muy grave”, y proponerle a continuación “una reforma integral”.
De igual forma, criticó la decisión del Gobierno de rebajar este año el umbral que pueden deducirse los ahorradores que contraten planes de pensiones individuales desde los 8.000 euros a los 2.000, y subir de 8.000 a 10.000 las posibilidades en los planes colectivos para que las compañías construyan en su seno estas huchas para las plantillas. “Es realmente una solución a corto plazo perjudicando una solución a largo plazo”, denunció, y acusó al Gobierno de hacer uso de esta fórmula “porque tiene necesidad de maximizar los ingresos a corto plazo”.
La necesidad de unas cuentas nocionales
“Esta es la historia que estamos viviendo durante los últimos años de forma recurrente, y no es buena. Tenemos que dejar a los ciudadanos la responsabilidad de poder planificar su propio futuro y éste, con el límite que se establezca oportuno, es un mecanismo que ahora los ciudadanos han perdido”, comentó, puntualizando que no se rebaja un ahorro fiscal porque, con la exención tributaria en las aportaciones, el ahorrador solo está difiriendo su pago al momento del rescate de los fondos a su jubilación.
Para arreglar el problema dijo que lo prioritario es “hacer consciente a la opinión pública de la gravedad del problema y adoptar un sistema como se ha adoptado en otros muchos países como Suecia o Italia, que es establecer unas cuentas nocionales” para que “cada ciudadano sepa exactamente cuánto ha contribuido, cuánto ha cotizado al sistema y en función de cuándo se jubile y de su esperanza de vida, qué va a recibir del sistema”. Los ciudadanos “verán que están recibiendo del sistema más de lo que han contribuido” y las personas pendientes de jubilación serán conscientes de que, “para recibir una pensión digna, tendremos que retrasar nuestra gran jubilación, porque de otra manera las cuentas no cuadran”.
Retrasar la edad de retiro como solución
La mejor solución sería retrasar la edad de retiro, según el Círculo de Empresarios, aunque no de forma única. También son partidarios de “computar todas las cotizaciones para decidir cuál es la pensión de jubilación” y establecer la prestación “en función de la esperanza de vida y el momento” del retiro, de forma que “el ciudadano sepa que retrasando ligeramente su edad de jubilación puede recibir mejor pensión”.
Por otro lado, reivindican que hay que ser “responsables a la hora de actualizar las pensiones”. “Un año en el que la inflación ha sido del -0,5%, subir las pensiones un 0,9%, que supone incrementar el poder adquisitivo un 1,4, no es lo más responsable en una situación de crisis como la que vivimos”, criticaron, en referencia a la revalorización acordada este año por el Gobierno pese a que la inflación se redujo el pasado año por la crisis de la Covid-19.
“Como ciudadanos todos tenemos la responsabilidad de afrontar claramente los problemas y jubilar anticipadamente a los trabajadores puede no ser la solución. Habría que buscar otras fórmulas, de jubilación parcial”, comentó Pérez-Sala, desmarcándose de los ajustes en empresas con salidas, en muchos casos, de los empleados mayores. Según explicó, estas salidas agravan al problema ya que “hoy los pensionistas que se jubilan tienen una pensión infinitamente superior a la que tienen otros que ya llevan jubilados mucho tiempo” y se desequilibra más el sistema.