Las pensiones no contributivas son "prestaciones económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos que, encontrándose en situación de necesidad protegible, carezcan de recursos suficientes para su subsistencia en los términos legalmente establecidos, aun cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo. Dentro de esta modalidad, se encuentran las pensiones de Invalidez y jubilación", explica la Seguridad Social en su página web.
La gestión de estas pensiones depende de los órganos competentes de cada Comunidad Autónoma y a las Direcciones provinciales del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) en las ciudades de Ceuta y Melilla.
Según las estadísticas actualizadas por el Imserso, correspondientes a marzo de 2023, más de 444.000 pensionistas no contributivos reciben esta prestación, que no llegani siquiera a la mitad del salario mínimo interprofesional (1.080 euros mensuales). De hecho, el importe máximo que pueden recibir de forma íntegra es de 484,61 euros mensuales como máximo y de 121,15 euros como mínimo.
La peculiaridad que tienen estas pensiones es que la cantidad puede variar en función del nivel de ingresos. Es decir, la Seguridad Social establece esta cuantía teniendo en cuenta la economía de cada pensionista.
Esta cifra dependerá del número de beneficiarios que vivan en el mismo domicilio, y se calcula con las rentas del solicitante y sus convivientes. De hecho, todos los beneficiarios de estas pensiones tienen que presentar durante el primer trimestre del año una declaración con los ingresos de los integrantes de la unidad familiar. En caso de que esto no se haga, se podría perder la ayuda.
Pero no es el único motivo por el que se puede perder la ayuda, hay cuatro razones de peso para dejar de recibir la prestación.
Superar los ingresos máximos
Desde Jubilación y Pensión explican que el principal motivo para dejar de recibir esta pensión es no superar los 6.784,54 euros al año, que es lo que entiende el organismo por no tener ingresos suficientes, y como se explicaba anteriormente, se tiene en cuenta la situación familiar y el número de personas que conviven con la persona que recibe esta ayuda.
En este sentido, los límites establecidos para las unidades familiares y de convivencia de hasta el segundo grado de consanguinidad, incluyendo padres, abuelos, hijo, nietos y hermano son:
Si hay dos convivientes, el límite anual es de 11.533,72 €
En tres está establecido en 16.282,90 €
En caso de ser cuatro el límite es de 21.032,08 €
Por otro lado, si dentro de la unidad familiar se encuentran los hijos o padres, los límites aumentan de esta manera:
Dos convivientes: 28.834,30 €
Tres convivientes: 40.707,25 €
Cuatro convivientes: 52.580,20 €
No declarar los ingresos
No declarar los ingresos de la unidad familiar es otra de las razones de peso para retirar esta pensión. La Seguridad Social debe saber cuáles son los ingresos de cada unidad familiar, y estos deben declararse durante el primer trimestre del año.
Si no se declaran, el organismo suspenderá la prestación, aunque podrá volver a recibirla si se informa de ellos, y se cumplen los requisitos.
No informar de cambios en tu situación personal
Relacionado con el punto anterior, si tu situación personal cambia, y no informas al organismo, podrán retirarte la pensión. Entre las actualizaciones que tienes que informar son el estado civil, la unidad de convivencia o el lugar de residencia. Esto no quiere decir que al casarte perderás la pensión. Lo harás si no avisas o si dejas de cumplir los requisitos.
Y si has cobrado de más sin avisar del cambio, deberás devolverlo.
Cambios de profesión
Los cambios de profesión también son un motivo para dejar de recibir esta prestación y empiezas a superar el umbral mínimo de ingresos.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.