¿Qué ocurre cuando se alcanza la edad de jubilación cobrando la pensión de incapacidad?

La pensión por incapacidad permanente es una de las ayudas que la Seguridad Social concede a los trabajadores que, por enfermedad o accidente, no pueden volver a desempeñar su trabajo de manera adecuada.

Para recibir esta pensión, la incapacidad del trabajador tendrá que ser valorada por un Tribunal Médico, y en caso de ser reconocida, la cuantía que recibirá oscilará entre los 905 euros al mes y 3.059 euros mensuales.

Una vez nos han concedido la prestación, el trabajador deberá someterse cada cierto tiempo a revisiones para valorar si la enfermedad ha mejorado, y ya no es necesario que siga recibiendo la pensión. Este suele ser el motivo principal para dejar de ser beneficiario, aunque también puede ocurrir que el trabajador alcance la edad legal de jubilación, en cuyo caso tendrá que tomar una decisión importante, ya que estas dos prestaciones son incompatibles.

 “Las pensiones de un mismo régimen son incompatibles entre sí cuando coinciden en un mismo beneficiario, a no ser que, legal o reglamentariamente, se disponga lo contrario. En caso de incompatibilidad, quien tuviera derecho a dos o más pensiones optará por una de ellas”, explica la Seguridad Social en su página web. El propio organismo avisa al trabajador para que tome una decisión y se decante por una de las dos.

Aunque cada caso es único, y debe valorarse de manera individual, no está de más saber que las personas que tienen reconocida la incapacidad permanente total perciben el 55% sobre la base reguladora. Un porcentaje que aumenta hasta el 75% cuando se cumplen los 55 años.

Por el contrario, con la incapacidad permanente absoluta, se percibe el 100% sobre la base reguladora.

La pensión de jubilación

En el caso de la pensión de jubilación, la cuantía se determina aplicando a la base reguladora el porcentaje general que corresponda en función de los años que haya cotizado la persona y, en su caso, el porcentaje adicional por prolongación de la vida laboral, cuando se acceda al retiro con una edad superior a la ordinaria vigente en cada momento y el coeficiente reductor que corresponda.

Para calcular la pensión, se tienen en cuenta los últimos 25 años, que equivalen a 300 meses, y se divide entre 350. Algo importante, es que a todos estos años, exceptuando los dos últimos, se les aplica un coeficiente que refleja el efecto de la inflación.

Con la base reguladora, solo queda tener en cuenta los años cotizados para saber cuál será la cuantía que le corresponde. En este sentido, habrá que tener en cuenta lo siguiente:

• Con 15 años cotizados, se tendrá derecho al 50% de la base reguladora.
• Por cada uno de los siguientes 49 meses, se concede un 0,21% extra de la base reguladora.
• Y para los siguientes 209 meses, un 0,19% extra de la base reguladora.

Solo los trabajadores que hayan cotizado un mínimo de 36 años y seis meses podrán acceder al 100% de la pensión. 

Es importante recordar que, si la cuantía que sale es menor a la mínima de las pensiones, se puede solicitar el complemento a mínimos. 

Con las cuantías calculadas, el trabajador solo tendrá que decantarse por la que más le beneficie, y empezará a percibir solo una de ellas.