Los planes de pensiones individuales siguen en rentabilidad anual negativa: -1,08%
Entre el abanico de productos de inversión a largo plazo con vistas a la jubilación existen muchas posibilidades, y ninguno es mejor que otro por sí mismo, ya que su idioneidad dependerá de la edad, nivel de ahorro, horizonte temporal, liquidez, riesgo, inflación (en el caso de las pensiones), y los propios condicionantes que la persona tenga según su conocimiento financiero.
Hay sin embargo algunas consideraciones generales que pueden ayudar a decidir. Por ejemplo, la escasísima liquidez de los planes de pensiones los hace poco recomendables para los autónomos o para aquellos profesionales que no tengan una situación laboral estable. En cambio, los fondos de inversión, por su enorme flexibilidad, pueden ser convenientes como instrumento de inversión-ahorro para personas con inestabilidad de ingresos.
Y, por supuesto, “si se ahorra con vistas a la jubilación, el producto que se escoja debe al menos darnos una rentabilidad igual que la inflación; si no logramos lo que se come la subida de los precios, nos estaremos empobreciendo”, asegura Miguel Ángel Bernal Alonso, profesor de la Fundación de Estudios Financieros (@EscuelaFEF)
Pos su parte, Manuel Álvarez Rodríguez (@manuelalvarezrd), secretario general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), que aglutina a 17 aseguradoras, gestoras y consultoras de pensiones, considera asimismo que los planes son adecuados si se tienen rendimientos del trabajo, debido a su tributación, pero “para quienes no obtengan rendimientos del trabajo regulares puede ser preferible un fondo de inversión. En cuanto a la rentabilidad, hoy por hoy los dos productos se parecen bastante, aunque quizá el fondo ofrezca un mejor resultado”.
Plan de pensiones individual
Es un producto de ahorro a largo plazo cuyo objetivo principal es acumular un capital, mediante aportaciones periódicas, para financiar la jubilación, invalidez, dependencia y/o fallecimiento. Sirve de complemento a la pensión pública de la Seguridad Social. En ciertos casos, el plan de pensiones individual se puede rescatar antes de la jubilación, siempre que se acredite una enfermedad grave o desempleo de larga duración.
-Liquidez: muy escasa. El plan de pensiones está ideado para ser cobrado con la jubilación, pese a que es posible el rescate parcial y/o anticipado en ciertos casos muy restringidos.
-Flexibilidad: las aportaciones al plan son flexibles, tanto en cuantía como en periodicidad.
-Fiscalidad: tributan en el IRPF reduciendo la base imponible del contribuyente, teniendo como límite la menor de las siguientes cantidades: 8.000 euros (Ley 26/2014) o el 30% de los rendimientos netos de trabajo personal y/o de actividades económicas.
-Rentabilidad: no está garantizada, sino que viene determinada por la política de inversiones de cada plan de pensiones, así como de la evolución de los activos financieros en la cartera del fondo.
El argumento más repetido en favor de los planes de pensiones es su ventajosa fiscalidad. “Esa afirmación es falsa, los planes de pensiones y fondos de pensiones no tienen una ventajosa fiscalidad, la que hacen es diferir el pago de impuestos e incluso incrementarlo”, afirma el economista Miguel Ángel Bernal. Además, asegura este experto, “en un plan de pensiones nadie, de haberlas tenido, puede deducirse las minusvalías provocadas de haber existido pérdidas. Tampoco podrá hacer una distinción entre rentas diferidas, las aportaciones y las rentas provocadas por los resultados obtenidos cuyo tratamiento fiscal es más ventajoso. No se podrá aprovechar de la ventaja fiscal que da tener más 65 años y materializar las plusvalías en una renta vitalicia”.
PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático)
Muchos ahorradores en el entorno de los 50 años prefieren suscribir un Plan Individual de Ahorro Sistemático (PIAS) antes que un plan de pensiones. ¿Por qué? Un PIAS es una fórmula de ahorro-previsión a muy largo plazo, cuya meta es constituir una renta vitalicia a través de primas periódicas, de tal forma que el beneficiario reciba el ahorro acumulado a la fecha de vencimiento en forma de renta vitalicia.
-Liquidez: sí, es posible cobrar lo ahorrado antes de la fecha de vencimiento.
-Flexibilidad: las primas a los PIAS son periódicas, pero su importe anual está limitado a 8.000 euros anuales como máximo, con un tope de 240.000 euros.
-Fiscalidad: el inversor está exento de declarar los rendimientos generados durante el período de acumulación de primas, siempre que cumpla una serie de requisitos. Ahora bien, si el beneficiario decide cobrar lo ahorrado, hacerlo líquido, perderá el beneficio fiscal ya que parte o todo el dinero lo recibirá de una vez (y no en forma de renta, que es la razón de ser del PIAS).
-Rentabilidad: garantizan una rentabilidad mínima.
Fondos de inversión
Un fondo de inversión es un instrumento colectivo, cuyo patrimonio está formado por una inversión de cartera diversificada y cuyas participaciones se distribuyen de modo proporcional a las aportaciones realizadas por los inversores. En este sentido, también pueden considerarse como una opción a la hora de planificar el ahorro de cara a la jubilación.
-Liquidez: sí, las cantidades invertidas-ahorradas se pueden cobrar inmediatamente.
-Flexibilidad: los fondos permiten una enorme flexibilidad para realizar las aportaciones.
-Fiscalidad: las plusvalías tributan al 19%.
-Rentabilidad: no está garantizada, depende de lo acertada (o no) que sea la gestión del fondo, al igual que sucede con los planes de pensiones.
El secretario general de Ocopen, Manuel Álvarez Rodríguez, resalta que con los tipos de interés de activo a la baja, “presionados de manera intencionada por el BCE para que la economía no se detenga, y los tipos del pasivo en mínimos, las alternativas de ahorro-inversión no son demasiado halagüeñas”. En fondos de inversión, recomienda los de renta variable, aunque “hay que ser muy selectivos. Lo más razonable es escoger fondos que inviertan en sectores tecnológicos y de Estados Unidos, cuyas empresas líderes están muy vinculadas a las nuevas tecnologías”.
No obstante, Álvarez advierte que este tipo de decisiones de inversión requiere poseer una cierta formación financiera o estar bien asesorado. “Si el pequeño inversor va al banco de su esquina a buscar un fondo para ahorrar, allí probablemente no le ofrecerán nada relacionado con tecnología ni en EEUU, que es verdaderamente el mercado que ha tenido buen comportamiento”, ya que en España no solo falta concienciación e información sobre las pensiones futuras sino que “los vehículos de inversión se han considerado tradicionalmente como meros instrumentos de deducción fiscal muy sesgados hacia la renta fija y con carteras ultraconservadoras”.