La reforma de las pensiones en la que trabaja el Gobierno prevé articularse en dos grandes bloques que se irán aprobando -y aplicando- por partes. Las medidas que esta semana el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá presentó en la Comisión del Pacto de Toledo, y que está negociando con los agentes sociales y Europa, forman parte del primer bloque. Del segundo aún no sabemos demasiados detalles, más que los epígrafes y asuntos que abordarán. Pero Escrivá ya ha querido marcar una hoja de ruta.
En vigencia desde diciembre de 2020: traspaso de los gastos impropios
Cuatro quintas partes del déficit de la Seguridad Social previo a la pandemia ya están cubiertas en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de este año.
Ahora bien, en relación a ese traspaso de gastos impropios de la Seguridad Social al Estado, aún quedan elementos pendientes que se irán incorporando a lo largo del año. Como apuntó Escrivá, se trata subvenciones implícitas a regímenes especiales, contratos de formación; complemento para reducir la brecha de género; integración de lagunas; coste de la pensión de jubilación anticipada; involuntaria en edades inferiores a la edad ordinaria de jubilación; complementos de prestaciones contributivas, sujetos a límite de ingresos; así como una cuantía equivalente a 3 puntos de cotización por desempleo.
La asunción completa por el Estado de estos ‘gastos impropios’ supondrá la eliminación del déficit presupuestario en 2023.
Último trimestre de 2021: vínculo con el IPC, edad de jubilación y pensión de viudedad en parejas de hecho
En el primer bloque de medidas se encuentra el mecanismo permanente de revalorización que garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los pensionistas. La idea inicial de Escrivá, y que ahora mismo negocia con los agentes sociales es que la referencia sea el IPC del año anterior y que las posibles contracciones no se apliquen, pero se compensen subidas de la inflación en los siguientes tres años. El horizonte temporal para esta medida es que entre en vigor en último trimestre del año.
Con el objetivo de aproximar la jubilación real a la edad legal, fomentar la permanencia de trabajadores en activo más allá de esa edad legal y evitar la discriminación por edad, el Gobierno prevé tener aprobados, antes de que acaben este mismo año, la modificación de los coeficientes reductores de jubilación anticipada, nuevos incentivos a la jubilación demorada, como el cheque que puede alcanzar los 12.000 euros por cada año que se difiera la jubilación y modificar la jubilación parcial y prohibir que se incluyan cláusulas de jubilación forzosa en los convenios colectivos.
Por otro lado, Escrivá ha anunciado que el segundo bloque de medidas para reformar las pensiones prevé garantizar el acceso de las parejas de hecho a la pensión de viudedad. Sin embargo, dada que considera que este aspecto es urgente, lo adelanta en el calendario, de tal forma que espera trabajar en ello este mismo año, el último trimestre.
Enero de 2022: cotización de autónomos por ingresos reales
Como último punto dentro del primer bloque de medidas se encuentra el desarrollo del nuevo modelo de cotización para trabajadores autónomos, más gradual y flexible, adaptado a la capacidad de pago individual. Escrivá quiere que el nuevo sistema de cotización por ingresos reales de autónomos se aplique a partir del 1 de enero de 2022 con periodo transitorio.
Primer trimestre de 2022: sistema de previsión social complementaria
Ya en el segundo bloque de medidas, y de cara al año 2022, el gobierno se plantea la revisión del sistema de previsión social complementaria, fomentando su desarrollo en el ámbito de las empresas.`
Ultimo trimestre de 2022
Son las últimas actuaciones que formarán parte del segundo bloque de medidas para reformar el sistema de pensiones, y sobre las que Escrivá aún no ha dado muchas pistas. Tan solo que el Ejecutivo prevé:
- Reforma de las bases máximas y la pensión máxima
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Derogación del factor de sostenibilidad y sustitución por un mecanismo de equidad intergeneracional. Esto implica incorporar junto a la evolución de la esperanza de vida, otros indicadores complementarios que en conjunto ofrezcan una imagen más fidedigna del desafío que para el sistema supone el envejecimiento de la población
- Adaptación del periodo de cómputo a las nuevas realidades del mercado laboral.