Cada jubilado en España recibe una media de 1,74 euros por cada euro que aportó a través de sus cotizaciones durante su vida laboral. Una cifra que, a las puertas de la mayor subida de las pensiones de la historia al ligar su revalorización a una inflación que lleva todo el año mermando el poder adquisitivo de los pensionistas, corroboraría la idea de que el sistema de pensiones de la Seguridad Social en España es generoso, sobre todo si lo comparamos con otros países de nuestro entorno. Sin embargo, esos 1,74 euros que reciben los pensionistas por cada euro aportado es una media que oculta tras de sí importantes diferencias entre pensionistas.
Es una de las principales conclusiones del Banco de España en su informe ‘Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones’ que obtiene a partir del cálculo del Coste por Pensión Unitaria (CPU) para las distintas clases de pensión, a partir de las altas de pensiones de jubilación de 2017 y utilizando la Muestra Continua de Vidas Laborales.
El informe del Banco de España reconoce una dispersión importante a lo largo de la distribución y por clase de pensiones. Así, en el caso de las nuevas altas de jubilación, ese Coste por Pensión Unitaria (CPU) es de algo más de 2 euros. Es decir, que se llega a duplicar lo cotizado y, en los percentiles más altos, se llega incluso a triplicar. Ahora bien, el dato se reduce notablemente en el caso de las pensiones anticipadas, ya que la cifra es de 1,39 euros.
En el caso de las pensiones demoradas voluntariamente, es decir, las que corresponden a los trabajadores que han decidido alargar su vida laboral por voluntad propia, la cifra es la misma que la media: 1,74 euros. Así, en virtud de esta CPU, cabría concluir que no compensa alargar la vida laboral con el objetivo de recibir una mejor pensión. Por su parte, las pensiones procedentes de jubilación parcial alcanzan los 1,89 euros.
Tal y como explica el informe del Banco de España, firmado por María Moraga y Roberto Ramos, en un sistema de pensiones de reparto como el nuestro, puede entenderse como un mecanismo de inversión en el que los participantes aportan fondos durante su vida activa (las cotizaciones sociales) con objeto de recibir en el futuro dichos fondos junto con un cierto rendimiento acumulado, en forma de renta vitalicia (la pensión que se percibe durante la jubilación). Desde esta perspectiva, el sistema lleva asociada una rentabilidad, que no es más que la relación existente entre los fondos aportados durante la vida activa y las prestaciones que se obtienen durante la jubilación.
Bajo esta premisa, el informe estima que el sistema de pensiones proveería un rendimiento medio real del 3,5% anual. Por tipos de pensión, las jubilaciones ordinarias generarían un rendimiento medio mayor (4,1%), frente a las altas procedentes de jubilación parcial (3,9%), jubilaciones demoradas voluntariamente (3,7%) y jubilaciones anticipadas (2,8%).
