La segunda pata de la reforma de pensiones generará "en el mejor de los casos" un ahorro neto equivalente al 0,39% del PIB en 2050, quedándose, por tanto, "muy lejos" de garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y de devolverlo al equilibrio", según critica la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA@socialfedea), que en un artículo elaborado por su director adjunto, Ángel de la Fuente, advierte de que tal ahorro neto "se reduciría sustancialmente, hasta desaparecer" si se calculara con la normativa utilizada en el informe de envejecimiento de la Comisión Europea de 2021, que es el que este organismo toma como referencia.
Entre las medidas de gasto, en 2050, el alza de pensiones mínimas y complemento de brecha de género supondrá un desembolso del 0,28% del PIB, mientras que los cambios en la pensión inicial derivados de la ampliación del periodo de cálculo a 29 años (descartando los dos peores) implicarán gastar el 0,18% del PIB. A ello, hay que sumar el gasto por el aumento de la pensión máxima, que este instituto de análisis cifra en el 0,05% del PIB.
Por lo que se refiere a los ingresos, el director adjunto de FEDEA calcula que la subida de la sobrecotización del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), desde el 0,6% al 1,2%, permitirá ingresos en 2050 por valor del 0,40% del PIB, el mismo porcentaje que llegará por el destope de las bases máximas, aunque calculadas en términos constantes. Además, la cuota de solidaridad, que gravará los salarios más altos, proporcionará ingresos del 0,10% del PIB.
Mejora de las pensiones mínimas entre 2024-27
En su último informe sobre los efectos presupuestarios de la reforma, Ángel de la Fuente explica que la senda programada para mejorar las pensiones mínimas supone, por una parte, un incremento puntual en la cuantía de estas pensiones y, por otra, un cambio importante en su regla de evolución, puesto que estas prestaciones pasan de actualizarse con la inflación a ligarse al umbral de la pobreza y, por tanto, en su informe, el director adjunto de FEDEA estima que la pensión mínima media aumentaría en un 8,9%, desde 9.786 hasta 10.657 euros anuales.
Fuente: FEDEA
También a tenor de sus cálculos, el gasto necesario para elevar ya en 2023 la cuantía de todas las pensiones mínimas a los nuevos niveles de referencia, ligados al umbral de la pobreza, superaría los 2.320 millones de euros (0,16% del PIB), a lo que habría que sumar otros 94 millones derivados de la mejora del complemento por brecha de género, con lo que el gasto total por estas dos medidas equivaldría, si se aplicara este mismo año, a 2.422 millones de euros.
No obstante, recuerda que estas medidas se aplicarán de manera gradual, por lo que no producirán un gasto inmediato, sino progresivo: en el caso del complemento de género (se mejorará un 10% en dos años), la subida se realizará durante 2024 y 2025, mientras que la mejora de las pensiones mínima se producirá entre 2024 y 2027.
Pensión máxima: caerá del 80% al 59% de la base máxima
Asimismo, y dentro de la última reforma de pensiones, una medida muy relevante es el destope de las bases máximas de cotización a la Seguridad Social entre 2024 y 2050, "acompañada de la cuasi congelación de las pensiones máximas a precios constantes", pues mientras las primeras aumentarán en términos reales (tras ajustarlas por la inflación) a una tasa anual del 1,2%, la pensión máxima lo hará al 0,115%. Esto supondrá en 2050 un incremento acumulado del 38% para la base máxima de cotización y del 3,15% para la pensión máxima, ambas medidas a precios constantes.
Fuente: FEDEA
A la luz de esa secuencia, FEDEA calcula que la reforma reducirá la pensión máxima desde el 80% de la base máxima hasta el 59,3%, lo que considera una reducción "muy considerable" del grado de contributividad del sistema.
Según De la Fuente, la cuantía total de las rentas salariales por encima de la base máxima asciende a solo 30.000 millones de euros, lo que supone un 2,64% del PIB, un 5,30% de las rentas del trabajo y un 4,46% de las rentas brutas de los hogares con datos de la Agencia Tributaria. "El potencial recaudatorio de gravar estas rentas, incluso a tipos muy elevados, es, por tanto, muy limitado, en comparación con el de gravámenes sobre bases más amplias", sostiene.
Para los expertos de FEDEA, los ingresos de la Seguridad Social aumentarán también debido a la subida de los tipos de cotización del MEI, cuyo poder recaudatorio será "muy superior" al de las bases máximas, por aplicarse a todas las rentas salariales y no solo a las más altas.
Gracias al incremento de la cotización del MEI, desde el actual 0,6% hasta el 1,2% al finalizar 2029, los ingresos que generará esta medida equivaldrán al 0,40% del PIB. No obstante, aunque consideran que este mecanismo se ha mejorado en la reforma, piden aprovechar la tramitación de la reforma como proyecto de ley para clarificar la redacción del MEI y vincular su activación, en caso de que el sistema de Seguridad Social necesite ajustes a un tope máximo del déficit básico del conjunto de la Seguridad Social esperado en promedio entre 2022 y 2050.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).