José Carlos Vizárraga Catalán, director general de Ibercaja Pensión (@ibercaja), se ha trasladado desde la sede principal de su entidad en Zaragoza al plató de 65YMás para desgranar la situación actual de los planes de pensiones. El gerente de quinta entidad gestora de fondos de pensiones en España, con una dilatada experiencia en el sector asegurador y miembro de la Asociación De Instituciones De Inversión Colectiva Y Fondos De Pensión (@INVERCOinfo), se muestra crítico con los últimos proyectos del Gobierno en lo que respecta a la limitación de 1.500 euros en aportaciones a los planes individuales. También con la formulación de los planes de empleo y el proyecto paneuropeo sobre los que opina "son buenas ideas", pero "hay que desarrollarlas". Además sostiene que "tiene que haber un equilibrio entre la generación del baby boom y lo jóvenes" de cara a garantizar la sostenibilidad de las pensiones públicas.
PREGUNTA.– Nosotros, como siempre, queremos poner el foco en las pensiones, que están además en el ojo del huracán, ya sea por riesgos de sostenibilidad, la famosa revalorización según el IPC y también el impacto de la generación del babyboom en los próximos años. ¿Usted ve riesgo para la sostenibilidad de las pensiones públicas?
RESPUESTA.–A ver, yo veo riesgos en las pensiones públicas, pero no veo un riesgo de desaparición, ni de una gran recorte, ni de ningún catastrofismo. Pero sí que veo que estamos en una situación ante la que vamos a tener que tomar medidas. Yo creo que tenemos que dejar la política a un lado, y ver dónde estamos. Lo que no me gusta, ni creo que sea conveniente, es trasladar un catastrofismo ni una situación de caos. Las pensiones son algo que tenemos que cuidar, como la educación, la sanidad, y que tenemos que saber gestionar. Saber si podemos subir el IPC o no en años como el que tenemos ahora, un IPC reducido o no… Pero todo esto, lo tenemos que decir con claridad. No vale ni decir que no pasa nada, porque sí pasa, ni decir que las pensiones públicas están en entredicho.
Ni muchísimo menos. El país va a poder seguir pagándolas, tenemos ese pacto generacional que existe y que va seguir presente, tenemos muy buenas pensiones en España, a pesar de que haya algunas voces que digan lo contrario. Pero tenemos que cuidarlas. Es también un tema a futuro, no solo un problema de este ejercicio. Tenemos que pensar en las pensiones de la gente más joven que se incorpora ahora al mundo del trabajo. Tenemos que pensarlas para ellos.
P.– Hablando de esa solidaridad intergeneracional, está esa diferencia entre los jóvenes y la generación masiva del babyboom que está próxima a incorporarse a la jubilación. ¿Puede haber un equilibrio?
R.– Tiene que haberlo. El sistema que tenemos implantado como país tiene que buscarlo. Y donde haya un desequilibrio, tendremos que contribuir a pagarlo. La generación del babyboom ya poco puede hacer porque está a las puertas de llegar a la jubilación y empezar a cobrar las pensiones. Pero sí que tenemos que hacer cosas para que las generaciones que vienen por detrás, también tengan garantizadas sus pensiones. Yo insisto mucho con ese contrato no escrito intergeneracional, con todos, los mayores y los jóvenes, para garantizar las pensiones.
"Tiene que haber un equilibrio entre la generación del babyboom y los jóvenes para poder pagr las pensiones de todos"
P.– Esto respecto a las pensiones públicas, pero los planes de pensiones privados pueden ser un complemento para el ahorro a la jubilación. Aún así parece que la industria de la previsión social complementaria no acaba de despegar en España. ¿Por qué cree que sucede esto?
R.– Los sistemas de previsión complementaria vienen a constituir un complemento para que esa pensión pública, a la que vamos a tener acceso todos, se pueda complementar. Y para eso tenemos que fomentar el ahorro, que se puede dar no solo a través de los planes de pensiones, sino también a través de los fondos de inversión, los depósitos, la vivienda… Pero tenemos que ser conscientes de que hay que constituir un ahorro paralelo a esa pensión que tendremos, y la mejor manera para hacerlo seguramente sean los planes de pensiones.
Una asignatura pendiente, que estamos por lo menos con la intención solventar, es con la nueva normativa que se ha publicado con los nuevos planes de empleo, que son la única forma que existe en Europa y en el mundo de socializar esa pensión complementaria, de que todo el mundo tenga acceso a ese ahorro complementario individual. Y es una manera de fomentarlo, al final, como han llegado a la conclusión unos cuantos premios Nobel en los últimos años, con las teorías conductuales y del comportamiento, es que a las personas nos tienen que ayudar.
Es la teoría del empujón, tener una cierta obligación a hacer algo y no solamente dejarlo al albor de la voluntariedad. No solo si has sido responsable, sino tener un ahorro todos los meses de lo que cada uno pueda, ya sean 25, otros 50, otros 200 euros… De alguna forma son sistemas que lo que hacen es que las personas, las más previsoras y las menos, constituyan un ahorro para el futuro destinado a la jubilación.
P.– El ministro Escrivá asegura que los nuevos planes de empleo beneficiarán sobre todo a trabajadores con rentas medias y bajas, ¿lo ve de verdad posible?
R.– Sí, sin ninguna. Yo creo que eso es lo que tienen que buscar. Nosotros en Inverco, manejamos mucha información del sector. Menos del 1% de las pymes españolas tiene hoy planes de empleo, que ha estado desarrollado fundamentalmente en España por las grandes compañías, entidades financieras, empresas de energía, grandes constructoras... Pero fuera de ese ámbito ha tenido un desarrollo muy limitado. Entonces, la forma de que ese segundo pilar, que son las pensiones de empleo, tenga un desarrollo realmente importante tiene que ser a través de una norma como las que vio la luz el pasado 1 de julio.
Y tiene que estar bien construida, para que tanto empresas como trabajadores, sean conscientes que desde la negociación sectorial y desde la negociación colectiva, se puedan impulsar estos planes en pequeñas empresas. Parece que el momento podría no ser el mejor desde el punto de vista económico, pero tenemos que ser capaces de desarrollar esos sistemas, pensando en nuestros hijos, en esas personas que se incorporan ahora al trabajo y no tienen ningún ahorro constituido, pero que tienen por delante muchos años para ello. Esta es la bondad de estos sistemas de capitalización. Un ahorro de alguna manera voluntario, pero a la vez, obligado y forzoso.
"El momento para implantar los planes de empleo podría no ser el mejor desde el punto de vista económico, pero hay que desarrollarlo"
P.– Ustedes como quinta gestora de los planes privados en el ránking español, cómo ven el panorama actual. ¿Qué rentabilidades se pueden asegurar para los planes de pensiones?
R.– El año pasado fue un gran año en cuanto a rentabilidades en renta variable, eso generó que los fondos terminasen muchos de ellos con rentabilidades por encima de los dos dígitos. Llevábamos unos años buenos, lo que pasa es que en el mundo de la inversión tenemos que contar con que hay años muy buenos y años menos buenos. Por eso tenemos que elegir bien la gestora en la que depositamos la confianza, para que ellos, que son los especialistas, sepan posicionar nuestros ahorros. Eso no quiere decir que este año no podamos tener pérdidas...
Los planes de pensiones y los fondos de inversión, que tienen la misma orientación, tenemos que verlos como un ahorro a medio y largo plazo. Tenemos que dar a ese vehículo una expectativa de tiempo, reduciendo el nivel de riesgo, conforme vayamos avanzando en nuestra edad, pero no podemos pensar solamente en si un año es bueno o malo. Este año, evidentemente con todos los riesgos que tenemos encima de la mesa, con la Guerra de Ucrania, la inflación, esa posible recesión de la que se está hablando ahora mismo, pues no es el mejor campo de experimentación.
Tenemos años buenos y malos. Nosotros siempre decimos cuando nos sentamos con un cliente, que lo importante es hacer un ahorro periódico. Si intentamos acertar con el momento en que bajan los mercados y en el que suben, vamos a fallar casi siempre.
P.– Aún así, parece que a la hora de abordar el ahorro para la jubilación, ésta sigue siendo una gran asignatura pendiente de España ¿Falta demanda? ¿Falta una oferta más atractiva? ¿Incentivos fiscales..?
R.– Yo creo que lo que nos falta en España respecto a otros países de nuestro entorno es educación financiera. Y con esto quiero mandar un mensaje de que no solamente tenemos que ser las entidades financieras las que estemos promocionando los productos de ahorro, sino que desde la educación más básica que tengan nuestros hijos, deberían de conocer muy bien cómo son los productos financieros, qué opciones de ahorro tienen, qué significa una capitalización, cómo se constituye un préstamo, qué es lo que se tiene que mirar, cómo se tiene que calcular…
Quizás en algunos vehículos estamos llegando más tarde que nuestro entorno, hablo de vehículos de inversión colectiva, fondos de inversión, fondos de pensiones, hemos sido muy conservadores con los depósitos bancarios.. Pero hemos tenido un gran activo que está a mucha distancia respecto a otros países, que es la vivienda. No debemos de olvidar que también la tenemos que considerar hoy como un activo, en este caso inmobiliario, pero que podemos hacer líquido y que hay fórmulas y formas.
Aún así, hay que trabajar mucho y con la Administración lo estamos haciendo, para que se pueda licuar ese ahorro inmobiliario para que las generaciones de los más mayores puedan tener una vida más cómoda. Al final hay que pensarlo, no solo como un patrimonio que hay que pasar de padres a hijos. Nadie se tiene por qué rasgar las vestiduras porque ese patrimonio te ayude a tener una tercera o cuarta edad magnífica.
"En España hemos tenido un gran activo que está a mucha distancia respecto a otros países, que es la vivienda"
P.– Volviendo a los planes individuales, ¿cree que las comisiones de éstos son caras, tal como critican algunos expertos y el propio ministro Escrivá ha dicho en varias ocasiones?
R.– Eso es un mantra que ha habido tradicionalmente contra los planes de pensiones, y casi con cualquier vehículo de inversión. Un 1% de comisión en un vehículo de larga vida, y de larga vida de jubilado, se tiene que tener en cuenta que tiene cierta complejidad de administración. En los países de nuestro entorno tiene unas comisiones similares. Precisamente el plan paneuropeo, la comisión de referencia que se ha puesto es e 1%, que es la media del mercado español de planes de pensiones, y eso tanto para renta variable como para renta fija.
La renta fija no puede superar el 0,84%, la renta variable sí es la que puede superar esa comisión. Con lo cual, creemos que no son caras. En los planes de empleo tenemos las entidades con comisiones más baratas de toda Europa con menos del 0,30% de comisión media. En países con más desarrollo y más volumen de activos, están en en 0,50%-0,60%. Yo creo que es un mantra que ha caído sobre las entidades gestoras y que no es cierto, además de conseguir unas magníficas rentabilidades en muchos productos muy buenas.
P.– Y concretamente, ¿cómo de sombrías (o no) son las perspectivas tras la fuerte reducción de incentivos fiscales de los planes de pensiones limitando las aportaciones a 1.500 euros anuales?
R.– La opinión, desde luego, no es buena. Y luego hay una cosa singular y es que en España, no habíamos desarrollado los planes de empleo, pero sí los individuales. Había un número importantísimo de españoles que tenían planes de pensiones, muchos de ellos posiblemente arrastrados por la fiscalidad. Aunque una fiscalidad mal entendida porque sí que tenías una deducción cuando lo constituías con las aportaciones anuales, pero no en el momento de la jubilación. Con lo cual, realmente para ser ecuánime, hay que mirar el efecto real. De hecho el saldo de los últimos años, era un saldo casi neutro. Es decir, las deducciones que nos aplicábamos, se compensaban con el dinero que pagaban los beneficiarios que llegaban al momento de la jubilación y rescataban su plan de pensiones. Por tanto creemos que sí, desde luego no hay que quedarse solamente con las deducciones fiscales.
También por otro lado, si has sido un ciudadano ejemplar porque has sido previsor, eso es bueno para el país. No es lo mismo tener pensionistas que exclusivamente vivan de su pensión, que ciudadanos que llegan con un poquito más de mochila, a los que seguramente tenemos que ayudar menos en el futuro. Por lo tanto para mí, habría que premiarlos. Teníamos esa gran baza como país de tener un tercer pilar de previsión individual más elevado que otros países de nuestro entorno; y al quitarle los beneficios fiscales, además para pasarlos a empleo y no hacerlo simétrico, llevamos dos años de decalaje, en los que no hemos premiado a las personas que hacían aportaciones a los planes de pensiones y tampoco lo estamos haciendo con los de empleo…. Me parece bien que tenga un ahorro la Administración, pero no creo que sea la manera de hacerlo, ni de incentivar al ciudadano a que ahorre.
"Teníamos esa gran baza con los planes de pensiones, que al quitarle los beneficios fiscales, se ha desequilibrado"
P.– Precisamente el ministro Escrivá ha tocado varios pilares, las pensiones públicas, los sistemas complementarios… ¿Cómo valoraría su gestión?
R.– Tanto las pensiones públicas como las complementarias no se pueden juzgar hasta dentro de unos años. Esto lo veremos con el paso del tiempo. Ha habido reformas y contrarreformas y al final todo lleva a lo mismo, no nos engañemos: aumentar los años de cotización, aumentar el número de años para elegir la pensión.. Todo eso lo que va buscando es acomodar las pensiones futuras al nuevo marco que tenemos. Y éste no es ni más ni menos que una longevidad mucho mayor a la que teníamos cuando esa normativa de la Seguridad Socia se legisló y la esperanza de vida estaba en los 72-73 años. Hoy está en 85, contados con años de retraso, al menos con los cálculos que manejamos en las gestoras. Por eso, también hay que cambiarlo. Antes hablábamos de que por cada euro que aportamos, un pensionista está llevándose un 1,7-1,8%... Lo cierto es que nos llevamos mucho más de lo que aportamos. Tendremos que ver qué estamos dispuestos a pagar como país y esa es una circunstancia importante.
Lo de los sistemas complementarios, al final yo creo que puede haber una reforma, es bueno que la haya, que el sector está por esa reforma, que creemos que tenía que haber sido más simétrico, un cambio y el otro, y que hay ciudadanos como ahora mismo lo autónomos que no solo no tienen opción de un plan de empleo, sino que llevan dos años que en los que no pueden aportar más de 2.000 euros a su previsión social complementaria. Esa es la realidad. Eso se podría haber legislado. Nosotros desde Inverco, le hemos pedido al ministerio que hubiera un periodo transitorio, porque entendemos que las leyes cuesta hacerlas, cuesta desarrollarlas, cuesta llegar a acuerdos; pero se pueden hacer medidas transitorias para que no haya un corte como el que se ha producido. Y sin embargo, no nos han escuchado.
"Algo falla con el plan paneuropeo de pensiones"
P.– Otro de los grandes proyectos es el plan de pensiones paneuropeo, que se anunció a bombo y platillo pero al final parece que no acaba de arrancar. ¿Por qué?
R.– Yo diría dos cosas, una porque el límite de esos productos es 1.500 euros hoy en España. Y para eso, ya tenemos los planes de pensiones. Si no podemos diversificarlo, no tiene ningún sentido. Yo creo que la cantidad es tan reducida que lamentablemente a ninguna entidad en España le ha interesado hacer todo el desarrollo que requiere un producto nuevo, para tener una aportación tan pequeña y compartida con otros vehículos… No nos olvidemos que están los seguros de vida, los planes de pensiones y este nuevo producto. Y ha pasado lo mismo en el resto de Europa. Al final, se ha hecho un producto con muchas limitaciones que técnicamente puede estar muy bien construido, pero cuando aterriza en la realidad tiene muchos inconvenientes. Y si no hay una fiscalidad compartida en la Unión Europea, como sabemos que no la hay, todavía tiene más dificultad.
Yo creo que tiene que haber una proximidad mayor entre el legislador y la realidad del cliente, de las personas, de la industria… Algo falla. De hecho es un producto que hasta la fecha no ha arrancado. Había una entidad que había anunciado su desarrollo y lo ha desestimado. Al final tú puedes legislar todo lo que el papel aguante, pero cuando lo analizamos y hay que hacer una inversión, ver si hay demanda... Hemos visto que a nivel europeo, pese a ser una buena idea, tiene muchas limitaciones. No sé si en el futuro podrán hacer los retoques para que tenga un desarrollo común y potente. Ojalá.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.