La tendencia de la última década marcaba un crecimiento anual del número de pensiones en España entre el 1-2% anual debido al envejecimiento de la población. Pero 2020 no ha sido un año cualquiera. A la vista de los últimos datos publicados por la Seguridad Social esta semana, el impacto del coronavirus se observa también en el balance del número de pensiones a cierre de 2020, que creció a un ritmo menor de lo esperado hasta los 9,809 millones (+0,8%), quedándose prácticamente igual que el año anterior. Y es que tanto las altas como las bajas de pensiones han sufrido una importante pérdida durante el año pasado, que los expertos vinculan a los efectos de la pandemia. El dato más significativo es el máximo histórico alcanzado en las bajas en pensiones, que han aumentado un 14% respecto a 2019, una cifra nunca vista en la última década y que podría relacionarse con el aumento de fallecidos.
En concreto, según los datos del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), desde enero hasta diciembre de 2020 han causado alta 531.843 nuevas pensiones, un 5% menos que en el mismo periodo del año pasado. Por otro lado, desde enero han causado baja 517.924 pensiones, un 14,3% más que los que causaron baja el año anterior. Esto supone que de enero a diciembre de 2020 el sistema de la Seguridad Social registró cerca de 65.000 pensiones menos respecto a 2019 en el lado de las bajas. La caída más importante se observa en la pasada primavera, tras el pico de la primera ola en España.
Mortalidad y problemas burocráticos
Los expertos vinculan esta reducción en el número de bajas a los problemas de tramitación que se han producido durante la pandemia y en gran parte a los fallecidos por coronavirus. "La principal causa del aumento del número de bajas se debe a la mortalidad de las personas de más edad que han sufrido las consecuencias del coronavirus", asegura Pablo Sanz, profesor de Derecho Mercantil de la Universidad Pontificia de Comillas/ICADE (@UCOMILLAS), quien invita a contrastar estos datos con los oficiales de fallecidos. El número de bajas de la Seguridad Social respecto al año anterior –64.488– se situaría entre los más de 56.000 muertos por Covid que reconoce el Gobierno y los 80.000 que estima el INE. Solo en las residencias han muerto desde que estalló las pandemia más de 24.800 personas por Covid-19 o por síntomas similares.
"Los datos reflejan que hay más jubilados que el año anterior, pero no tantos como se esperaba. Las bajas se notan especialmente en las pensiones de jubilación pero también en las de viudedad e incapacidad permanente que son las que tiene las personas más mayores", sostiene Enrique Devesa, miembro del Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social de la Universidad de Valencia, quien reconoce el evidente efecto del coronavirus tanto en las bajas como en los problemas de tramitación. "Habría que ver también qué cambios se han producido entre pensiones ya que muchas veces se producen traslados de una pensión por incapacidad a una de jubilación, por ejemplo", señala el experto, que llama a un análisis más profundo en el futuro dada la complejidad de las variantes.
La caída en las bajas no impide un gasto récord por encima de los 10.000 millones
La cifra histórica de bajas en pensiones coincide con otro récord de gasto de la Seguridad Social que ascendió por primera vez a 10.087,70 millones de euros a 1 de enero. Esto supone un 3,26% más que hace un año, según los últimos datos conocidos esta semana. También destaca que esta cuantía experimentó un crecimiento del 3,89% en los últimos doce meses y más de dos tercios de la nómina, 7.246,79 millones de euros, se destinaron al abono de las pensiones de jubilación. Por eso muchos se preguntan por qué si se han pagado menos pensiones de las esperadas, el gasto sigue batiendo marcas históricas.
Según explica el economista Jose Antonio Herce, miembro del Foro de Expertos del Instituto Santalucía (@santalucia_inst), "las bajas parecen que son muchas pero en realidad no son tan elevadas. De hecho, los fallecidos en la pandemia han sido, en su gran mayoría, pensionistas de elevada edad, los que habitualmente tienen pensiones más bajas". Esto contrasta con las nóminas más altas de las nuevas incorporaciones, que afecta principalmente a las pensiones de jubilación y no tanto a las de viudedad e incapacidad permanente que son las que reciben las personas de más edad, principales víctimas de la pandemia. A esto se sumaría, según Herce, el alza del 0,9% de las pensiones aprobada por el Gobierno, un incremento muy superior al que se ha producido en otro tipo de rentas.