Las grandes empresas cotizadas españolas confían en 2021. Prueba de ello que buena parte de ella esté recuperando sus programas de dividendos, paralizados el año pasado por la crisis del coronavirus. Las compañías confían en que la economía se reactive a final de año y que las vacunas permitan recuperar la actividad, más o menos, normal. Además, la retribución a los accionistas es uno de los ganchos más atractivos para atraer inversores.
Una rentabilidad por dividendo por encima del 4% ha sido una de características de la Bolsa española, y uno de los principales atractivos para los pequeños inversores. La inversión, con el dividendo puesto en mente, puede ser una buena opción, siempre y cuando se elija bien.
Endesa, Enagás y Mapfre son las tres empresas españolas que ofrecen mayor rentabilidad por dividendo, del 9,7%, el 9,5% y el 7,5%, respectivamente. Les siguen Red Eléctrica, Naturgy y Zardoya-Otis, con una rentabilidad por encima del 5%. El caso de Telefónica es especial, dado que ha aprobado el pago de un 'script diviend', esto es, nuevas acciones emitidas en lugar de diviendo en metálico. "Presumen de una buena rentabilidad por dividendo, pero se limitan a realizar ampliaciones de capital que no suponen pago alguno al accionista salvo que este venda dichas acciones y reduzcan por tanto su participación en la compañía frente a la posición del resto de accionistas", explica la OCU en su informe "Acciones españolas con mejor dividendo".
Si nos detenemos en la banca. Banco Santander distribuirá el dividendo más suculento de toda la banca del Ibex 35 este año. La rentabilidad de sus pagos alcanzará el 3,9% este2021 con los dividendos a cuenta de los resultados de 2020. BBVA, por su parte, ha anunciado su intención de volver a mimar a sus accionistas, con un dividendo en metálico a partir de este año, aunque sea de forma residual.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja a los inversores que el criterio que rija la elección de acciones no se limite a los dividendos, ya que "estos no están garantizados en modo alguno e incluso pueden suspenderse una vez aprobados sin consecuencia alguna para la compañía". Por tanto, "debiera ser un factor más junto a otros aspectos de mayor calado, tales como las perspectivas que ofrezca la empresa a largo plazo, el precio que se paga por ella o el riesgo de dicha inversión", ha indicado OCU.
2020, el año del desplome histórico de los dividendos
La COVID-19 provocó el año pasado un hundimiento histórico de los dividendos. La retribución al accionista cayó más de 60%, según los datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME), lo que hizo volver al mercado a niveles de 2004, en lo que al desembolso que las empresas destinaron a sus accionistas.
Las cotizadas españolas, en mitad de una enorme incertidumbre prefirieron preservar la liquidez y fortalecer sus balances. Y así, optaron por suspender, recortar o retrasar los pagos de dividendos. Principalmente, las compañías más ligadas al ciclo son las que han procurado mantener la solvencia de sus balances frente al reparto de dividendos. En especial las compañías de los sectores más afectados por la paralización de su negocio, como hoteles, aerolíneas o industria del automóvil.
El sector financiero, bancos y aseguradoras, también frenó en seco el reparto de dividendos, aunque en su caso a instancias de los reguladores.
El 27 de marzo del año pasado, el BCE hizo un llamamiento a la banca para que renunciara al pago de dividendos y la recompra de acciones en favor de la financiación bancaria, además de como fórmula para garantizar la solvencia del sector ante la inminente crisis que se avecinaba. En el mes de julio extendió la limitación hasta finales de 2020, y en diciembre el BCE levanto el veto a los dividendos, pero instó a las entidades a no distribuir más de un 15% de su beneficio. La entidad presidida por Christine Lagarde, pide a la bancos que sean muy moderados con la remuneración variable.
Banca: menos dividendos, más crédito
La recomendación del BCE a la banca para que renunciara al pago de dividendos ha tenido el impacto positivo que el regulador esperaba. Según un análisis del Banco de España, las entidades que limitaron el año pasado la retribución a sus accionistas, concedieron más crédito, concretamente, entre un 12% y un 23% más, que las entidades que no siguieron dicha recomendación. El Banco de España sugiere que la limitación al dividendo ha servido para hacer más efectiva la financiación con garantías del ICO por parte del Gobierno y, por tanto, se ha cumplido el objetivo de que la liquidez llegara a la economía real.