España se empobrece fruto de una inflación sin precedentes en 30 años, que nos resta poder adquisitivo, una tributación al alza al no deflactarse el IRPF, y unos salarios que no crecen, o lo hacen muy poco. De hecho, somos el país más castigado entre las principales economías desarrolladas.
Los sueldos de los españoles registraron en 2022 una contracción del 5,3% en términos reales, es decir, al incorporar al poder adquisitivo el impacto negativo de la inflación, lo que supone la novena mayor caída entre los 38 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde cayeron una media del 3,3% en su conjunto. La caída solo ha sido mayor en Eslovaquia, Lituania, México, Estonia, Eslovenia y República Checa, donde los sueldos llegaron a perder casi el 9% de su poder de compra.
Si bien el salario medio aumentó en todos los países de la OCDE en términos nominales entre 2021 y 2022, "disminuyó en términos reales en 35 de los 38 países". Es una de las principales conclusiones del informe anual ‘Taxing Wages’, en el que el 'think tank' que agrupa a las economías avanzadas analiza los costes laborales y los impuestos al trabajo en los países del grupo.
La inflación reduce el número de bienes y servicios que se pueden adquirir con la misma cantidad de dinero, un impuesto silencioso que merma el poder de compra y devalúa los salarios. Al tener en cuenta el impacto negativo de la inflación sobre los salarios, las mayores caídas en términos reales se observaron en Estonia (-10%), Turquía (-8,8 %), Países Bajos (-8,3 %), Grecia (-7,4 %), República Checa (-7%), México (-6,8 %), Lituania (-6,3 %), Letonia (-6,2 %) y España (-5,3 %).
En el extremo opuesto, entre todos los países de la OCDE únicamente Hungría (+2,6%), Colombia (+1,5%) y Suiza (+0,1%) registraron subidas salariales en promedio en términos reales.
Alemania e Italia, por su parte, han registrado caídas leves, del 3,9% y del 2,2%, mientras que los franceses, prácticamente, han mantenido su poder de compra.
El informe señala un doble golpe. Y es que, al efecto de la inflación, hay que sumar el del incremento nominal de los sueldos (que en España ha sido de un limitado 2,9% hen 2022), que está provocando una mayor tributación en los países que no han corregido el efecto de la inflación sobre los impuestos progresivos que gravan la renta (IRPF), como es el caso de España.
Es la denominada ‘progresividad en frío’ del impuesto, que lleva a pagar más impuestos por subidas salariales que ni siquiera compensan la subida de la inflación.
Las cotizaciones a la Seguridad Social y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) alcanzan ya el 39,5% del salario del trabajador medio español, 0,2 puntos más que el año pasado. La denominada cuña fiscal, fruto de sumar estos dos conceptos, supera en 4,9 puntos la media de los países de la OCDE, que se sitúa en el 34,6%, sin variación anual. Así, el sueldo neto que finalmente recibe el empleado queda en el 60,5% del coste laboral. Es decir, los trabajadores españoles dedican casi cuatro de cada diez euros generados por cada empleo a pagar impuestos.
En este 2023 está previsto que suba la carga impositiva sobre los salarios tras el aprobado incremento de cotizaciones de reforma de pensiones. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) diseñado por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, gravará con 0,6 puntos extra el salario de los trabajadores para pagar las pensiones del baby boom.
El informe de la OCDE también apunta a España como el país con una menor subida nominal de los salarios desde 2010 (el 1,08%), solo por delante de Japón (1%) y de Grecia, Somos, además, el tercer país por la cola en subida nominal de los salarios en el periodo más reciente entre 2019 y 2022 (1,29%), solo por delante, de nuevo, de Japón (–0,43%) y de Grecia (–0,55%).
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño ha admitido en la sesión de control de este mismo miércoles que es necesario que los salarios reales suban. Además ha señalado que el Producto Interior Bruto (PIB) de España recuperará "pronto" los niveles que tenían antes de la pandemia.
