Ignacio Casanueva
Ignacio Casanueva es redactor especializado en temas de tecnología y salud.
… saber más sobre el autorLa necesidad de un aporte extra a lo largo de nuestra vida para hacer frente a un imprevisto, o para mejorar nuestra casa, coche… es un escenario muy común. En ocasiones podemos tener la capacidad de ir ahorrando poco a poco si no hay una fecha prevista.
Hay otras veces en las que este gasto llega por sorpresa y para sortearlo pensamos en pedir un préstamo. Pero ¿es esta la única posibilidad? Podremos acudir al banco con otra opción en la mente, aunque esta dependerá si tenemos una casa. Hablamos de rehipotecar nuestro hogar.
Rehipotecar significa solicitar una nueva hipoteca sobre la vivienda habitual. Si por ejemplo todavía estamos pagando la hipoteca que obtuvimos para hacernos con nuestra casa, ésta se cancelará y se constituirá una nueva hipoteca.
Esta opción es beneficiosa para algunos casos, ya que en otros sí que será más beneficioso otras formas de obtener ese dinero extra. Las situaciones más habituales son:
Muchas veces podemos pensar que rehipotecer es lo mismo que ampliar la hipoteca, pero hay diferencias. Como hemos mencionado antes, al rehipotecar pides una nueva hipoteca sobre tu vivienda (cancelando antes la anterior), mientras que si amplías la hipoteca aumentas el préstamo hipotecario que ya tienes concedido.
Hay que apuntar que tanto rehipotecar como ampliar la hipoteca tienen costes, que es importante examinar muy bien, para ver que solución te interesa más.
En ambas opciones es importante que al negociar con el banco no te centres solo en los gastos, sino que también analices detalladamente las condiciones de cada operación.
Además de los gastos directos que hemos comentado, puede que el banco quiera imponerte más vinculaciones, como una tarjeta de crédito, un seguro…, que habrá que tener en cuenta porque son gastos extras.