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Planes de pensiones
¿A qué edad debería abrir un plan de pensiones?
Podemos contratar un plan de pensiones a partir de los 18 años
La sostenibilidad del sistema público de pensiones es algo que preocupa enormemente a los españoles. Existe un factor que aún intensifica más esta inquietud, y es que, el aumento de la esperanza de vida, junto con la caída de los índices de natalidad, ha provocado que la base de la pirámide demográfica sea cada vez más delgada, en contraposición con la punta que cada vez se ensancha más. Esto se traduce en que cada vez existen menos jóvenes para sustentar una economía en la que el número de jubilaciones aumenta. Un problema estructural que lleva a muchas personas a hacer un planteamiento a largo plazo, para poderse garantizarse una jubilación con unas condiciones mínimas.
Previendo este escenario, muchos optan por contratar un plan de pensión, que no son otra cosa que una forma de ahorro para el futuro que permite complementar la jubilación que proporciona el Estado. Sin embargo, las ventajas de este tipo de producto van de la mano con ciertos aspectos que se deben tener en cuenta antes de contratar un plan, como el perfil de riesgo que se está dispuesto a asumir o la capacidad de ahorrar que tengamos.
Así pues, según el Real Decreto 304/2004 de Reglamento de planes y fondos de pensiones, se puede contratar un plan de pensiones a partir de los 18 años, y se puede hacer hasta la edad de la jubilación. En cuanto a la pregunta de cuál sería la edad óptima para contratar un plan de pensiones, no existe una respuesta única, ya que entran en juego muchas variables. Lo único cierto es que cuanto antes se haga, menor esfuerzo de ahorro se deberá hacer. Sin embargo, es evidente que tenemos que contar previamente con ingresos estables y gozar de cierta capacidad de ahorro.
Por ejemplo, el BBVA (@bbva) considera que la mayoría de las personas empieza un plan de pensiones entre los 35 y 55 años. Pero teniendo en cuenta que se está produciendo un retraso en la edad en que las personas se introducen en el mercado laboral, entonces la franja de edad recomendada podría estar entre los 35 y los 45 años.
La entidad bancaria estima que, si se tienen menos de 40 años, lo recomendable es contratar un plan en el que la renta variable sea la predominante, un 70% aproximadamente, mientras que la renta fija podría tener un peso del 20%, aproximadamente. La idea que subyace aquí es que, si bien es cierto que la renta variable es un activo más arriesgado, a muy largo plazo su rentabilidad resulta mucho mayor, y por lo tanto más atractiva. De la misma forma que, en caso de pérdidas producidas por el riesgo asumido, también hay más tiempo para recuperarse.
En el supuesto de que no se sobrepasen los 45 años a la hora de contratar un plan de pensiones, lo idóneo es apostar por una mezcla de, por ejemplo, un 60% de renta variable y un 40% de renta fija. Mientras que en el caso de las personas que lo hagan entre los 45 y los 55 años la renta fija ya debería abarcar mayor peso (un 60%, frente a un 40% de renta variable).
A partir de los 55 años, ya empieza a ser interesante asegurar la pensión, por lo tanto, se recomienda invertir un 30% en renta variable y un 70% en renta fija. Y, finalmente, entre los 60 y 65 años, se recomienda no asumir demasiados riesgos y contratar planes de pensiones que prioricen garantizar el capital que se ha construido con los años.
Así, la idoneidad de contratar un tipo u otro de plan de pensiones puede depender de la edad en la que lo suscribamos, pero también de si nuestro perfil como ahorradores es conservador o arriesgado.