Pagar las pensiones futuras exige alargar la vida laboral y una jubilación flexible, dice Santalucía

El Banco de España alerta: la tasa de dependencia subirá al 35% en 2030 por el envejecimiento

La sociedad española va a cambiar radicalmente en los próximos años, debido al proceso de envejecimiento. La tasa de dependencia —proporción entre la población activa y la dependiente— se disparará desde el actual 33%, hasta llegar al 57% en el año 2050, lo que plantea grandes desafíos.

"En un contexto marcado por el envejecimiento y el aumento de la esperanza de vida, es necesario adaptar tanto el mercado de trabajo como el sistema de pensiones, para optimizar el potencial del talento sénior en España", advierte el informe Jubilación flexible y compatible, publicado este miércoles por el Instituto Santalucía (@santalucia_inst).

El estudio propone reformar la legislación vigente, para lograr un sistema de jubilación flexible, y advierte de que pagar las pensiones del futuro exige alargar la vida laboral, o lo que es lo mismo, retrasar el momento de la jubilación. Sus autores, José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), subdirector de Fedea y presidente del Foro de Expertos del Instituto Sanntalucía; y Jesús Lahera Forteza (@jesuslahera), catedrático e investigador de Fedea, plantea que la jubilación debe ser personalizada y flexible, con plena compatibilidad entre pensión y salario al alcanzar la edad de jubilación.

Suprimir "desincentivos" a la jubilación flexible

En la actualidad, la legislación española no permite trabajar y recibir la pensión simultáneamente, salvo en ciertos casos excepcionales como la pensión por incapacidad. Sin embargo, existen ciertas "excepciones a la regla de la incompatibilidad" entre la jubilación y la actividad laboral.

En su informe, el Instituto Santalucía destaca los requisitos legales vigentes de cuatro modalidades de jubilación compatibles con el trabajo retribuido, sujetas a unas condiciones precedentes que deben cumplirse en cada uno de los casos. Sin embargo, "también tienen desincentivos, que limitan su adopción".

Entre ellos se encuentran obstáculos como la incompatibilidad de rentas, que imposibilita percibir una pensión de jubilación y al mismo tiempo trabajar y ganar un salario; los desincentivos a la jubilación activa, que implican el término del contrato laboral del trabajador sin indemnización y cotizaciones adicionales para las empresas en caso de contratación; desincentivos para la jubilación parcial, que cuentan con unos requisitos cada vez más estrictos y unos costos de cotización adicionales.

Los autores de este informe también apuntan a los desincentivos de la jubilación con trabajo autónomo, cuya pensión está limitada por el salario mínimo anual, "algo que pueden conducir a situaciones en las que las personas trabajan sin declarar todos sus ingresos, fomentando la economía sumergida", se advierte en el informe.

Dos opciones para reformar la jubilación

El informe Jubilación flexible y compatible plantea dos opciones reformistas: modificar normativas o cambiar el paradigma legal y el sistema de pensiones.

Tal como detallan sus autores, el primer cambio supondría modificar el artículo 123 de la Ley General de la Seguridad Social, de forma que se permita la compatibilidad entre el percibo de la pensión de jubilación y la realización de trabajos por cuenta ajena o propia, sin límite de ingresos y con el pago de cotizaciones solidarias determinadas cada año en la Ley de Presupuestos. En este caso, se crearía "una transición gradual hacia la jubilación completa" y permitiría a los jubilados activos "poder seguir trabajando con un porcentaje alto de la pensión o en su cuantía total", explican Conde-Ruiz y Lahera.

Asimismo, los autores explican que, en este modelo legal, el contrato de trabajo del jubilado activo o flexible “debería tener un régimen jurídico especial, sobre todo extintivo, sin costes indemnizatorios para la empresa contratante. Se podrá establecer un periodo de tiempo mínimo de preaviso al trabajador y a la empresa, para romper libremente la relación contractual, a modo de un desistimiento de cualquiera de ambas partes. Este contrato de trabajo se denominaría compatible y estaría sujeto a una regulación especial bajo el respeto siempre a la no discriminación por edad”.

El segundo cambio consistiría en avanzar hacia "un nuevo sistema de pensiones", alternativa que se está empezando a implementar en Suecia, Portugal o Italia, y que implicaría un sistema "nocional, que incentiva la cotización y ayuda a visualizar lo que normalmente definimos como impuestos como un salario diferido", aseguran los expertos del Instituto Santalucía.