En febrero de 2023, el Estado español ha gastado poco más de 223 millones de euros en pagar el casi medio millón de pensiones no contributivas (PNC) existentes, es decir, de carácter asistencial. Son prestaciones realmente bajas, de penuria, y con ellas subsisten 445.442 personas, que en promedio ingresan alrededor de 500 euros mensuales, e incluso menos: un promedio de 484,38 euros los jubilados, y 529,63 euros los beneficiarios de invalidez.
En conjunto, lo que cobran ambos tipos de pensionistas no llega ni siquiera a la mitad del salario mínimo interprofesional (1.080 euros mensuales), a tenor de las últimas estadísticas publicadas por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), correspondientes al segundo mes del año.
Este tipo de pensiones las financia el Estado, mediante una asignación anual en los Presupuestos Generales del Estado, se abonan a través del paraguas de la Seguridad Social, y las gestionan las autonomías que tienen transferidas las funciones del Imserso, o el propio instituto. Aseguran a todos los ciudadanos en situación de jubilación o invalidez y en estado de necesidad, una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios. Son las que se conceden a personas que no acreditan 15 años cotizados (este es el mínimo para tener derecho a una pensión contributiva de la Seguridad Social) y existen dos tipos: de jubilación e invalidez, que son incompatibles entre sí.
El bajo importe de estas prestaciones es aún más llamativo, puesto que sus titulares gozan en 2023 del beneficio de que se les ha prorrogado el 15% de subida, que venían experimentando desde el verano de 2022; una revalorización extraordinaria que aprobó el Gobierno, como parte del paquete de medidas económicas para luchar contra la inflación y la crisis por la guerra en Ucrania. De este modo, su importe anual en 2023 es de 6.784,54 euros íntegros anuales, que se abonan en 12 mensualidades más dos pagas extraordinarias al año.
Un jubilado no contributivo cobra 484,38 euros
Según los datos correspondientes a febrero de 2023, los jubilados no contributivos siguen sin llegar a 500 euros mensuales de media. En concreto, ingresaron un importe medio de 484,38 euros en el segundo mes del año, lo que significa el 16,6% más de lo que cobraban hace un año, pero aun así perciben unas pensiones muy bajas y se quedan a mitad de camino de lo que supone, por ejemplo, el salario mínimo interprofesional (SMI), situado actualmente en España en 1.080 euros mensuales.
En enero, la pensión no contributiva de jubilación tenía una cuantía todavía inferior, 475,46 euros, mientras que en diciembre de 2022, estos jubilados cobraron una media algo superior, 488,82 euros.
CUANTÍA DE PENSIONES NO CONTRIBUTIVAS DE JUBILACIÓN
Fuente: Imserso
En cualquier caso, y pese a las ligeras fluctuaciones mensuales, el importe medio que cobran los jubilados que no han cotizado el mínimo de 15 años exigido por la Seguridad Social, ni se aproxima a los 500 euros, como reflejan las cifras del Imserso: en 2022, la pensión media de un jubilado no contributivo fue de 449,61 euros, frente a los 396,68 euros en 2021, los 389,08 euros en 2020, los 382,84 euros en 2019 o los 368,70 euros en 2018 (ver tabla superior).
El perfil de estos pensionistas de jubilación es predominantemente el de una mujer española, casada, con una edad entre 70 y 79 años y que convive en una unidad familiar formada por dos o tres miembros.
529,63 euros, importe de la paga de invalidez
Las y los beneficiarios de una pensión no contributiva de invalidez perciben una nómina algo más elevada que quienes cobran por jubilación; en concreto, 529,63 euros en febrero de 2023, frente a los 527,16 euros en enero y los 535,58 euros que percibían en diciembre de 2022.
Según especifica el Imserso, la mayor cuantía de esta clase de prestaciones se explica debido a que "al menos, 37.058 de sus beneficiarios perciben el complemento del 50% por necesidad de otra persona, el montante a percibir en nómina por atrasos es mayor al ser más compleja la gestión y, por ende, el plazo de resolución".
CUANTÍA DE PENSIONES NO CONTRIBUTIVAS DE INVALIDEZ
Fuente: Imserso
El perfil tipo del pensionista no contributivo de invalidez es el de una persona de nacionalidad española, que convive en una unidad económica integrada por dos o tres miembros y que acredita un grado de discapacidad valorado entre el 65% y el 74%, tal como detallan las estadísticas oficiales.
En función de la edad y del sexo, "es posible distinguir entre el pensionista tipo varón, soltero, menor de 45 años, y la mujer casada, con edad superior a 45 años, que presentan preferentemente discapacidades de tipo psíquico, seguidas muy de cerca por las de tipología física", explica el Imserso.
Pagas de penuria frente a la inflación disparada
La baja cuantía de estos dos tipos de pensiones es aún más notable en el contexto de inflación disparada que sufre España desde hace año y medio. Así, en el mes de febrero, los precios de la cesta de la compra son el 6% más caros que hace un año, debido al encarecimiento de la electricidad y de los alimentos, que dispararon sus precios un 16,6% respecto a febrero de 2022, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Frente a este encarecimiento inaudito de los productos de primera necesidad, que son precisamente los más consumidos por las familias de rentas bajas, los pensionistas no contributivos no hacen más que perder poder adquisitivo, a pesar de la citada revalorización del 15% de sus pagas este año.
Tal como denuncian los movimientos de pensionistas y asociaciones de personas mayores, comer lo básico y calentar la casa en invierno se ha convertido en un lujo prohibitivo para muchos y en un incremento del gasto desorbitado: aunque la cesta de la compra es ahora casi un 17% más cara que hace un año, existen numerosos productos básicos que han multiplicado su coste más del doble.
Las PNC subirán el 22% en 4 años con la reforma
Tras la reciente aprobación de la segunda fase de la reforma de las pensiones, diseñada por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, las pensiones no contributivas crecerán desde de modo extraordinario, desde 2024, hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.
Según las proyecciones efectuadas por el departamento de Escrivá, estas pagas experimentarán un incremento del 22% en el conjunto de los próximos cuatro años, con lo cual, pasarían desde los alrededor de 6.800 euros al año actuales, hasta alcanzar cerca de 8.300 euros en 2027.
Coste para el Estado: unos 220 millones/mes
El gasto del Estado en estas pensiones no contributivas supera por poco los 220 millones de euros mensuales, según constatan los datos actualizados por el Imserso. Más en detalle, en el mes de febrero, pagar la nómina a los 445.442 beneficiarios costó 223,77 millones de euros; una suma ligeramente superior a los 220,45 millones que representó el desembolso en enero.
En el reparto del gasto para las arcas públicas, las pensiones de jubilación pesan más, con un coste de 130 millones de euros, mientras que las de invalidez suponen 93,73 millones de la nómina mensual (ver tabla inferior). Esto se debe a que el número de jubilados no contributivos es más elevado (268.465 en febrero de 2023) que el de los perceptores de invalidez (176.977 personas), lo que explica el mayor importe conjunto, pese a que la cuantía de las pagas de jubilación es inferior al de las de invalidez.
Fuente: Imserso
En cuanto al gasto anual para sufragar estas prestaciones, en los últimos ejercicios no ha llegado a los 3.000 millones de euros: se situó en 2.957,42 millones en 2022, frente a los 2.600 millones de 2021 y los 2.569,4 millones que totalizó en 2020. Para 2023, el Gobierno ha destinado 3.003 millones en los Presupuestos Generales del Estado, que es la vía de financiación de estas pensiones, cuya cuantía y revalorización dependen de lo que el Ejecutivo decida cada año en los Presupuestos.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).