La pensión de los jubilados no contributivos, lejos de los 500 euros, pese a la subida del 15%

España gasta 10.000 millones en pensiones mínimas y no contributivas: ¿se pueden subir?

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En el verano de 2022, el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó un aumento temporal y extraordinario del 15% para las pensiones no contributivas, para hacer frente al inaudito encarecimiento de la energía y de la cesta de la compra, como consecuencia de la guerra en Ucrania. Un incremento de cuantía que se ha consolidado para 2023, de forma que todos los beneficiarios de estas pagas mantienen la subida del 15% en sus nóminas.

Pese a ello, estas pensiones tienen un importe realmente bajo (más ínfimo aún las de jubilación que las de invalidez), tal como constatan las estadísticas del Imserso, en las que se contabiliza casi medio millón de pensionistas no contributivos (447.866, el 0,18% más que en abril) que sobreviven con una media de 500 euros mensuales. Esta clase de prestaciones se conceden a personas que no tienen un mínimo de 15 años cotizados a la Seguridad Social, y sus titulares tienen derecho a recibir asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios. 

Los que menos cobran son los jubilados no contributivos, que en mayo han ingresado de media 487,72 euros mensuales, que suponen una evidente mejora (66 euros de subida) respecto a los 421,50 euros que percibieron en 2022, o los tan solo 396,68 euros del mismo periodo en 2021 (ver gráfico inferior).

No obstante, incluso habiendo consolidado en 2023 la revalorización del 15% mencionada, estos jubilados todavía no llegan a los 500 euros mensuales, es decir, cobran bastante menos de la mitad del salario mínimo interprofesional, situado en 1.080 euros en la actualidad.

Precisamente, para paliar esta bajísima cuantía, la segunda fase de la reforma de las pensiones prevé incrementar estas pagas de modo extraordinario, entre 2024 y 2027, hasta que converjan con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal. De acuerdo con las proyecciones efectuadas por el Ministerio de Seguridad Social, esto significa que las no contributivas subirán el 22% en el conjunto de los próximos cuatro años, con lo cual, se verían incrementadas en unos 1.500 euros en el transcurso de ese periodo. 

533 euros/mes por invalidez no contributiva

Algo mayor es el importe que ingresan cada mes los pensionistas no contributivos de invalidez, con una paga media de 533,35 euros en mayo, lo que supone unos 45 euros más de  los que han recibido los jubilados no contributivos en ese periodo.

Sin embargo, la nómina por invalidez de mayo es la tercera más baja de 2023, por detrás de la de enero, cuando los beneficiarios cobraron de media 527,16 euros, y la de febrero, mes en el que percibieron 529,63 euros.

Las pagas no contributivas cuestan 226,5 millones/mes

El importe bruto de la nómina de pensiones no contributivas en mayo de 2023 asciende a 226.492.259,99 euros, tal como cuantifican las estadísticas del Imserso. Se trata de un gasto levemente inferior al de abril, aunque superior al resto de los meses de este ejercicio.

El desembolso que ha de hacer el Estado es mayor para cubrir las pagas de jubilación (132 millones de euros), que las de invalidez (94 millones), debido al mayor número de beneficiarios de la primera clase de pensiones (ver gráfico inferior).

GASTO EN PENSIONES NO CONTRIBUTIVAS Y NÚMERO DE PERCEPTORES

Hay que recordar que las pensiones no contributivas las financia el Estado, a través de los Presupuestos Generales de cada año, y se abonan a través del paraguas de la Seguridad Social, aunque la gestión la realizan las autonomías (si tienen transferidas las funciones) o el propio Imserso.

Pagas machacadas tras dos años de inflación

Las pensiones no contributivas (tanto las de jubilación como las de invalidez) cada vez dan menos de sí, después de sufrir dos años de azote de la inflación, en una España donde los hogares han llegado a soportar subidas de precios del 10,8% (el pico máximo se tocó en julio de 2022), unos aumentos del nivel de vida que en el conjunto de 2022 supusieron un encarecimiento del 8,5%, y con un aumento del coste de la cesta de la compra que duplica al de hace dos años.

En este panorama, y con los precios de los alimentos hasta el 16,6% más caros (esa tasa récord se alcanzó en febrero), las pagas no contributivas son claramente insuficientes, tal como denuncian las asociaciones y plataformas de pensionistas, que exigen 1.080 euros de pensión mínima en España; un nivel que entienden es el mínimo para asegurar una calidad de vida digna a las familias. 

Frente al encarecimiento generalizado que padece España, poco pueden hacer los titulares de pensiones no contributivas, que en 2023 tienen una cuantía básica que no llega a 6.800 euros anuales, o lo que es lo mismo, 484,61 euros al mes, en caso de que tengan derecho a la paga íntegra (ver tabla inferior).

3.000 millones de gasto anual para el Estado

La baja cuantía de las pensiones no contributivas hace que el coste total para el Estado sea también bajo, al menos en comparación con otras partidas incluidas en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En concreto, para 2023, estas pagas tienen una asignación de 3.003 millones de euros. Hay que recordar que estas pensiones son de carácter asistencial y, por ello, su importe y revalorización dependen de lo que el Gobierno de turno decida cada año en los Presupuestos.

También tiene carácter asistencial el complemento de mínimos, que perciben alrededor de 2,2 millones de personas, para el que este año se destinan 7.261 millones de euros y que se financiarán con cargo a las transferencias del Estado a la Seguridad Social.

En total, el Estado empleará en 2023 algo más de 10.000 millones para afrontar el gasto en pensiones mínimas y no contributivas, que son las que cobran más de 2,6 millones de personas en el país. Se trata de las más bajas del sistema público, y sus beneficiarios son mujeres en una gran proporción, y muy mayores, lo que agrava su situación de indefensión ante las escaladas de precios que sufre España.