En plena campaña de la Renta correspondiente con los ingresos obtenidos en 2022 y que se prolongará hasta el próximo 30 de junio, es normal que surjan ciertas dudas frente al borrador de la Declaración. Antes de confirmarlo, hay que conocer bien si existen desgravaciones, estatales o autonómicas que nos puedan beneficiar; así como algún elemento que haya que declarar. En muchas ocasiones, existen dudas respecto a la obligación o no, de declarar determinados elementos.
Por ejemplo, si obtenemos una ganancia a través de una venta por Internet entre particulares, por pequeña que sea, se debe declarar. También debemos declarar si recibimos un premio en un concurso. Pero, ¿y si lo que hemos recibido es una herencia en el 2022? ¿hay que declararla?
Como norma general, quien recibe una herencia no debe tributar por ella a Hacienda en el IRPF, dado que el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el Impuesto a la Plusvalía Municipal ya gravan la ganancia patrimonial obtenida por la herencia. En el IRPF, solo habrá que pagar por las rentas que genere el patrimonio que se herede, como puede ser la venta o alquiler de un inmueble, acciones o depósitos bancarios. En este caso, tanto herederos como apoderados tienen que incluirlo en la declaración de la renta.
Como hemos dicho, una vivienda heredada en sí misma, no habrá que declararla en el IRPF. Si esta propiedad se destina a vivienda habitual, no tributará en la Renta.
Ahora bien, si la vivienda se alquila o se vende una vez heredada, habrá que incluirla en la declaración de la renta, ya que esa operación genera unos beneficios que deben declarase en el IRPF. ¿Y qué ocurre si el inmueble heredado, ya sea una vivienda, un garaje, un local o un terreno estaban previamente alquilados y se reciben ya en esta situación? En este caso, igualmente deberán declararse en la Renta, porque ese arrendamiento produce un beneficio económico por el que se debe tributar.
Los planes de pensiones suponen una excepción a la norma. En este caso, sí que deben tributar en la Renta. Los planes de pensiones privados no tributan en el Impuesto de Sucesiones a liquidar cuando se acepta la herencia, pero sí que se deben incluir en el IRPF, ya que se trata de un capital que se suma a la base general.
De la misma forma, las acciones y los depósitos bancarios deberán declararse en el IRPF en el momento en que se vendan, o si generan intereses o abonan dividendos, puesto que esto supone una ganancia. Son rendimientos del ahorro.
Los herederos o apoderados, además, tendrán que hacer la declaración de la Renta de la persona fallecida y asumir los pagos o deudas que quedaron pendientes en el ejercicio anterior al fallecimiento. Los sucesores deberán hacerse cargo de todos sus bienes y derechos, pero también de las obligaciones, entre las cuales se encuentra la presentación y pago de la autoliquidación del IRPF.
En el caso de que la cuota resultante de la autoliquidación del IRPF del 2022 de una persona fallecida sea a pagar, serán sus herederos quienes habrán de presentar la declaración y pagar la cuota resultante de la misma. Ahora bien, este importe se computará como una deuda a la hora de calcular la masa hereditaria susceptible de tributación por el Impuesto sobre Sucesiones. Por el contrario, si la cuota resultante fuese a devolver, este derecho será un activo a integrar en la masa hereditaria del fallecido.
