Planes de pensiones de empresa: estancados por falta de incentivos fiscales y bajos sueldos
Antonio Huertas: "Hay que poner en marcha sistemas de ahorro complementarios vinculados al empleo"
José Manuel Jiménez (Santalucía): "Hacen falta planes de empresa obligatorios"
El sistema público de pensiones afronta dos grandes retos demográficos: la mayor longevidad y el aumento de la tasa de dependencia, que se traducen ambos en la actual situación de gasto desbocado en pensiones y déficit de la Seguridad Social, con un desequilibrio que ronda los 17.000 millones de euros. Esta realidad hace que cada vez haya más trabajadores que reclamen a sus empresas la contratación de planes privados con el objetivo de ahorrar para la jubilación. En el caso de las empresas, ni siquiera un tercio cuenta con planes para sus empleados, en concreto, únicamente el 27,5% de ellas ofrece sistemas privados de jubilación a la plantilla, y algunas incluso los restringen únicamente para los directivos y personal con una cierta antigüedad en la compañía. Así lo refleja la tercera edición del informe Situación de las pensiones en España, realizado por KPMG Abogados (@KPMG_ES) mediante encuestas a directivos de 143 empresas. Un dato curioso es que, de las empresas que sí cuentan con plan de previsión, un 39,6% ofrece más de un plan a sus empleados.
El 27,5% de España es un porcentaje muy exiguo, que está a años luz de otros países desarrollados, como por ejemplo Suecia, donde alrededor del 85% de los empleados se acogen a un plan de previsión social a través del empresario, para que este aporte un 4,5% de los ingresos.
Dentro de la escasa oferta de planes empresariales en España, existen sectores más privilegiados que otros, como por ejemplo, el financiero y el asegurador (57,8%), o el de energía (57,1%), ya que de media casi el 60% de estas compañías ofrecen planes de pensiones, seguidas de las firmas de industria química y farmacéutica, con un 38,7%. Aunque en esta preminencia hay algo de trampa, debido a que "en los convenios colectivos vigentes de algunos sectores, como los de banca, seguros y químico, está establecida la puesta en marcha de los mencionados planes de pensiones", tal y como resalta el informe de KPMG. En el otro lado de la balanza, los ramos que menos planes colectivos contratan son transporte y logística (7,1%), así como industria (16,9%).
Fuente: KPMG
En cuanto al porcentaje de la plantilla que puede acogerse a estos planes, el 61% afecta a todo el personal siempre que tenga dos años de antigüedad, pero existe un 20% de los casos en que estos instrumentos de previsión social quedan restringidos solo para los directivos.
Fuente: KPMG
La fórmula de aportación más común es un porcentaje fijo sobre el salario pensionable, constituido en la mayoría de los casos como el salario fijo bruto, que es de media un 4,1%. Además, una de cada cuatro empresas con planes de aportación definida o mixtos dirigidos a la totalidad de la plantilla exigen también aportación por parte del empleado para tener derecho a la aportación de la empresa. En estos casos la más habitual es que la empresa duplique la aportación obligatoria del empleado.
Fuente: KPMG
En el caso de los planes para directivos, el coste medio para la empresa es del 15%- 20% del salario, un porcentaje que en el caso de los consejeros de las empresas del IBEX-35 puede llegar hasta el 62% (empresas industriales) y el 60% (construcción e infraestructuras).
¿Por qué no triunfan más este tipo de planes empresariales de previsión social? Al decir de los directivos de las 143 empresas encuestadas para este estudio, las principales barreras a la hora de poner en marcha un plan son el coste y la incógnita de si podrán mantener el compromiso a largo plazo, a lo que se une la escasa información en relación con la conveniencia o no de impulsar este tipo de instrumentos.
Respuesta casi unánime: hay que reformar el sistema público
El gasto de las pensiones, expresado como porcentaje del PIB, ha ido en aumento en los últimos 30 años, llegando casi a duplicarse en 2018 respecto a 1990. Según el Banco de España (@BancoDeEspana), costear las pensiones requirió el 10,8% del PIB el pasado ejercicio, y para 2050 este mismo organismo calcula (considerando sólo la evolución demográfica) que el gasto se situará entre el 18,4% y el 24,4% del PIB.
Otro dato que complica la sostenibilidad de las pensiones públicas es que, según pone de relieve este informe, dirigido por Álvaro Granado, responsable de Pensiones de KPMG Abogados, "España presenta una de las tasas de sustitución para los trabajadores con ingresos medios más altas de los países de la OCDE".
La evolución de las variables demográficas y económicas dificulta la sostenibilidad del sistema de reparto intergeneracional, recuerda Granado, para quien "las expectativas futuras sobre la situación del sistema público ponen de manifiesto la necesidad de impulsar el ahorro privado empresarial e individual". El informe resalta asimismo que "la opinión del mercado es que las pensiones que otorgará el Estado no serán suficientes". Más en detalle, ante la pregunta "¿cómo percibe el futuro de las pensiones?", el 87% de los directivos encuestados cree necesarias las reformas del sistema, de los cuales el 59% considera que dichas reformas implicarán una reducción de las pensiones. Incluso hay un 11% que afirma que a futuro no habrá sistema público de pensiones.
Propuestas: endurecer el acceso a la jubilación y planes de empresa obligatorios
Las empresas participantes en el informe de KPMG ponen sobre mesa la necesidad de abordar cambios de calado en el sistema público, con dos tipos de medidas:
Medidas paramétricas (sin cambiar el modelo actual):
-Retrasar la edad de jubilación
-Endurecer los requisitos de acceso a la jubilación
-Ajustes vinculados a la esperanza de vida
-Obligatoriedad de planes empresariales
-Modificar las bases de cálculo del importe de la pensión
Medidas estructurales (suponen cambiar el modelo actual)
Algunos países han llevado a cabo reformas más profundas cambiando sus modelos públicos de pensiones, desde los tradicionales sistemas de reparto a otros de capitalización (caso de Suecia) y modelos mixtos (ejemplo de Italia).
-Mochila austriaca
Consiste en un fondo de capitalización individual en el que las empresas hacen una aportación a favor de sus empleados (el 1,53% del salario) que acompañará al empleado durante toda su vida laboral. Así pues, los fondos se nutren únicamente de las aportaciones obligatorias a cargo del empleador y son gestionados por empresas privadas. En caso de despido, de cambio de empresa o de inicio de trabajo por cuenta propia, la mochila acompaña al trabajador durante toda su vida laboral. El fondo complementa la pensión pública de jubilación, pero también se puede cobrar en caso de desempleo o si decide crear una empresa o trabajar por cuenta propia.
-Modelo sueco de cuentas nocionales
Se trata de cuenta individualizada en la que se recogen las aportaciones (cotizaciones) de un cotizante a lo largo de su vida laboral así como los rendimientos teóricos generados por esas aportaciones, calculados a un tipo de interés escogido, denominado nocional. En el momento de la jubilación, el cotizante recibe una pensión que se deriva del fondo nocional acumulado, de la esperanza de vida media a esa edad y del tipo nocional utilizado.