Dos de las principales reivindicaciones del movimiento de los pensionistas han sido incluidas en la reforma de las pensiones, que este lunes logró el visto bueno de la Comisión de Trabajo, Inclusión y Seguridad Social del Congreso de los Diputados: el Gobierno realizará una auditoría de los gastos de la Seguridad Social desde el año 1967, y se compromete a revisar los criterios para efectuar la progresiva vinculación de las pensiones mínimas al SMI.
Y es que, para poder sacar adelante su proyecto de Ley de reforma de las pensiones, el Ejecutivo se ha comprometido a realizar "modificaciones normativas para establecer reglas relativas a la evolución de las pensiones mínimas que tengan en cuenta la evolución del Salario Mínimo Interprofesional, garantizando la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones". Esta medida, que ha sido incluida en la reforma a través de una enmienda, supone que la Seguridad Social establecerá una relación entre la cuantía de la pensión mínima y el salario mínimo, pero dicha relación no tiene por qué ser necesariamente equivalente, sino en una proporción que se determinará, presumiblemente, a través de acuerdos en la Mesa de Diálogo Social (entre Gobierno, sindicatos y patronal).
En la actualidad, el salario mínimo asciende a 965 euros, y la previsión es que se sitúe en 1.000 euros.
Estos son dos grandes compromisos asumidos este lunes por el Gobierno para lograr el apoyo de ERC y EH Bildu a la reforma de las pensiones. Una reforma que ahora tendrá que ser refrendada por el Pleno del Parlamento en los próximos días, y posteriormente ser sancionada por el Senado.
La auditoría de la Seguridad Social ha llegado al Congreso en gran parte por el impulso de la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, Coespe (@CoespeOficial),que se ha movilizado y abierto una petición en Change.org. "Ante la constatación de que las cotizaciones sociales han tenido un uso indebido financiando gastos ajenos a nuestro sistema de reparto, hemos iniciado una campaña exigiendo una auditoría publica a las cuentas de la Seguridad Social, para así determinar la magnitud de ese desvío de los recursos del sistema", explicaban desde la organización a 65Ymás.
Subir el cálculo de la pensión mínima desde 2022
Foto: Pablo Recio
La reforma de pensiones obligará al Gobierno por ley a revisar los criterios para determinar la cuantía de las pensiones mínimas, con el objetivo de garantizar su suficiencia, en cumplimiento de la Constitución y lo que marca la Carta Social Europea. En concreto, en el plazo de un año, el Ejecutivo deberá acometer las modificaciones normativas necesarias para establecer reglas relativas a la evolución de las pensiones mínimas que tengan en cuenta la evolución del salario mínimo interprofesional, garantizando la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones.
De este modo, el compromiso asumido es ambiguo, ya que la enmienda aprobada este lunes no detalla la relación exacta entre pensión mínima y salario mínimo, y además incluye la coletilla de "garantizando la sostenibilidad financiera" del sistema de la Seguridad Social, lo que deja amplio margen de maniobra al ministro, José Luis Escrivá, para negociar con los márgenes de subida en el importe de esas pagas mínimas.
Una de cada cinco pagas es mínima
Las asociaciones de pensionistas de todo el país han hecho de las pensiones mínimas un caballo de batalla contra el ministro Escrivá, contra el Pacto de Toledo y contra la reforma de las pensiones. Las plataformas de jubilados llevan meses movilizados, saliendo a las calles para exigir la subida de las pensiones mínimas, igualándolas al salario mínimo interprofesional (actualmente, 965 euros mensuales).
El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria llevan varios años movilizándose por la derogación de las reformas laborales y de las pensiones, por una pensión mínima de 1.080 euros, un Salario Mínimo Interprofesional de 1.200, y por una pensión de viudedad del 100 %, entre otros planteamientos.
La realidad es que en España, casi una de cada cinco pensiones contributivas (el 22,8% del total) necesita el complemento a mínimos que aplica la Seguridad Social automáticamente para que sus perceptores cobren una paga que supere el umbral de la pobreza.
En concreto, de los 9,87 millones de pensiones contributivas (generadas por las cotizaciones del trabajador a lo largo de su carrera profesional) que se pagaron en el mes de septiembre, 2,252 millones de pensiones tenían complemento de mínimos.
Mínimas: la cuantía se fija por ley cada año
La cuantía de las pensiones mínimas es fijada por ley cada año en los Presupuestos Generales del Estado. En 2022, se revalorizarán un 3%, según figura en el proyecto de Presupuestos, lo que supondrá que un jubilado de 65 años con cónyuge a cargo pasará a cobrar 877 euros al mes, muy por debajo del salario mínimo interprofesional. En 2021, el importe mínimo que cobra un jubilado con menos de 65 años y cónyuge no a cargo es de 609 euros.
Sin embargo, para los pensionistas y jubilados, esta subida "no es suficiente" y deberían encontrarse nuevas fórmulas para sacar de la pobreza a las personas que subsisten con menos de 900 euros al mes (en el caso de las contributivas), e incluso 500 euros (en el caso de las no contributivas), según declaraba recientemente a 65YMás el portavoz andaluz de Coespe, Antonio Baena, que considera que cualquier subida porcentual para las no contributivas "es ridícula". "Hablamos de 12 euros en personas, principalmente mujeres, que cobran cerca de 400 euros. Eso no da ni para una barra de pan diaria..."
En este contexto, el compromiso adquirido este lunes por el Gobierno beneficiará, a partir de 2022, a todas las pensiones que se sitúan por debajo del mínimo umbral de la pobreza, y que deben ser complementadas para alcanzarlo, y que en la actualidad son 2,3 millones de pensiones, es decir, una cuarta parte del total.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).