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El Sindicato de Enfermería SATSE (@Sindicato_SATSE) se ha marcado como nuevo objetivo estratégico de la organización la aprobación de una norma que permita acceder a enfermeras y enfermeros a la jubilación anticipada de manera voluntaria, ya que daría respuesta a la problemática que les supone seguir trabajando en condiciones especialmente penosas y duras y mejoraría la atención a ciudadanos y pacientes y el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud (SNS).
En rueda de prensa, el presidente de SATSE, Manuel Cascos, explicó que las enfermeras y enfermeros cumplen los mismos requisitos que otros colectivos profesionales, como los del sector ferroviario, personal de vuelo, profesionales taurinos, policías o bomberos, a los que el Gobierno ya les ha aplicado un coeficiente reductor de la edad de jubilación en virtud de la Ley General de la Seguridad Social.
Esta norma, añadió, prevé que la edad mínima exigida para tener derecho a la pensión de jubilación pueda ser rebajada en aquellos grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y acusen elevados índices de morbilidad y mortalidad.
El modelo que proponen para alcanzar la jubilación anticipada y voluntaria es la de un coeficiente reductor donde se establezca la posibilidad de un mínimo de 15 años en la actividad profesional para acceder a ella, estableciendo una cotización adicional por parte de la empresa y también por parte del trabajador. Así, según este modelo, un enfermero que haya cotizado 35 años podrá jubilarse a los 60, y otro que lo haya hecho durante 39 años, a los 59.
De izda a dcha. Laura Villaseñor, secretaria general de Organización de SATSE; Manuel Cascos, presidente de SATSE, y María Labrador, adjunta a la Secretaría general de Organización de SATSE.
El presidente de SATSE recalcó que la profesión enfermera es ejercida en más de un 85% por mujeres, y al vincularla socialmente a los roles que tradicionalmente se asocian al género femenino del cuidado (hogar, familia…), no se le reconoce suficientemente la gravosidad de sus condiciones laborales.
“La sociedad no percibe la dureza psicológica, el estrés o el agotamiento emocional que provoca el contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte. Por ello, no se están adoptando las medidas de compensación que ayuden a proteger su salud, también en la última etapa de su vida laboral”, apuntó.
Por otro lado, Cascos remarcó que el sistema de jubilación por coeficientes reductores que defiende SATSE no implica una sobrecarga adicional del sistema público de pensiones ni tampoco de la Seguridad Social, ya que prevé una cotización incrementada que se abonará durante toda la vida laboral de cada enfermera o enfermero.
Según dijo, la posibilidad de acceder a la jubilación anticipada para las enfermeras y enfermeros mejoraría la atención a pacientes y ciudadanos y al sistema sanitario en su conjunto, dado que estos profesionales, por la naturaleza de su trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia, que se ve afectados a causa de la evolución cronológica natural de las personas.
Además, el presidente del Sindicato aseveró que el posibilitar la jubilación anticipada de las enfermeras y enfermeros que así lo deseen conllevaría la contratación de nuevos profesionales, rejuveneciendo de esta manera las plantillas en los centros sanitarios.
De cara a lograr este objetivo, SATSE mantendrá reuniones y contactos con responsables del Gobierno estatal, consejerías de Sanidad autonómicas y partidos políticos en el Congreso de los Diputados y Senado y realizará jornadas y actos diversos en centros sanitarios de todo el Estado. Asimismo, difundirá distintos materiales informativos (cartelería, folletos…) y realizará todo tipo de acciones de comunicación online y offline.
Respecto a las condiciones laborales de las enfermeras y enfermeros, el presidente de SATSE subrayó que son especialmente duras y penosas a lo largo de toda su trayectoria profesional, ya que se ven sometidos a numerosos riesgos que son intrínsecos a su profesión y que influyen de manera decisiva en su salud.
Riesgos psicosociales y biológicos
Entre otros, el presidente de la organización sindical subrayó los riesgos de tipo psicosocial, remarcando el hecho de que todos los enfermeros y enfermeras tienen un contacto permanente con el sufrimiento, el dolor, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, lo que supone una carga emocional muy importante que les acompaña a lo largo de toda su dilatada trayectoria profesional.
También aludió a los riesgos biológicos (contagios por cortes, pinchazos…), químicos (medicamentos peligrosos, alergias a material…), físicos y mecánicos (ruidos, iluminación, temperaturas, sobrecarga física, riesgos de caídas, radiaciones ionizantes…) o las agresiones físicas y verbales.
De otro lado, Cascos recordó que su labor conlleva, además, la necesidad de prestar servicios de manera permanente y continuada a lo largo de todo el día y el año, lo que requiere que se trabaje a turnos por las noches, festivos y fines de semana. Todo ello impide al organismo adquirir hábitos naturales de sueño, alimentación y descanso cuya alteración, según multitud de estudios científicos, afectan a su salud y bienestar psicosocial.
A modo de ejemplo, añadió que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluye que los profesionales de turno de noche pierden 5 años de vida por cada 15 años de trabajo en turno de noche, o que un estudio publicado por American Journal of Preventive Medicine concluye que existe mayor mortalidad asociada al turno de noche, de hecho, las mujeres que trabajan en turno de noche presentan un riesgo de muerte de un 11% más.