¿Qué pasa cuando no puedes pagar las deudas con Hacienda? Las dos alternativas

Los impuestos son cantidades de dinero que los ciudadanos están obligados por ley a pagar para que las diferentes Administraciones Públicas tengan dinero suficiente para solventar los problemas y las necesidades púbicas que vayan surgiendo.

Pero a veces, puede ocurrir que el contribuyente no tenga dinero para pagar, y se vean en la situación de tener deudas con Hacienda, que evidentemente tendrán que solventar, y para ello, el organismo ofrece diferentes alternativas para aquellas personas con falta de liquidez.

“Las deudas, tanto en periodo voluntario como ejecutivo, podrán aplazarse o fraccionarse en los términos que se fijen reglamentariamente, previa solicitud del obligado tributario, cuando su situación económico-financiera le impida, de forma transitoria, efectuar el pago en los plazos establecidos”, señala la Agencia Tributaria.

Fraccionamiento y aplazamiento de pago 

Una de estas opciones es la solicitud del fraccionamiento de pago. Si eliges esta alternativa pagarás en dos plazos y sin intereses. En el primero de ellos abonarás un 60%, y en el segundo, el 40% restante.

Esta opción es válida, por ejemplo, para pagar la declaración de la renta. Solo tienes que seleccionar la casilla correspondiente al fraccionamiento de pago en dos plazos y añadir la cuenta bancaria donde quieres que te cobren. 

 “La falta de ingreso en plazo de la primera fracción determinará el inicio del periodo ejecutivo para el importe total autoliquidado”, indican en la página web de la Agencia.

Ahora bien, si no cumples con el pago, Hacienda puede iniciar lo que se conoce como un procedimiento de apremio, que implicaría que pagar los intereses de demora que se fijan cada año en la Ley de Presupuestos Generales del Estado, y podrían también embargarte los bienes. 

Otra de las opciones que contempla la Agencia Tributaria es solicitar un aplazamiento de pago, argumentando los motivos por los que no puedes pagar, y cumpliendo con los siguientes requisitos: no tener notificaciones pendientes, estar al corriente de pagos con Hacienda y ser titular de la cuenta o tarjeta bancaria seleccionada.

En caso de que te lo concedan deberás pagar intereses. Y al igual que la opción anterior, en caso de que no cumplas con el pago, se iniciará el procedimiento de apremio.

El procedimiento de apremio

Como explicábamos anteriormente, cuando termina el plazo para pagar y no se ha abonado la cantidad de dinero necesaria, comienza el periodo ejecutivo que permite a Hacienda tomar acciones, entre ellas el procedimiento de apremio, que tiene diferentes etapas:

Iniciación. Lo primero que te llega es una notificación donde se establece "un plazo de pago durante el cual, si se paga el importe total de la deuda y del recargo de apremio reducido del 10 % finaliza el procedimiento y no se liquidan intereses de demora", explica Hacienda en su página web.

La segunda parte es la tramitación. Si transcurrido el plazo, no se ha pagado la deuda, Hacienda podrá "realizar actuaciones de embargo y ejecución de los bienes del deudor para el cobro de las deudas".

Y por último, la terminación, que como su propio nombre indica, es cuando termina el procedimiento. Y puede hacer por tres razones: se paga la cantidad debida, se llega a un acuerdo en el que se declara el crédito total o parcialmente incobrable, una vez declarados fallidos todos los obligados al pago o por quedar extinguida la deuda por cualquier otra causa.

En caso de que el crédito se declare incobrable, este procedimiento se reanudará dentro del plazo de prescripción, cuando se tenga conocimiento de la solvencia de algún obligado al pago.