Miles de franceses han vuelto a salir a las calles de las principales ciudades del país para pedir a diputados y senadores que voten en contra de la reforma de las pensiones propuesta por el Gobierno de Emmanuel Macron que pretende atrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años, con 43 años cotizados.
Las marchas han sido organizadas por los principales sindicatos del país que, en paralelo, han convocado también, por octava vez, una huelga, secundada, sobre todo, en el sector eléctrico, los transportes, las refinerías y la gestión de residuos –miles de toneladas de basuras se han acumulado en Paris durante la última semana–.
Los líderes de los sindicatos CGT y CFDT, Philippe Martinez y Laurent Berger, se han mostrado satisfechos con la movilización. "Si no hubiésemos bajado a la calle, ya se habría votado la reforma", ha afirmado el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, que ha asegurado que la protesta no acabará, aunque los diputados y senadores aprueben la reforma este jueves.
Por su parte, Laurent Berger (CFDT) también ha avisado que aunque se vote finalmente a favor de esta reforma, continuarán expresando su descontento "de una u otra manera".
Recientemente, el canal de televisión BFMTV ha publicado una encuesta de la cual se desprende que seis de cada 10 franceses desean continuar con las movilizaciones después del jueves 16 de marzo, aunque la reforma salga adelante.
Este apoyo es mayor entre obreros o empleados, cerca del 77%. Eso sí, también el 65% de los cuadros superiores apoyan seguir con la protesta.
Con todo, desde otros sectores aseguran que estas manifestaciones y huelgas estarían poco a poco desinflándose y perdiendo apoyos con el paso del tiempo.
La comisión mixta
Cabe recordar que este miércoles se reunieron durante todo el día siete diputados y siete senadores en una Comisión Paritaria Mixta, para llegar a un texto común que se votará previsiblemente el jueves en el Senado y la Asamblea Nacional.
Este órgano está compuesto por cinco senadores y cinco diputados partidarios de la reforma y por dos senadoras y dos diputadas contrarias, en principio, a ésta.
La comisión aprobó el cambio en la edad de jubilación de los 62 a los 64 años y llegó a un acuerdo sobre el texto.
Ahora, está por ver si finalmente la reforma es aprobada por las dos cámaras y el proyecto del presidente Macron consigue los apoyos suficientes en el centro y centroderecha.
Por su parte, la oposición asegura que la votación no está ganada y afirman que no todos los diputados del centroderecha están a favor de este cambio.
"Nadie sabe qué resultado habrá mañana", ha asegurado en la manifestación celebrada este miércoles Jean-Luc Mélenchon, presidente de La France Insoumise, uno de los partidos que se ha mostrado más en contra del proyecto de reforma.
"Un número de políticos de Los Republicanos –partido fundado por el expresidente Nicolas Sarkozy– dicen que el cambio de dos años es demasiado grande", ha avisado.
Por contra, la primera ministra, Elisabeth Borne, ha asegurado que está convencida de que los representantes podrán "llegar a un acuerdo" sobre la reforma.
Cabe recordar asimismo que en los últimos días se ha especulado con la posibilidad de activar el artículo 49.3 de la Constitución que permite aprobar un texto legal sin necesidad de votarlo en las cámaras.
Ahora bien, desde el Gobierno no se han pronunciado claramente a favor de esta opción y desde la oposición han asegurado que se opondrán rotundamente al uso de esta fórmula.