Jueves 23 de febrero de 2023
ACTUALIZADO : Jueves 23 de febrero de 2023 a las 9:23 H
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El Tribunal Supremo avala despedir más barato a los trabajadores mayores de 60 años sin que esto suponga discriminación por edad. No es edadismo, considera el Tribunal, en una sentencia que abre la puerta a que las empresas se deshagan de su talento sénior.
El fallo dice que “es razonable y proporcionado que los que ya han cumplido los 60 años tengan una indemnización menor en el despido colectivo, teniendo en cuenta que están próximos a la pensión de jubilación”. Una sentencia polémica que despierta sorpresa e indignación a partes iguales entre los expertos consultados.
Esta sentencia “me ha indignado”, asegura José Antonio Herce (@_Herce), doctor en Economía, experto en pensiones y socio fundador de LoRIS Retirement, “Es una discriminación etaria como la copa de un pino”, asegura tajante el experto. “Deshacerte de los trabajadores mayores tiene premio. Esto es el colmo, me parece increíble”, asegura el miembro del Comité de Expertos de 65YMÁS. “Me parece impresentable”, dice, en la misma línea Alfonso Jiménez, doctor en Psicología y socio de la consultora Exec Avenue. “Creo que esta sentencia es discriminatoria del talento sénior y no ayuda a alargar las vidas laborales que tanto necesita Europa y nuestro país”, añade.
La edad, “puede ser un criterio razonable o puede ser discriminatorio, pero según las circunstancias y la razón objetiva que haya debajo”, explica Federico Durán, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y abogado en Garrigues. “El Supremo lo que dice es que la diferencia de indemnización en este caso concreto tiene un fundamento objetivo y no es discriminatorio”, agrega.
“Es una sentencia llamativa, porque lo normal ha sido siempre incrementar la indemnización con la edad, y no disminuirla”, dice Juan Antonio Sagardoy, presidente de Honor de Sagardoy Abogados, Catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, responsable de la elaboración del Proyecto de Estatuto de los Trabajadores, en 1978, y uno de los laboralistas más reconocidos en todo el mundo.
“Tradicionalmente los sindicatos en los despidos colectivos han defendido el café para todos, es decir, una indemnización igual para todo el mundo”, coincide Durán. “En este caso los sindicatos han defendido que la indemnización no sea igual para todo el mundo y han introducido el criterio de quién sufre más prejuicio, considerando que un trabajador cercano a la jubilación sufre menos perjuicio que otro trabajador que tiene 20 años por delante”.
Un cambio importante y peligroso, porque introducir este criterio puede ser nocivo para los trabajadores sénior, advierte el jurista. “Calibrar las indemnizaciones en función del perjuicio que sufre el trabajador despedido perjudica a los trabajadores de más edad. Los jueces pueden interpretar que un trabajador a punto de jubilarse no tenga perjuicio económico”, añade Durán.
Pese a todo lo dicho, “la sentencia está muy bien argumentada”, defiende Juan Antonio Sagardoy. Para el Supremo no hay discriminación de los trabajadores por haber cumplido 60 años, porque que pueden acogerse a la protección por desempleo, y después, a la jubilación. Y, además, pueden beneficiarse de la obligación de la empresa de suscribir un convenio con la Seguridad Social para asegurar la cotización de los trabajadores despedidos mayores de 55 años hasta que cumplan la edad de jubilación. En el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, en su punto 9, se especifica que en el marco de un ERE, y para los trabajadores mayores de 55 años, "existirá la obligación de abonar las cuotas destinadas a la financiación de un convenio especial".
“Decir que un trabajador mayor necesita menos la indemnización me ha indignado”, se queja José Antonio Herce. “Se puede buscar justificación, como así ha hecho el Tribunal, igual que se puede buscar una justificación contraria: los jóvenes tienen más formación, estamos ante la generación más formada de la historia, y tienes más margen para buscar soluciones, más margen de mejora. Un trabajador de 60 años, tiene mucho menos tiempo y margen, y todo esto puede afectar a sus cotizaciones y a su pensión futura”, añade.
Coincide Sagardoy: “Los trabajadores más mayores tienen más dificultades para volver a encontrar empleo. Pero tampoco están exentos de dificultades las personas de menos edad. En efecto, hay argumentos para proteger a los más mayores, pero también los hay para lo contrario”.
“A la hora de fijar la indemnización lo que cuenta es la trayectoria laboral de los trabajadores. La indemnización por despido son tantos días por año trabajado, y no, tantos días por los años que te quedan antes de jubilarte. ¿A qué viene argumentar la distancia a la jubilación?”, se pregunta José Antonio Herce. “Lo que cuenta es la trayectoria laboral de los trabajadores”.
“A la hora de elegir a los trabajadores que se va a despedir el criterio puede ser el de apoyar a los trabajadores que van a tener más problemas para encontrar otro trabajo”, coincide Durán. Sin embargo, esta sentencia no entra en la elección de los trabajadores, “aquí se habla de las indemnizaciones, no del hecho de que sean ellos y no otros. Aquí no se está decidiendo si en función de su edad van a ser despedidos o no, aquí lo que se está decidiendo es la indemnización que van a recibir”.
Que esta sentencia del Tribunal Supremo entienda que no hay discriminación por edad si se establecen indemnizaciones por despido menores para los trabajadores de más edad supone un precedente peligroso para el talento sénior. Se trata de un aliciente para que las empresas busquen acuerdos con los sindicatos que vayan en esta dirección e incluyan en los expedientes de regulación de empleo a los trabajadores de más edad. “Indudablemente sí, las cosas van por ese camino y siente precedente”, apunta Federico Durán.
“En general, las prejubilaciones y ahora esta sentencia, me parece una aberración”, dice Herce. “Me parece increíble que el SEPE y la Seguridad Social permitan estas prácticas, si una empresa quiere despedir a sus trabajadores que afronte las indemnizaciones que tiene que pagar. Y que venga un juzgado a avalar que sea más barato despedir a los trabajadores mayores es el colmo, me parece increíble”,añade.
En este punto, los expertos lanzan un dardo a los sindicatos. “Hay que ser consciente de que lo que estamos juzgando son actos que toman los agentes sociales o decisiones que toman los agentes sociales, y por tanto en la medida en que ellos son los representantes legítimos de todos los trabajadores y están preocupados y ocupados en que la indemnización sea lo más adecuada para las personas que las reciben”, advierte Sagardoy.
Uno de los objetivos fundamentales del ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, para la reforma de las pensiones, cuya segunda pata está negociando ahora mismo con los agentes sociales, es alargar las carreras laborales y acercar la edad de jubilación real a la edad de jubilación legal, que ahora mismo está fijada en 66 años y cuatro meses y en 2027 quedará establecida en 67 años.
Uno de los puntos que negocia en estos momentos Escrivá con patronal y sindicatos es la ampliación de periodo de cómputo exigido de cotización para calcular la pensión. El Gobierno quiere que pase de 25 a 30 años con la posibilidad de que los trabajadores desechen los dos peores años de cotización. No parece que este tipo de sentencias ayuden mucho.
“Si el objetivo es alargar la vida laboral, ¿Cómo lo estamos incentivando? ¿así? Lo que estamos incentivando es que gente salga cuanto antes del mercado de trabajo. Es una contradicción y me parece una alucinación”, denuncia José Antonio Herce.
El debate sobre el coste del despido está de nuevo de actualidad después de que la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se haya mostrado dispuesta a encarecer la indemnización por despido improcedente, del que dice, “es demasiado barato”. Díaz plantea introducir en la legislación española: el “despido reparativo o restaurativo”, que se basa en calcular el importe de la indemnización en función de la situación personal y profesional del trabajador.
La sentencia del TS “enlaza un poco con la discusión actual de las indemnizaciones por despido, es decir, si las indemnizaciones tienen que ser objetivas igual para todos o si se tienen que diferenciar como dice la ministra en función de las circunstancias del trabajador”, dice Durán.
“Volvemos a los años 60 y 70 del siglo pasado”, dice el experto. “Si tienes familia numerosa cobras más, si eres soltero, menos… en fin, eso se suprimió con el Estatuto de los Trabajadores estableciendo una indemnización objetiva: tanta antigüedad, tantos días de salario, y punto. La sentencia lo que viene a decir es que respetando esa indemnización que se establece legalmente, se puede dar más a unos trabajadores que a otros en función de las circunstancias que concurran, siempre que sean circunstancias razonables y objetivas, y el Tribunal considera que lo son”.
