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El límite de gasto aprobado este martes por el Consejo de Ministros incorpora una transferencia del Estado a la Seguridad Social de 18.396 millones de euros para 2022, cifra que es un 32,1% superior a la transferencia "equilibradora" realizada en el Presupuesto de este año y que ascendía a 13.929 millones.
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha explicado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que las próximas cuentas públicas serán las primeras en las que se incorporará el compromiso de que el Estado asuma los gastos impropios de la Seguridad Social.
No obstante, ha señalado que la cifra de gastos impropios asciende a 22.000 millones de euros y que "a lo largo de la legislatura se cumplirá con el compromiso de asumir la parte correspondiente de gastos impropios para liberar al sistema de otros compromisos que no son estrictamente la sostenibilidad del sistema de pensiones".
"A veces la mezcla de este tipo de gastos puede dar la impresión falsa de que el sistema no será sostenible en el futuro", ha apuntado, tras dejar claro que las pensiones de ahora y del futuro están "plenamente garantizadas" y remarcar que el objetivo del Gobierno es que se vayan actualizando las pensiones con el IPC de manera que los jubilados españoles no pierdan poder adquisitivo.
Con el 'ok' de Hacienda
Precisamente, hace unos días, el ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, señalaba que el acuerdo para la primera parte de la reforma del sistema público de pensiones contempla que todo aumento de gasto en las cuentas de la Seguridad Social ajeno a las pensiones deba contar con el visto bueno del Ministerio de Hacienda.
Igualmente, el titular de Seguridad Social reivindicó el traspaso de los gastos impropios con el fin de contar con una "imagen fiel" de la salud financiera del sistema público de pensiones y comprobar así que España presenta un menor gasto en pensiones que el resto de países europeos de modelos de reparto, un "punto de partida sólido" para abordar la entrada en el sistema de las generaciones más numerosas, los llamados 'baby boomers'.
En este sentido, Escrivá también incidió en que este reto es de naturaleza temporal, entre los años 2025 y 2050, que a partir de 2040 se inicia un descenso en las previsiones de gasto y que a partir de 2050 se alcanzan niveles de gasto similares a los que registra el sistema en estos momentos.