El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, va desvelando con cuentagotas sus planes para las dos grandes reformas de las pensiones que tiene que negociar con los agentes sociales antes de finales de 2022: por una parte, la extensión del periodo de cómputo de las pensiones, y por otra, el destope tanto de la base máxima como de la pensión máxima. Ambas son medidas prometidas a Bruselas y consignadas por escrito por el Gobierno español en el Plan de Recuperacióón, dentro del componente 30.
Este lunes, Escrivá ha avanzado que pretende llevar a cabo el destope de la base y la pensión máxima "equivalentemente" y en un plazo "gradual y suave" de unos 30 años, lo que contribuirá, junto con la sobrecotización introducida por el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), a "rellenar" de ingresos el sistema de pensiones en las décadas de 2030 y 2040, las más tensionadas por el gasto que supondrá la jubilación masiva del baby boom.
Los expertos consultados por 65YMÁS consideran que, sobre el papel, el doble destope de la base máxima de cotización, fijada en 48.841,2 euros anuales, y de la pensión máxima, de 37.904,86 euros al año, conllevaría un aumento de las cotizaciones y por tanto de los ingresos, y quizá podría contribuir a mejorar la equidad del sistema, pero avisan de que, en todo caso, no es la panacea y tiene una cara oculta. "Debería hacerse con cautela, ya que para algunas empresas puede suponer un aumento importante del coste laboral y, al mismo tiempo, suponer una disminución del salario neto de los afiliados por la parte de cotización a la Seguridad Social que les corresponde", según reflejaba un informe del Observatorio de Pensiones de Willis Towers Watson.
Medida "política y cortoplacista"
Tal como advierte el catedrático y subdirector de FEDEA, José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), "aumentar las bases máximas y las pensiones máximas es una medida atractiva desde el punto de vista político, pues garantiza un mayor nivel de ingresos por cotizaciones a la Seguridad Social a corto plazo. Pero no olvidemos que los mayores ingresos de hoy, se convertirán en mayor gasto futuro, por el destope también de la pensión máxima. Por lo tanto, se trata de una medida cortoplacista que no soluciona los problemas, de hecho, puede que hasta empeore la sostenibilidad del sistema".
Según Conde-Ruiz, el destope anunciado por el ministro va dirigido a tratar de obtener mayores ingresos a corto plazo, para dar la sensación de que las cuentas mejoran, pero "el problema será grave dentro de 20 años, cuando estemos en el pico de jubilados del baby boom, y para entonces, habrá que pagar pensiones más elevadas debido al destope que se negocia en la actualidad".
Para Enrique Devesa (@DevesaCarpio), profesor titular de Economía Financiera y Actuarial de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, "con la información dada por Escrivá no se pueden hacer cálculos, pero de entrada, si la pensión máxima (como todas las pensiones) se revalorizan con el IPC ya hay una senda de crecimiento que se puede proyectar. Entiendo que subirá por encima de esta revalorización, pero no se sabe si la base máxima va a seguir la misma pauta de crecimiento. También hay que recordar que se parte de una situación donde la base máxima es un 30% superior a la pensión máxima, y no se dice si esta "brecha" se reducirá paulatinamente. Las posibilidades son casi infinitas y hacer una valoración ahora mismo es muy difícil".
Duda: equivalencia de cotización/pensión futura
Una de las grandes incógnitas del doble destope es si las mayores cotizaciones que se pagarán tras el destope (se haría a corto plazo) generarán de verdad unas pensiones futuras equivalentes en valor. Así lo expone Rafael Doménech (@rdomenechv), responsable de Análisis Económico de BBVA Research: "Si el sistema estuviese en equilibrio, sin un déficit estructural creciente, sometido a las presiones de la jubilación del baby boom y del aumento de la esperanza vida, sin incertidumbres sobre la evolución demográfica futura y con una contributividad bien definida (no alterada por aumentos en el pasado de la base de cotización que no se han visto compensados por incrementos de la pensión máxima), el destope gradual debería ser neutral para las expectativas de empresas, trabajadores y futuros pensionistas. El problema es que las condiciones de partida en España no son precisamente esas, cuando algunas medidas recientes han aumentado la presión de gasto en pensiones del sistema. Todo ello genera serias dudas de que los ingresos que ahora se anticipen vayan a devengar pensiones futuras equivalentes en términos de valor presente descontado."
Esa es una de las dudas que resalta José Antonio Herce (@_Herce), doctor en Economía y socio fundador de LoRIS Retirement, para quien el ministro ha efectuado "un primer anuncio moderado, pero es de esperar que los destopes van a venir rápido, porque la Seguridad Social necesita recaudación y además los políticos no miran a sus sucesores, sino que les interesa su legislatura. Y esto va a encarecer el empleo, sin que las pensiones vayan a subir, porque las personas a quienes se les destope ahora la cotización pueden tener desde 16 hasta 60 y tantos años, así que los más jóvenes van a pagar muchos años ese destope, antes de recibir una pensión que vaya usted a saber quién la dicte en su momento".
Para Herce, "la idea de subir ya las bases de cotización, para luego ver cómo vamos subiendo la pensión máxima, si gradualmente, poco a poco o a largo plazo... no parece muy halagüeña. Porque habrá un periodo en el que nos sacarán ingresos por cotizaciones del bolsillo, pero no nos devolverán nada. Yo creo que habría que cambiar la fórmula de cálculo de las pensiones, pasando a un sistema de aportación definida que tuviera en cuenta toda la vida laboral. Porque esto de poner tuercas y tornillos en un mecano de hace décadas es bastante disfuncional".
Sindicatos: "Quienes más cobren, que coticen más"
En principio, los sindicatos ven con buenos ojos suprimir el tope de la base y la pensión máximas, aunque el ministro aún no les ha planteado una senda exhaustiva de cómo, cuándo y a qué ritmo pretende llevarlo a cabo, que sí ha ido apuntando en sus declaraciones en los medios de comunicación.
El sindicato CCOO respaldaque se aborde el cambio de las bases máximas y de la pensión máxima. "Se debe y puede implantar de forma que tenga un efecto de mejora de ingresos evidente, tanto de inicio como en términos netos a lo largo del tiempo. Que el ministro se muestre sensible a ella es positivo, aunque parece precipitado que de por hecho cuánto suben, en cuánto tiempo y a qué ritmo, sin contar con acuerdo en el marco del Diálogo Social", critica Carlos Bravo (@carlosbravofdez), secretario de Políticas Públicas y Protección Social.
A su juicio, sería deseable que Escrivá "fuera un poco más prudente y así evitaría tener que ir corrigiendo la posición del Gobierno, como ya ha ocurrido en otras ocasiones. En cualquier caso, este proceso tiene que abordar más materias (seguir profundizando en el refuerzo de los ingresos, pensiones mínimas, medidas sobre brecha de género,…) pero aún es precipitado hablar de cómo se va a resolver cada uno", detalla Bravo.
Asimismo, Cristina Estévez (@CrisEstevez_UGT), secretaria de Política Institucional y Políticas Territoriales de UGT, critica que el ministro haga "manifestaciones tan sui generis que además no están sustentadas por ninguna documentación, por lo que es imposible hacer una valoración. Nosotros valoramos las propuestas oficiales que nos llegan a la mesa de diálogo, no las ocurrencias del ministro, y más si las cuenta de este modo en los medios de comunicación".
Estévez recuerda a Escrivá que las medidas de reforma "tiene que explicárselas a los agentes sociales en la mesa de negociación pertinente, con documentación y argumentación que sostenga todo lo que va contando en la prensa, porque con nosotros es con quien el ministro tiene que llegar a un acuerdo. No es factible que nos enteremos de las cosas por los medios de comunicación, porque encima, dependiendo del foro en el que esté el ministro, dice una cosa o la contraria".
La 'trampa' de anticipar ingresos y el coste laboral
Puede tener sentido que se paguen más cotizaciones a la Seguridad Social por las rentas del trabajo, que son las que más dinero generan, para que se pueda lograr una pensión más alta, asegura Pau Moserrat (@pmonserrat), economista y profesor asociado de la UIB y CEO de Futurfinances.com. Sin embargo, "teniendo en cuenta que en un futuro habrá un incremento de costes, porque las pensiones serán más altas, esta es una medida cortoplacista que lo que hace es anticipar ingresos. No es una medida de equilibrio del sistema, ya que los ingresos que se obtienen hoy se convierten en más gastos en un futuro. Es como tapar un agujero".
Monserrat pone de relieve otra consecuencia: "Se va a incrementar un poco el coste del empleo, tanto del trabajador como de la empresa", cuando se quite el tope actual de cotización a quienes más ganan.
Por su parte, Mariano Jiménez (@MjimenezLash), presidente de OCOPEN y director general en Cpps Asesores, advierte: "El proceso de destope de la base de cotización máxima redundará sin duda en mayores ingresos para el sistema para los próximos años, pero es importante que sea gradual para que pueda ser asumido por las empresas en la evolución de sus costes laborales. Lo que es importante es que vaya acompañado de un incremento equivalente de la pensión máxima para garantizar la contributividad y la equidad actuarial, algo que no ha sucedido en los últimos años".
Este experto en pensiones, jubilación y previsión social recuerda cómo, de 2010 a 2022, "el diferencial entre la base de cotización máxima y la pensión máxima ha aumentado del 23% al 32% actual. Garantizando en este proceso la necesaria equivalencia entre incremento de base máxima y pensión máxima, los efectos de la reforma mejorarían en parte y, al menos en el corto plazo, la sostenibilidad del sistema por los diferentes efectos temporales de la subida de bases de cotización y, por tanto, subida inmediata de los ingresos, y de la subida de prestaciones (pensión máxima) y, por tanto, de los gastos, que en este caso se materializarían en un momento más lejano".
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).