Este sábado, 11 de febrero, Francia vive su cuarta jornada de huelga general, convocada por los sindicatos, los partidos de oposición de izquierda y los estudiantes, para tratar de parar el proyecto de Ley de reforma de las pensiones, aprobado por el Consejo de Ministros el 23 de enero y que se debate ahora en la Asamblea Nacional.
Reformar la jubilación es una promesa de campaña del presidente, Emmanuel Macron, y su proyecto final pretende subir la edad de retiro, desde los 62 años actuales, hasta los 64 en 2030, para lo cual irá aumentando en tres meses al año a partir del 1 de septiembre de 2023. Asimismo, se incrementará el período de cotización, desde 42 años actuales a 43 años en 2027 (o 172 trimestres) para cobrar el 100% de la pensión, a razón de un trimestre adicional por año (hasta ahora, la ampliación estaba prevista para 2035).
Los paros y protestas contra el endurecimiento de la jubilación se multiplican en ciudades y pueblos de todo el país, pero tienen su punto fuerte en la capital, París, con una manifestación que parte a las 13 horas de la Plaza de la República, en dirección a la Plaza de la Nación.
Este cuarto día de huelga general se produce después de las mantenidas los pasados 19 y 31 de enero y 7 de febrero. Los paros van perdiendo fuelle: el 31 se echaron a la calle entre 1,3 y 2,5 millones de personas, según cifras del ministerio de Interior y de los sindicatos, respectivamente; el 19, logró reunir a entre 1,3 y dos millones; y el pasado martes, 7 de febrero, siguieron la huelga unos 757.000, según la policía, aunque el sindicato CGT asegura que fueron dos millones.
Pese a esta aparente pérdida de fulgor huelguista, los sondeos indican que 7 de cada 10 franceses están en contra de la reforma de Macron. De hecho, la Intersindical, que reúne a los ocho principales sindicatos, ha acordado realizar una quinta jornada de huelga el próximo jueves, 16 de febrero. “La población apoya más que nunca a todas las organizaciones sindicales, profesionales y juveniles que se oponen a la elevación de la edad legal de jubilación a los 64 años y a la ampliación del período de cotización. Más de 9 de cada 10 trabajadores rechazan la reforma, más de dos tercios de la población apoya las movilizaciones”, afirma la organización Intersindical, remachando que “muchos expertos se han pronunciado para denunciar la injusticia y la brutalidad de esta reforma”.
En este sentido, tanto Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), como Laurent Berger,secretario general del sindicato CFDT, denuncian que el país se hallan "ante una reforma de las finanzas públicas, que se quiere hacer pagar a los trabajadores, aplazando la edad legal de jubilación, por el mero hecho de que exista déficit público".
El principal partido de izquierda movilizado contra la reforma de Macron es el grupo La Francia Insumisa, que preside Jean-Luc Mélenchon, para quien "no pueden existir pensiones por debajo del salario mínimo para quienes se jubilen con una carrera de cotización completa. Si se supone que el SMI es, precisamente, el nivel salarial imprescindible con el que se puede vivir, ¿cómo vamos a decirle a un jubilado que él no necesita ese mínimo?”. Este partido defiende la jubilación a los 60 con 40 anualidades de cotización. "Al defender la reducción del tiempo de trabajo en la jornada, en la semana y en la vida, nos inscribimos en línea histórica del movimiento obrero, del cual somos herederos".
Cambios clave de la reforma de Macron
El proyecto de Presupuesto Rectificativo de la Seguridad Social, en el que se incluye esta reforma de las pensiones en Francia, supondrá “un ahorro de 18.000 millones de euros en el año 2030”; un ahorro que debería permitir equilibrar el sistema e introducir "más justicia", según el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt.
Además del retraso de la edad de jubilación y del aumento de los años cotizados, otras medidas contenidas en este proyecto de reforma son estas:
- Pensión mínima de 1.200 euros para los futuros jubilados.
- Eliminación de regímenes privilegiados: el Gobierno pretende suprimir ciertos privilegios de los que gozan determinados empleados de empresas públicas, de energía y de transportes, por ejemplo.
- Jubilación anticipada: la reforma suaviza los requisitos para quienes empezaron a trabajar antes de los 20 años, que podrán jubilarse dos años antes. También se mejora el tratamiento para trabajadores con trabajos penosos o peligrosos.
En frente del Gobierno, la oposición radical de los sindicatos, partidos de izquierda, organizaciones juveniles y de estudiantes y jubilados. Para ellos, según explicaban recientemente a 65YMÁS fuentes oficiales del sindicato CGT, "todos los jubilados se verán afectados por el aplazamiento de la edad de jubilación a los 64 años y las 43 anualidades para tener una pensión completa. Todos tendrán que trabajar más tiempo y las personas mayores permanecerán desempleadas o con ingresos sociales por más tiempo, ya que la mayoría de las personas mayores ya no están trabajando cuando se jubilan. Esta reforma es injusta y brutal para todos, ya sean empleados del sector privado, el público, una pequeña o una gran empresa".
NUEVO CALENDARIO DE JUBILACIÓN CON LA REFORMA MACRON
Fuente: Gobierno francés (Pinchar imagen para tamaño completo)
Regímenes especiales que desaparecerán...
Si el Gobierno galo consigue sacar adelante su ley, tal como la ha aprobado en Consejo de Ministros, procederá a suprimir cinco regímenes planes especiales de jubilación. Sin embargo, los trabajadores actuales de dichos sistemas, mantendrán sus condiciones especiales hasta que se jubilen, de forma que el paso al régimen general de Seguridad Social tan solo afectará a quienes entren a trabajar desde el 1 de septiembre de 2023.
Estos son los regímenes especiales que desaparecerán:
1.- El régimen de las industrias de Electricidad y Gas, que en estos momentos permite el retiro de sus trabajadores entre los 55 y 57 años, para el personal en servicio activo o insalubre, y para los demás, entre 60 y 62 años.
2.- El personal rodante de la RATP (red de transportes parisinos),con opción de jubilarse desde los 52 años, mientras que los empleados en labores de mantenimiento pueden hacerlo a los 57. El resto tienen que esperar a los 62 años.
3.- El régimen de trabajadores del Banco de Francia, sistema de capitalización, permite el retiro entre los 60 y 62 años.
4.- Los empleados de notarías, que ahora pueden jubilarse entre los 60 y 62 años.
5.- La reforma de Macron también prevé eliminar el régimen para los ex miembros del Consejo Económico, Social y Medioambiental-
... y regímenes privilegiados que se mantendrán
En su proyecto de reforma y de endurecimiento de la jubilación, el Gobierno de Macron no ha querido tocar el régimen de los marineros (existen 27.500 cotizantes y 65.000 pensionistas en él), ni tampoco modificará el sistema de acceso al retiro que tienen los trabajadores de la Ópera de París, ni suprimirá las condiciones de jubilación del personal de la Comédie-Française.
Y, sobre todo, el Ejecutivo galo mantendrá las ventajas de que goza el personal de la función pública. Y ello, a pesar de que las pensiones de los funcionarios (régimen donde hay 2 millones de cotizantes y 2,5 millones de jubilados) cuestan alrededor de 53.200 millones de euros anuales, mientras que por cotizaciones solo ingresa unos 14.000 millones. El déficit recurrente de este régimen de la Seguridad Social francesa lo tiene que sufragar el Estado.
Gran movilización juvenil por las pensiones
En estas manifestaciones y acciones de protesta contra la reforma de pensiones de Emmanuel Macron, los jóvenes participan de manera activa, ya que entre los batalladores se encuentran los estudiantes, los jóvenes en general; una generación que, ante una precariedad creciente, teme ser sacrificada toda su vida y recibir pensiones de miseria. Así lo denuncian las principales organizaciones estudiantiles, Fage, Unef, FIDl y UNL.
Asociaciones de estudiantes como L'Alternative, Le Massicot, Voix Lycéenne, Jeunes Écologistes, Jeunes Insoumis se han sumado a la lucha contra el endurecimiento de las pensiones. Y es que los jóvenes franceses ven seriamente amenazado su derecho a la jubilación. Aseguran que el retraso de la edad legal de retiro aumentará el paro, especialmente entre los jóvenes, que ya son 2,5 veces más víctimas que la media de la población.
"Para sobrevivir, solo nos quedarán trabajos precarios, dolorosos y alienantes; tendremos cotizaciones y pensiones de miseria. Para nuestros padres y los mayores, el aplazamiento de la edad de jubilación les condenará, o bien a romperse la espalda, o bien a jubilarse anticipadamente con unas pensiones miserables", denunciaba recientemente L’Alternative, que reúne a sindicatos y asociaciones de estudiantes de toda Francia.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).