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¿Deberíamos incentivar que la población mayor alargue su etapa laboral lo máximo posible? Esta es la propuesta de expertos japoneses de gran prestigio para hacer frente a los desafíos que plantean las sociedades longevas.
Y es que, a raíz de la inversión de la pirámide poblacional, es decir, de las altas tasas de esperanza de vida y de la baja natalidad, las sociedades longevas se están planteando de qué manera puede ser sostenible la economía y el sistema de pensiones.
En el caso del país nipón, una de las soluciones que proponen expertos pasaría por el aprovechamiento del talento sénior y la promoción de una vejez activa y saludable, aportando a la comunidad y que se adapte a las necesidades del colectivo mayor.
Esta fue una de las conclusiones que se desprendió de la Cumbre España-Japón celebrada en la ciudad de Salamanca el pasado 25 de abril, y en la que participaron expertos y autoridades de la talla de Atsushi Seike, docente de la Keio University y presidente de la Cruz Roja japonesa; Enrique Cabero, presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León; Óscar González Benito, director de la FGUSAL; Hiroko Akiyama, gerontóloga y profesora emérita de la Universidad de Tokyo; Mayte Sancho, directora del Imserso; Consuelo Borrás, catedrática de Fisiología y colaboradora del CENIE; Noboru Mizushima, docente de la Universidad de Tokyo; Ana María Cuervo, del Albert Einstein College of Medicine; Kenji Hiramatsu, presidente del Instituto de Estrategia Internacional, Japan Research Institute; y Pedro Jordano, presidente del área de Ciencias y Tecnologías Medioambientales en la Agencia Estatal de Investigación; entre otros.
El evento fue organizado por el Centro Internacional sobre el Envejecimiento (@cenie_es), dependiente de la Fundación General de la Universidad de Salamanca (@fgusal), con la finalidad de conocer, analizar e intercambiar conocimientos y experiencias en torno al desafío y oportunidades que supone la realidad de las nuevas sociedades longevas.
Trabajar hasta... ¿siempre?
Uno de los temas recurrentes en las distintas mesas redondas fue el alargamiento de la etapa laboral para convertir en una oportunidad los desafíos que plantea vivir en sociedades longevas como la española o la japonesa.
En este sentido, el docente de la Keio University y presidente de la Cruz Roja japonesa, Atsushi Seike, explicó que buena parte de las personas de más de 65 años en su país están a favor de esta opción.
"Hay una gran motivación entre las personas mayores de Japón para seguir trabajando", señaló.
Por ello, recomendó que administración facilite esta modalidad y no ponga trabas, puesto que "tener una población envejecida –fuera del mercado– puede tener un impacto fuerte en el crecimiento económico". "En Japón, cuando sigues trabajando se te reduce la pensión contributiva", aseguró. "Muchos países han eliminado esas barreras. Debería adaptarse", añadió.
"Es lo que se llama una sociedad que esté activa durante toda su longevidad", explicó. “Aumentar el número de personas activas de la tercera edad hará que crezca la demanda y la oferta a niveles macroeconómicos", sostuvo.
Ahora bien, puntualizó, estos cambios deben hacerse de forma voluntaria, adaptándose al perfil de trabajador y con flexibilidad. Asimismo, en paralelo, se deben promover una vida sana y terapias preventivas, ya que "las condiciones de salud son las más determinantes para que puedan participar". En Japón, ejemplificó, el número de mayores activos laboralmente es del 7,8% y la cifra no para de crecer.
Además, apostilló, son necesarias políticas para moderar la caída de la natalidad y proporcionar servicios que faciliten la conciliación, si bien, reconoció, estas soluciones no bastarán, ya que los recién nacidos no contribuirán hasta dentro de dos decenios.
Hiroko Akiyama, gerontóloga y profesora de la University of Tokyo, opinó en un sentido similar durante su exposición, en la cual avisó que "la población total japonesa comenzó a decrecer en 2010". "La Seguridad Social y el sistema sanitario no son sostenibles a este paso", advirtió la experta.
“Las predicciones no son buenas. Hemos de conseguir personas trabajadoras”, avisó y propuso adecuar empleos para mayores, que estén cerca de sus zonas y que tengan horarios flexibles. Y es que, opinó, las sociedades han conseguido primero vivir más años, luego, hacerlo con salud, y ahora, deberán ser más longevas a la vez que están comprometidas con la sociedad.
“Vemos efectos positivos de la vuelta al trabajo de los mayores", aseguró.