Jueves 6 de junio de 2024
ACTUALIZADO : Jueves 6 de junio de 2024 a las 14:38 H
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Pocas veces el Banco Central Europeo había anunciado tan claramente lo que hará en su reunión de política monetaria como en esta ocasión. Y en su reunión de junio, ha cumplido con el plan previsto. El BCE ha recortado los tipos de interés un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,25%, poniendo fin a las subidas emprendidas en 2022, tras años de tipos cero e incluso, en negativo. "Es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación", aseguraba el organismo emisor en un comunicado.
El hecho de que la inflación no esté aun controlada y que al otro lado del Atlántico en Estados Unidos aún no hayan apostado por bajar el precio del dinero, podría hacer que esta bajada de tipos sea puntual, y no un cambio de tendencia al que sigan más recortes. Al menos de momento.
Nada en sí mismo es bueno o malo así, sin más. En economía, como en la vida, entre el blanco y el negro hay una enorme escala de grises. En este caso, además, los tipos de interés lo que marcan es el precio del dinero. Es decir, el Banco Central Europeo lo que marca es la tarifa que los bancos deben pagar cuando piden prestado al organismo. Que esos tipos suban o bajen, no es ni bueno ni malo, pero si tendrá unos efectos u otros, que nos beneficiará o perjudicará según nuestras circunstancias.
En general las bajadas de tipos benefician a quien tenga una hipoteca o tenga pensado pedir un préstamo, a quien tenga invesiones en bolsa, porque los mercados suelen reaccionar al alza (aunque sea un efecto muy inmediato y pasajero) y a las empresas que dependen del crédito para financiarse. Por el contrario, las bajadas de tipos alientan el consumo y por tanto, tienen como efecto una mayor inflación, lo que perjudica a todos los consumidores; y los productos de ahorro más conservadores, como los depósitos o cuentas remuneradas, se hacen menos atractivos.
Para los sénior, tanto si siguen en activo como si ya están jubilados, la balanza de los efectos de la bajada de tipos se decanta más hacia el lado negativo: la inflación podría volver a subir y bajará la rentabilidad de su ahorro, ya sea en forma de renta fija, depósitos, cuentas remuneradas o planes de pensiones.
Ahora bien, una única bajada de tipos de interés no es suficiente para pensar en un verdadero efecto sobre nuestros bolsillos. Pero si esta bajada anticipa un cambio de tendencia y se producen más recortes, entonces ya sí.
Según los expertos, los recortes podrían continuar. La eurozona refleja que la recuperación económica es "más intensa de lo que parecía", asegura el economista José Carlos Díez, por lo que, por primera vez, “el BCE se anticipa a la FED”, la Reserva Federal de Estados Unidos, donde aún no han bajado los tipos de interés. Este primer recorte de tipos de interés, podría no ser el único, dado que, en opinión del economista “no tiene sentido que los bancos centrales tengan políticas monetarias contractivas”. Así, y en su opinión, Europa podría terminar el año “con los tipos próximos al 3% o al 3,5%”.
La bajada de tipos por parte del BCE “es una mala noticia para los ahorradores conservadores”, explica a 65YMÁS Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión. Quien tenga ahorro en los activos con menos riesgo, como depósitos y renta fija, los productos favoritos de los sénior, que frente a otras inversiones con más riesgo y rentabilidad, lo que buscan es asegurar y conservar su patrimonio, verá cómo se hacen menos atractivos.
Bajar los tipos de interés, es decir, una política monetaria expansiva, significa “un trasvase de fondos, quitar dinero a los ahorradores para dárselo a los endeudados”, explica el analista de Finagentes Gestión. “Lo lógico es que quien pida un dinero prestado pague un tipo de interés por él y quien lo deposite en un producto de ahorro, reciba una remuneración”, añade.
En realidad, por el lado del ahorro, los sénior no van a encontrar demasiados cambios, dado que durante todo el ciclo de bajadas de tipos, la gran banca se ha resistido a remunerar depósitos. Ahora bien, la deuda pública, donde se han refugiado muchos sénior y ahorradores conservadores ya se está resistiendo. Esta misma semana el Tesoro colocaba Letras con menos rentabilidad: 3,37% y 3,423% a seis y doce meses, respectivamente.
En los últimos meses la inflación se ha contenido, pero aún está por encima del objetivo del Banco central Europeo, fijado en el 2%. En España, la inflación se situó en mayo en el 3,6%, tres décimas más que en el mes de abril, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata dcel tercer mes consecutivo de 2024 en el que el IPC sube. Y aún podría subir cuando el Gobierno retira la bajada del IVA a los alimentos básicos que, por el momento, todo apunta a que se prorrogará.
En este contexto, una bajada de tipos puede alentar aún más la inflación, ese impuesto silencioso que pagamos todos y que perjudica especialmente a los consumidores más vulnerables.
De la evolución de los precios en toda Europa depende mucho que la bajada de tipos de interés de este junio se quede en un gesto, o sea el principio de un ciclo de recortes.
Que bajen los tipos de interés es una muy buena noticia para quien tenga una hipoteca a tipo variable, especialmente en los primeros años de vida del préstamo. En ese momento, las mensualidades corresponden fundamentalmente a intereses, más que a amortización del crédito, de forma que la mensualidad que debe pagar el titular del crédito hipotecario reacciona con la evolución de los tipos y del Euribor, el principal índice de referencia. Una bajada, aliviará la cuota.
Más de ocho de cada diez sénior mayores de 55 años poseen vivienda en propiedad, y en 66,1% de los casos, ya sin cargas, es decir, sin préstamos ni hipotecas, según el último Barómero del Consumidor Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación Mapfre. Pero aún en el caso de tener viva la hipoteca, ésta suele estar ya en su recta final, cuando la cuota corresponde casi íntegramente a la amortización del capital prestado y apenas se pagan intereses. Es decir, para los sénior, una baja de tipos de interés no supone ningún beneficio ni alivio por esta vía.
Pero no pensemos solo en el mercado hipotecario. Cuando bajan los tipos de interés, el coste de cualquier crédito, también se abarata. Pedir un préstamo al consumo para financiar un coche, para hacer una obra en casa o para cualquier otra cosa resultará algo más económico. Aunque en este caso, de nuevo, los sénior no encontrarán muchas ventajas en ello. Según la última Encuesta financiera de las Familias del Banco de España, los mayores representan el grupo de edad con menor cantidad de préstamos personales pendientes de amortizar.
La hipoteca inversa es una solución de licuación patrimonial aún no muy conocida en nuestro país, pero que avanza poco a poco. Es un producto financiero pensado especialmente para personas mayores de 65 años que les permite obtener unos ingresos extra a partir del valor de su vivienda, sin necesidad de dejar de residir en la casa, que se convierte en la garantía del préstamo, que no se salda hasta el fallecimiento del titular.
Como todo préstamo, tiene un tipo de interés que se puede ver beneficiado si baja el precio del dinero por parte del Banco Central Europeo. Buena parte de la oferta de hipotecas inversas está sujeta a tipos fijos, y por tanto no notarán fluctuaciones. Ahora bien, si los tipos de interés bajaran más, a la larga, los bancos y aseguradoras que comercializan la hipoteca inversa, podrían lanzar productos con tipos más ajustados y, por tanto, aún más atractivos.
