En noviembre de 2024, la cuantía de la pensión media del sistema de la Seguridad Social es de 1.260,9 euros (el 5,3% más que hace un año), la de jubilación media se sitúa en 1.448,8 euros mensuales (5,2% más alta que en igual periodo de 2023), la del conjunto de jubiladosdel Régimen General es algo mayor, 1.606,6 euros.
Todavía más elevado es el importe medio que perciben los recién jubilados procedentes del Régimen General, que en octubre (último dato disponible) han entrado en el sistema con una paga de 1.664,6 euros, en tanto la cuantía mensual conjunta de todas las altas de jubilación en el décimo mes del año ha sido de 1.567,4 euros de media (ver 2 gráficos inferiores).
PENSIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL (NOV. 2024)
Fuente: Seguridad Social
La enorme variación de cuantías entre los pensionistas españoles se debe a que cada uno cobra en función de lo que ha cotizado durante su vida profesional, motivo por el cual, los trabajadores con carreras laborales completas y salarios muy elevados, al retirarse tienen derecho a pensiones altas, incluso a la máxima, que en 2024 está establecida en 3.175 euros al mes (44.450 euros al año).
Fuente: Seguridad Social
Por la misma razón, aquellos otros trabajadores, asalariados o autónomos, con carreras irregulares, sueldos mínimos, baja cotización o amplios periodos sin cotizar, acaban llegando a la jubilación con pensiones mínimas, inferiores incluso a 600 o 700 euros, y necesitan el complemento del Estado para no caer en la pobreza.
Pagas muy inferiores al salario mínimo
Este es también el caso de la mayoría de las viudas, cuya nómina media en noviembre es de solo 898,8 euros mensuales, tal como reflejan los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social, a cuyo frente se halla Elma Saiz.
Las viudas cobran muy poca pensión porque la ley establece que solo les corresponde el 52% de la base reguladora de la persona fallecida, con carácter general. Desde 2019, perciben el 60%, cuando la persona beneficiaria cumpla 65 años o más, no tenga derecho a otra pensión pública, no perciba ingresos por trabajos por cuenta ajena o por cuenta propia, ni disponga de rentas de capital mobiliario o inmobiliario, ganancias patrimoniales o rentas de actividades económicas, superiores a 7.707,00 euros/año.
Pensiones muy bajas cobran asimismo los jubilados del Régimen de Especial de Autónomos, que perciben 966,8 euros en promedio (ver gráfico inferior).
Fuente: Seguridad Social
La situación apurada de los 2,35 millones de pensionistas de viudedad, la inmensa mayoría, mujeres, es evidente, sobre entre las de edad más avanzada. Los apenas 900 euros de paga promedio las sitúa muy por debajo del nivel del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), situado en 1.134 euros en la actualidad. De ahí las reivindicaciones constantes de los movimientos de pensionistas, para que el Gobierno mejore el importe de estas prestaciones de carácter contributivo, sobre todo las más precarias.
Para mejorar estas pagas, el Gobierno ha incrementado ya en 2024 el importe que reciben las viudas con cargas familiares, cuyas pensiones han subido el 14,1%. Sin embargo, estas revalorizaciones todavía son insuficientes, según denuncian movimientos de pensionistas, como Coespe, ASJUBI40 o los pensionistas vascos del MPEH.
Para 2025, se espera una subida general en torno al 3%, que supondría un aumento de las nóminas de viudedad de unos 27 euros mensuales. Esto, con carácter general y de media. Por su parte, las pensiones mínimas de viudedad tendrán un alza superior al IPC, tal como establece la ley de reforma, de modo que continuarán aumentando de forma progresiva para equipararse con las pagas de jubilación entre 2024 y 2027.
En el caso de los 2 millones de pensionistas autónomos, sus bajas pensiones de jubilación se deben a que han cotizado tradicionalmente el mínimo posible, puesto que hasta 2023 podían elegir libremente la cuota mensual del RETA, lo que redunda en los bajos importes de sus pagas al retirarse, a menudo inferiores incluso a la mínima del sistema.
Ahora bien, desde hace dos años, están obligados a cotizar por sus rendimientos íntegros, con un sistema de tramos de ingresos que llevan asociados unas bases y cuotas mínimas. Se espera que este cambio les reporte mejor prestaciones en sus futuras jubilaciones, si bien tardará en notarse en las cuantías a percibir.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).