La jubilación anticipada está perdiendo fuerza en España, mientras crece la demorada, coincidiendo con los mayores incentivos que la última reforma de las pensiones ha establecido para quienes retrasen, de manera voluntaria, el momento del retiro.
Precisamente, extender la vida laboral, o lo que es lo mismo, retrasar la jubilación, es una de las medidas que plantean numerosos expertos e institutos de análisis, entre ellos el propio Ministerio de Seguridad Social, el Banco de España, la AIREF o FEDEA, que insisten en que con ello se reforzaría la salud del sistema de pensiones español, que afronta dos décadas de fuertes tensiones de gasto, debido a la inminente y masiva jubilación de la generación del baby boom.
BBVA se une a quienes reclaman "prolongar la vida laboral en España", habida cuenta de que "la población envejece y seguirá haciéndolo en las próximas décadas. El aumento de la longevidad y el retraso paulatino en la incorporación al mercado laboral por el aumento del número de años de estudio, dificultan la financiación del sistema público de pensiones". En su estudio Prolongar la vida laboral: ¿Por qué? ¿Cómo hacerlo?,Alfonso Arellano, Rafael Doménech y Juan Ramón García sostienen que un incremento de los años de actividad laboral "apuntala" la sostenibilidad del sistema público de pensiones y del Estado del Bienestar, ayuda a aprovechar el talento sénior y sirve de impulso a la productividad.
El informe subraya que, según la OCDE, el número de personas en edad de trabajar por cada persona de más de 64 años se redujo desde 6,9 en 1960 a 3,0 en 2021 y seguirá bajando hasta estabilizarse en torno a 1,7 a mediados de la década de los 40. "En este contexto, prolongar la vida laboral se revela como un recurso necesario para salvaguardar la sostenibilidad del Estado de Bienestar", aseguran.
El informe constata que la esperanza de vida al nacimiento de la población española ha crecido 7,6 años desde 1980, hasta superar los 83 años en 2021. Este avance en la longevidad coincide con la demora en cinco años de la incorporación al mercado de trabajo y la escasa participación en el mercado laboral de la población de edad avanzada. Así, aunque la tasa de empleo de la población española entre 55 y 64 años ha crecido desde mediados de los años 90 hasta el 55,8%, todavía se sitúa por debajo del promedio de la OCDE (61,4%).
Los expertos de BBVA Research advierten asimismo de que "la importancia creciente de una población inactiva más longeva dificulta la financiación de las pensiones".
Aprovechar el talento sénior
A la hora de abogar por la prolongación de la vida laboral, señalan la necesidad de aprovechar el talento sénior, pues la tasa de empleo de la población mayor está "positivamente relacionada" con la de los jóvenes.
"Cuando una persona ocupada veterana opta por abandonar el mercado de trabajo, aumenta su producción de no mercado. Si esta es sustitutiva de la producción de mercado, se destruye empleo. Por el contrario, si la persona trabajadora de edad avanzada continúa activa, su mayor renta y su menor tiempo de ocio contribuirán a reemplazar servicios de no mercado por servicios de mercado prestados por otros grupos poblacionales (en particular, las personas jóvenes), lo que incrementará el nivel de empleo", sostiene el informe.
Las conclusiones del estudio de BBVA Research apuntan a que extender la vida laboral impulsa la productividad de los jóvenes, ya que estos son más productivos cuando trabajan en empresas en las que los veteranos tienen una representación mayor, tanto por la posibilidad de aprender como por sus capacidades. Y el efecto positivo es bidireccional: no solo se produce desde las personas trabajadoras con más experiencia hacia las jóvenes, sino que los ocupados de edad avanzada también son más productivos cuando trabajan con menores de 35 años, según los autores del estudio.
La edad, primera causa de discriminación laboral
Según datos de una encuesta de la OCDE de 2020, sobre las razones de discriminación en el trabajo, la edad es, con diferencia, la principal causa de exclusión para cualquier grupo etario, pero especialmente a partir de los 50 años.
"La evidencia muestra además que la participación en el mercado de trabajo cae de una manera abrupta entre los 55 y 60 años. Voluntaria o involuntariamente, una parte importante del potencial productivo de nuestras sociedades está siendo desaprovechado", denuncian los autores del informe de BBVA Research. Un hecho que está conviviendo en el tiempo con fenómenos como la digitalización y robotización, la globalización, el envejecimiento y la sostenibilidad medioambiental y social.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).