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Son optimistas con su futuro, cuidan su salud, tienen poder adquisitivo y capacidad de ahorro, y prefieren vivir en sus hogares. Así lo apunta el Primer Barómetro del Consumidor Sénior en Extremadura, cuyo objetivo es identificar los hábitos de consumo que tienen los mayores de 55 años en esta comunidad, un segmento de la población que actualmente está formado por cerca de 380.000 sénior, lo que representa más del 38% de la población esta región.
Según dicho barómetro, los mayores extremeños son un motor de consumo de ocio y turismo –realizan mayor gasto en restaurantes y gastronomía (74%)–; y gastan su dinero fundamentalmente en alimentación y bebidas no alcohólicas, vivienda, salud, finanzas y seguros. También aporta otras claves que definen a este consumidor, entre ellas, que el 52% vive en hogares en los que al menos dos personas aportan ingresos mensualmente; el 90% vive en una vivienda propia; el 80% no tiene préstamos ni hipotecas; el 72% cuida su alimentación; el 41% utiliza la tecnología en su día a día para cubrir sus necesidades y el 68% cree que la situación económica no va a empeorar, un dato que refleja en el hecho de que la mayoría de ellos espera gastar lo mismo o más este año, fundamentalmente en ocio, viajes y turismo (28%).
El trabajo forma parte del informe Silver Economy y Desarrollo Rural. El caso de Extremadura, que ha realizado el Centro de Investigación Ageingnomics (@FM_Ageingnomics) de Fundación MAPFRE (@fmapfre), la Universidad de Extremadura (@infouex) y la Fundación Xavier de Salas (@FXS_LaCoria), gracias a la colaboración de un selecto grupo de expertos vinculados a la Universidad de Extremadura.
Dicha investigación, que contempla un periodo de análisis de la situación extremeña entre 2016 y 2020, se ha presentado este 26 de septiembre, en el encuentro Economía sénior-Extremadura: dos entornos de alto potencial amigables y colaborativos, celebrado en Trujillo, dentro del marco de la Alianza Extremadura es Futuro, que impulsa el Consejo Social de la Universidad de Extremadura, y de la que MAPFRE forma parte.
Durante el acto se ha debatido acerca de cómo puede contribuir la economía plateada, aquella que protagonizan los mayores de 55 años, para mejorar la vida en los territorios en los que viven estas personas, así como para propiciar el desarrollo económico y social de Extremadura, crear nuevos empleos e incrementar los resultados de las empresas que están incorporándose a este nuevo mercado.
Necesidades y oportunidades de negocio
Los mayores extremeños demandan una alimentación saludable, descanso, centros sociales, asesoramiento financiero y atención residencial a domicilio. También necesitan afectividad, formación para ampliar sus conocimientos y actividades con las que mejorar su autoestima, es decir, con las que puedan compartir experiencias personales y profesionales, y empresas que les ayuden a conectar con personas jubiladas y emprendedores.
En este sentido, subraya, además, que todas estas necesidades de bienes y servicios representan grandes oportunidades de negocio para los empresarios que encuentren la forma de satisfacerlas rentablemente y suministrado bienes y servicios adaptados a este segmento de población, a su capacidad económica, formación, estado de salud o lugar de residencia.
Señala, además, que el mercado de la economía plateada, que, según los expertos ya ha emergido y crecerá de forma significativa los próximos años, está favoreciendo que las empresas que se anticipen ahora podrán afrontar un crecimiento futuro de mayor éxito, especialmente aquellas que aprovechen los programas de incentivos públicos europeos y combinen digitalización, salud y cuidados de las personas mayores.
Los autores del informe aseguran que, a pesar de que Extremadura es una región de rentas bajas y que por lo tanto constituye un mercado de consumo muy limitado para los bienes y servicios propios de la economía plateada, la región ofrece unas características geográficas, culturales, sociales y medioambientales que la hacen idónea para ser exportadora de un número significativo de proyectos empresariales, públicos y público-privados. Estos pueden orientarse hacia los mercados plateados, especialmente europeos, norteamericanos y asiáticos, de mayor capacidad adquisitiva, como, por ejemplo, centros de reposo recreativo y salud, que tienen una especial adecuación a las características de la Comunidad.
Emprendimiento y mundo rural
Una de las actividades en las que pueden estar implicadas las personas con más de 55 años es la relacionada con el emprendimiento. Según el estudio, actualmente existe un importante grupo de empresarios que se encuentran en este segmento de edad, el 3% de media de los sénior extremeños, y que tienen la intención de montar una empresa o ya la han creado en los últimos 42 meses.
Por tasas de actividad y áreas, existe mayor emprendimiento promedio en las zonas del norte (5,2%) y sur (5,0%), siendo las Vegas del Guadiana las que menores tasas tienen (1,4%), y las zonas rurales siguen manteniendo una mayor pujanza que las urbanas en el emprendimiento extremeño (4,8% frente a 2,1%), entre las que destaca la provincia de Cáceres frente a la de Badajoz (4,1 frente a 2,5 %) y los hombres frente a las mujeres (3,8 frente a 2,5 %).
El perfil medio del emprendedor sénior extremeño es el de un hombre de 59 años, con estudios primarios o secundarios, que no tiene formación para emprender, que trabaja a tiempo completo, posee una renta media-baja, y ha creado su empresa en una zona rural, principalmente en el norte de la provincia de Cáceres, y en el sector extractivo, transformador o de consumo, con un nivel tecnológico bajo, con menos de cinco empleados y sin presencia internacional.
El informe apunta a que existe una serie de factores culturales, de educación y capacidad emprendedora que a la vez obstaculizan e impulsan el emprendimiento. Los aspectos que los frenan están relacionados con las políticas gubernamentales, como la burocracia y carga regulatoria, la ausencia de políticas públicas para crear empresas y pymes, y el efecto de la fiscalidad sobre las mismas. Entre los factores que podrían contribuir a impulsar el ecosistema emprendedor entre los sénior destaca la Administración pública extremeña, tanto en lo que se refiere a las políticas que debe mejorar o poner en marcha (burocracia, fiscalidad, impuestos, etc.), como a la calidad y especificidad de sus programas de apoyo al emprendimiento sénior.
La natalidad, en valores mínimos
El informe proporciona un breve esquema sobre la población de Extremadura, que pone de manifiesto que la población que supera los 55 años aumenta de forma progresiva y continuará haciéndolo en las dos próximas décadas por la mayor esperanza de vida y por el acceso a la jubilación de las generaciones más numerosas de la pirámide.
Indica, además, que los principales indicadores demográficos presentan valores muy desfavorables para la recuperación de la población, puesto que la fecundidad ha descendido de forma muy significativa a lo largo de los últimos 20 años hasta situarse en poco más del 30%. Además, la población adulta-joven, en edad de procrear, se ha visto progresivamente más reducida desde los nacidos en 1980 hasta la actualidad. Como consecuencia de ello, la natalidad registra valores mínimos, situados en el entorno del 7%, que no garantiza ya el relevo generacional. Todo ello revierte en un claro envejecimiento demográfico, con poca capacidad de regeneración, lo que conlleva un aumento de las tasas de mortalidad, que ya superan el 11%, aunque en bastantes núcleos rurales se está aproximando al 20%.
Huertas: "Disfrutamos de un extra de 15 años de vida y una nueva etapa vital"
En el acto han participado representantes de distintas compañías, como Antonio Huertas, presidente de MAPFRE, así como del mundo académico, como Ricardo Hernández, catedrático de la Universidad de Extremadura, del sector fundacional, como Jaime de Salas, presidente de la fundación Xavier de Salas; Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE; e Iñaki Ortega, consejero asesor del Centro de Investigación Ageingnomics de la Fundación MAPFRE; y otras personalidades, como Maria José Curto, presidenta del Clúster de Turismo y vicepresidenta de CETEX, entre otros.
Antonio Huertas ha defendido “que el proceso de envejecimiento supone nuevas y profundas consecuencias socioeconómicas y, por lo tanto, también da lugar a nuevas oportunidades”. En este sentido, se ha referido a los avances médicos, “gracias a los cuales disfrutamos de un extra de 15 años de vida, lo que ha propiciado la aparición de una nueva etapa vital, entre los que superan los 50 y no llegan a los 80 años”, y ha hecho referencia a que la llamada “revolución de las canas traerá un cambio radical, ya que permitirá que millones de personas de esa franja de edad sigan trabajando, ahorrando, creando y consumiendo, y hará posible que nazcan nuevas industrias y emprendedores, muchos de ellos sénior, que encuentren oportunidades donde nadie pensó que las hubiera”.
En esta línea, también ha participado Juan Carlos Díaz Casero, catedrático de la Universidad de Extremadura, y director del programa Economía y Futuro, de la Fundación Xavier de Salas, quien ha hecho hincapié en que la economía sénior es un “recurso potente en Extremadura y en España a la hora de generar desarrollo económico y social” y para que se produzca es necesaria la iniciativa pública y privada, “todo ello, con un enfoque de iniciativa emprendedora, de generar arraigo en el territorio y oportunidades para todos”.