Uno de los aspectos de la reforma de las pensiones que se está negociando desde mediados de 2021 es la modificación del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), para el que el Gobierno plantea nuevas cuotas que serían progresivas y oscilarían entre los 184 y los 1.267 euros mensuales. Dicha oferta consiste en un sistema flexible de 13 tramos que irían desde ingresos por debajo de los 600 euros al mes hasta más de 4.050 euros, admitiendo la posibilidad de cambiar de tramo hasta seis veces al año.
El nuevo sistema adolece de bastantes deficiencias, según la mayoría de expertos, además de concitar por ahora el rechazo de la patronal CEOE y de buena parte de las organizaciones de autónomos.
Según un informe recién publicado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (@Ivie_news), aunque la aplicación de nueva tabla de cuotas aparecida en enero de 2022 "supone una ligera mejora del RETA, éste sigue presentando importantes deficiencias en cuanto a la equidad del sistema en varios ámbitos: dentro del propio RETA; respecto al Régimen General; y durante el periodo transitorio, de manera destacada".
Los autores del estudio, entre ellos Enrique Devesa, (@DevesaCarpio), profesor de Economía Financiera en la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, e Inmaculada Domínguez, proponen "como solución sencilla y transparente la de utilizar los rendimientos fiscales como base de cotización y seguir aplicando un tipo de cotización único para todos los autónomos y que, además, sea similar al del Régimen General".
Fuente: Informe IVIE
"Al utilizar una función escalonada, se fijan las cuotas en función de los escalones de rendimientos fiscales, lo cual genera tipos de cotización diferentes dentro de cada escalón. También se observa que el tipo de cotización en 2023 fluctúa entre más del 80% para los que tienen unos rendimientos anuales de 4.000 euros y el 7% para los que declaren 60.000 euros; es decir, más de la décima parte entre ambos extremos", explican los investigadores del IVIE.
En conclusión, tal y como advierte el informe del instituto valenciano, "utilizar un sistema de cuotas y una función por escalones supone que no todos los afiliados van a estar sujetos al mismo tipo de cotización, lo que implica una quiebra respecto a lo que ocurría hasta ahora en el RETA y en el Régimen General".
Principales cambios en el RETA
Según las noticias que han trascendido, el nuevo RETA puede suponer importantes cambios respecto al sistema anterior, pudiendo destacarse:
a) Se tendrán en cuenta los rendimientos reales declarados fiscalmente, no pudiendo elegir las bases de cotización como ocurría hasta ahora.
b) La cuota a pagar se fijará en función de una serie de intervalos (escalones) de rendimientos, lo que implica la desaparición de un tipo de cotización único, como ocurría hasta ahora.
c) Se establece un periodo transitorio largo (desde 2023 a 2031) para su implantación definitiva.
La propuesta del estudio del IVIE es continuar aplicando un tipo de cotización único para todos los autónomos y que, además, sea similar al del Régimen General. "Esto evitaría la mayor parte de problemas que hemos detectado y permitiría mantener como referencia los rendimientos fiscales, que consideramos que es un avance importante en la equiparación con el Régimen General", recalcan.
Poder o no deducir gastos influirá en la cuota
Por su parte, expertos reunidos por el Consejo General de Economistas (@EconomistasOrg) subrayan que el nuevo sistema de tramos, basado en los ingresos reales, podría suponer que "autónomos con una facturación similar podrían situarse en distinto tramo y pagar diferente cuota en función de que puedan o no deducirse ciertos gastos afectos a la actividad". En este sentido, advierten de que la reforma de cotizaciones de los autónomos "requeriría de un cálculo de los beneficios reales de la actividad único e igual para todos, por lo que sería necesario homogeneizar los cálculos de los ingresos netos".
Los expertos, entre ellos, Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España; Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales (EAL-CGE); Javier Santacruz, profesor de Economía y analista del Consejo General de Economistas; y Lorenzo Amor, presidente de ATA, señalan que, entre los cerca de 3, 4 millones de afiliados por cuenta propia de la Seguridad Social, existen muchas particularidades, pero que "en todos los casos se produce una volatilidad de los ingresos mensuales, lo que explica que casi el 65% de autónomos cotice por la base mínima".
Precisamente, debido a esta volatilidad, "debería mantenerse la libertad de cotización –lo que constituye una de las esencias del funcionamiento del sistema– para aquellos autónomos ya establecidos, lo que no obsta para implementar incentivos para que voluntariamente aumenten su cotización y su esfuerzo sea más progresivo. En este sentido, sería conveniente que, de forma paralela al cambio de cotización, se reformara la fiscalidad de los autónomos", argumentan.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).