Los planes de pensiones continúan sin despegar como instrumento de ahorro para la jubilación. Lo prueban las últimas cifras publicadas por Inverco, según las cuales el volumen de activos de los fondos de pensiones se sitúa en 107.033 millones de euros, es decir, 4.091 millones menos que en 2017. Esto significa una caída del 3,7%. Asimismo, el Banco de España realizó hace meses una comparativa de las comisiones entre planes y fondos de inversión, constatando que los planes individuales de pensiones son más caros que los fondos.
En el mismo sentido, la OCDE ha elaborado una comparativa entre los incentivos fiscales de los planes de pensiones respecto a una cuenta de ahorro, simulando las mismas aportaciones a ambos instrumentos durante toda la vida laboral de un trabajador con ingresos medios, y pasando a valor presente los beneficios fiscales obtenidos. Estos beneficios, expresados como porcentaje del valor presente de las aportaciones, varían mucho entre los distintos países, y en el caso de España los resultados son desalentadores: somos el 6º peor país de los 26 analizados en cuanto a inventivos fiscales, por detrás de todas las grandes economías europeas.
Cuando ya han pasado más de 25 años desde la creación de los planes de pensiones, ¿cuáles son las razones de la escasa popularidad de este producto entre los españoles? Básicamente cinco:
-Menores rentabilidades que los fondos
-Comisiones de gestión-administración más altas
-Menor liquidez
-Incentivos fiscales que benefician más a las rentas altas
-El rescate a la hora de la jubilación también es más conveniente para rentas altas
La fiscalidad, insuficiente
Para las rentas altas puede ser atractivo ahorrar con planes de pensiones, pero para las rentas medias y bajas no, tal y como señalan los expertos y aseguraba la OCDE en su último informe. Ello se debe a que las aportaciones al plan se desgravan de la base imponible del IRPF, con lo cual los sueldos altos tienen mayores ventajas. Desde los Técnicos de Hacienda (Gestha) han criticado asimismo que el incentivo fiscal de los planes de pensiones sea regresivo, es decir, favorezca más a los que más tienen.
José María Mollenedo, de Gestha, considera que la escasa aceptación de los planes de pensiones individuales se debe, en primer lugar, a que las rentas medias-bajas no disponen de ahorro para depositarlo en un instrumento tan poco rentable y con poca liquidez. Hay que tener en cuenta que el 85% de los declarantes de la Renta tienen rentas inferiores a los 30.000 euros anuales. Son por tanto, las rentas altas (a partir de 150.000 euros) "quienes más provecho extraen tanto de la exención en la aportación, como de la exención del rendimiento y de la tributación en el momento del rescate", según el experto de Gestha.
Llegado el momento de la jubilación, a la hora de recuperar el capital invertido, hay que elegir la mejor fórmula para que Hacienda no se lleve una importante tajada: en forma de capital, de renta o con una fórmula mixta. También aquí las rentas altas son las más beneficiadas.