En marzo de 2024, la pensión media de jubilación ha llegado a 1.438,2 euros mensuales, y la paga media del sistema se sitúa en 1.252 euros al mes, según confirman las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, a cuyo frente se halla Elma Saiz.
Sin embargo, estos elevados importes medios esconden otra realidad, de gran precariedad, que padecen 2,14 millones de titulares de pensiones mínimas, personas que, pese a haber cotizado para su jubilación, ser viudas o jubilados procedentes de incapacidad, generan una paga de tan baja cuantía, que el Estado debe complementarla para que no caigan en la pobreza. Es la cara B de las pensiones contributivas y de millones de trabajadores que cotizan, pero no lo suficiente, y dependen de la ayuda del Gobierno, que cada año establece el importe fijo anual de estas pensiones mínimas.
Fuente: Seguridad Social
Pero, incluso con ese complemento, esos 2,14 millones de pensiones siguen teniendo un importe muy inferior a la media, de hecho, en 2024, las pensiones mínimas oscilan entre 600, 625, 780 y 1.000 euros al mes, según la clase y la edad del perceptor.
Más en detalle, durante todo este año, la pensión mínima de jubilación varía entre una cuantía de 10.966,20 euros anuales (783,3 euros mensuales), que es lo que cobran personas mayores de 65 años con cónyuge no a cargo, y los 14.466,20 euros anuales, que corresponden a los titulares de más de 65 años que tengan el cónyuge a cargo (1.033 euros al mes).
Más precarias son las pensiones básicas derivadas de enfermedad común, cuando los titulares son menores de 60 años, que rondan los 8.500 euros anuales. En concreto, si la persona tiene cónyuge a cargo, cobra 8.516,2 euros al año en 14 pagas, lo que significa 608 euros mensuales. Si no tiene cónyuge, la misma cantidad, y si tiene cónyuge, pero no a cargo, percibe al menos 8.443,4 euros anuales, o lo que es lo mismo, 603,1 euros al mes.
También perciben muy bajas prestaciones las viudas con menos de 60 años con pensiones mínimas, que únicamente ingresan 8.752,8 euros al año (625,2 euros/mes).
La situación de precariedad de las pensiones mínimas se hace aún más evidente, si se recuerda que estas bajas cuantías se ha llegado tras subir el 6,9% en 2024, que es lo que se han revalorizado los importes básicos desde el pasado 1 de enero (un alza del 3,8% general, más una subida extra con relación al umbral de la pobreza).
Para los próximos años, la ministra Elma Saiz ha anunciado que las pensiones mínimas convergerán con el 60% de la renta mediana de un hogar con dos adultos en 2027, mientras que las no contributivas convergerán con el 75% del umbral de la pobreza de un hogar unipersonal. "Esto supone una subida de las mínimas del 5,8%-6,9%, aunque se llega al 14,1% en algunos supuestos", avanzó a finales del pasado enero.
Con todo, y ser de muy escaso importe, existen requisitos económicos para cobrar la mínima contributiva, fijados en el Real Decreto-ley 8/23, de 27 de diciembre, donde se recoge el máximo de ingresos para que la Seguridad Social aplique el reconocimiento de estos importes básicos:
- 8.942 euros anuales de renta, para quienes no tengan cónyuge a cargo.
-10.430 euros al año de ingresos, para los beneficiarios con cónyuge a cargo.
PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN VIGOR
Fuente: Seguridad Social
Un 28% de pagas de mujeres necesita el complemento
Los datos publicados por el Ministerio muestran que el 21,58% de las pensiones no SOVI (régimen residual, en extinción) están complementadas, lo que significa que existen más de 1 de cada 5 pensiones con complemento de mínimos, y de ellas, las mujeres copan la inmensa mayoría, hasta el punto de que un 28,02% de pagas de mujeres lleva complemento de mínimos, frente al 14,67% de los hombres que precisan la ayuda del Estado.
El análisis de las estadísticas oficiales muestra también que las pensiones más complementadas son las de jubilación (981.244 pagas mínimas), seguidas de las de viudedad (588.870 pagas) y a continuación las de jubilación procedentes de incapacidad (268.116 prestaciones con complemento).
El movimiento pensionista exige 1.080 € como mínimo
Incrementar el importe de las pensiones mínimas es una exigencia unánime de los movimientos y plataformas de pensionistas en todo el país desde hace al menos siete años.
El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria (MPEH) es uno de los pioneros en reivindicar la subida de la pensión mínima hasta los 1.080 euros mensuales y que, mientras se establece dicha pensión, se complemente en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y en Navarra.
Basan su demanda en que, en el actual contexto de crecimiento exponencial del coste de la vida, "cada vez mayor número de personas mayores y pensionistas ven truncadas sus posibilidades de acceder a una vivienda saludable y adecuada a sus necesidades, a una alimentación sana, a medicamentos para mejorar la salud y a los servicios sociosanitarios cercanos y de calidad para paliar sus necesidades de atención a la dependencia". Cuantifican más de 167.000 personas pensionistas en la Comunidad Autónoma Vasca y en torno a 51.000 en Navarra que tienen ingresos por pensiones por debajo de 1.080 euros, la gran mayoría de ellas, mujeres.
"La pensión mínima en todas sus variables tiene nombre de mujer. Es algo que se constata en la brecha de género, que tiene como antecedente la desigualdad de salarios y la asignación unilateral de las mujeres al trabajo no remunerado o mal pagado, en el ámbito de la reproducción y los cuidados. Conseguir la pensión mínima de 1.080 euros es una medida imprescindible para reducir la brecha de género", aseguraba recientemente el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria a 65YMÁS.
Asimismo, llegar a 1.080 euros de paga mínima es una exigencia de la Unidad de Acción del Movimiento Pensionista, integrado por ASJUBI40 (Asociación Jubilación Anticipada sin Penalizar) COESPE (Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones) MADPP (Movimiento Andaluz en Defensa das Pensións Públicas) MODEPEN (Movemento Galego en Defensa das Pensións e os Servizos Públicos) UNIDAD COESPE y plataformas de pensionistas de Badajoz y Móstoles, además del propio MPEH vasco.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).