España siempre ha estado vinculada a la historia de sus vinos, incluso antes de la llegada a la península de los romanos como demuestran los restos arqueológicos de pretéritas bodegas. Muchas de esas bodegas seculares no solo siguen funcionando, sino que que lo hacen con un palpable dinamismo.
Visitar las antiguas bodegas es viajar a la historia a traves del tiempo para sorprendemos como lo hicieron nuestros padres y también lo harán nuestros nietos porque la historia del vino es también la historia de nuestra propia cultura, de nuestra esencia.
Por ello proponemos un recorrido por las diez bodegas más antiguas de España, muchas de ellas en manos de las misma familias desde su fundación ha ya varios siglos.
Bodegas Codorníu
Codorníu es sinónimo de la historia de una familia de viticultores que se remonta al siglo XVI. Con sus 470 años de historia es la empresa familiar más antigua de España y la 17 del mundo. De hecho, la primera referencia documentada de la actividad vitivinícola de Jaume Codorníu está fechada en 1551.
Manuel Raventós, el gran impulsor de Codorníu, contrató en 1895 al arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch (coetáneo de Gaudí) para ampliar la bodega de la localidad barcelones de San Sadurní de Noya. El edificio que construyó simboliza la fructífera alianza entre la naturaleza y la labor humana y es un homenaje de piedra al silencio del cava.
Desde 1976 son Monumento Histórico Artístico y uno de los más impresionantes ejemplos de arquitectura dedicada a la elaboración y crianza de cavas. Bajo tierra en un dédalo de cavas subterráneas es donde, desde hace un siglo, los cavas Codorníu realizan la segunda fermentación y crianza a una temperatura siempre constante.
En 1872, Josep Raventós Fatjó elaboró cava por primera vez en España siguiendo el Método Tradicional y utilizando uvas autóctonas del Penedés: Macabeo, Xarel·lo y Parellada. De esta manera instauró una industria completamente nueva en la región y vinculó la marca Codorníu a la historia del cava.
El grupo Raventós Codorníu ha levantado ya 14 bodegas en las mejores zonas vitivinícolas del mundo y cuenta con más de 3.000 hectáreas de viñedo en propiedad, lo que le convierte en el mayor propietario de viñedos de Europa.
A día de hoy, Codorníu continúa seleccionando cautelosamente las uvas y cuidando minuciosamente los viñedos. De hecho, en 2017 fue una de las bodegas que lanza al mercado los primeros Cavas de Paraje Calificados. Desde hace muchos años, aplica la técnica de viticultura sostenible, es decir, se deja que la naturaleza siga su curso y sólo se interviene cuando hay desajustes. Puede afirmarse que Codorníu aúna tradición e innovación en el proceso de elaboración del cava controlando cada etapa del proceso.
Bodegas Alvear
La Familia Alvear arranca en la antigua merindad de Trasmiera de las montañas de Burgos. Desde la primitiva casa solariega, en San Miguel de Aras, llega a Nájera a principios del siglo XVI y desde allí a tierras cordobesas.
Juan Bautista García de Alvear y Garnica nace en Nájera (La Rioja) el 18 de julio de 1.657. Este personaje fue alcalde del Estado noble de Nájera, y cuando ejercía esta actividad fue destinado a Córdoba como Administrador de las Rentas Reales. Se casa en segundas nupcias con una noble señora cordobesa y después nace Diego de Alvear y Escalera, el primero de la saga.
Diego, se traslada a Montilla y allí, más cerca del cielo y de la tierra, verá nacer su afición por el campo. Una pasión que le sitúa en la viña y en el vino cuando en 1.729 construye la bodega Alvear. Una bodega pequeña y disimulada en el apretado laberinto de Montilla. Este breve recinto de botas y tinajas será su universo íntimo.
Con el tiempo, va adquiriendo una gran extensión de tierras en la zona que le convierten en uno de los mayores propietarios de la ciudad. Con su hijo Santiago impulsa la bodega hasta metas desconocidas en Montilla, cuando logra llevar un cargamento de vinos a Inglaterra a finales de ese siglo.
De sus sucesores destaca Diego de Alvear y Ponce de León, que durante su existencia, desde el año 1.749 hasta el 1.830, que compaginó su vocación vinatera con una azarosa vida militar y política habiendo sido capitán de la fragata “Mercedes”, hundida en la batalla del Cabo Santa María por los ingleses, hoy famosa gracias a la empresa caza tesoros Odyssey.
De aquélla época destaca por derecho propio la figura de Capataz Billanueva, asistente que Diego de Alvear y Ponce de León trajo de Argentina y quien llegó a convertirse en su capataz de confianza. Bodegas Alvear desde sus orígenes ha mantenido siempre una vinculación entre España y Argentina, vinculación que sigue vigente en nuestros días.
Capataz Billanueva (C.B) marcaba con sus iniciales los mejores vinos. De esta forma se fue creando el estilo Alvear que aúna moderación y homogeneidad de sus rasgos, aún presentes en el Fino C.B., marca centenaria y la más conocida de la casa.
A lo largo de sus casi tres siglos años de historia, Bodegas Alvear ha conservado su carácter familiar, transmitiéndose la titularidad de padres a hijos de tal modo que, hoy en día, la propiedad de la empresa está en manos de la octava generación y distribuye sus marcas por toda España y vende fuera de nuestras fronteras el 40% de su producción a más de 25 países.
Bodegas Góngora
Las Bodegas Góngora nacieron en 1.682. Están situadas en la Vieja Hacienda de Pata de Hierro en VIllanueva del Ariscal en el Aljarafe de Sevilla. Hoy en día es la séptima generación de la familia Góngora quien está totalmente dedicada a la elaboración de vinos finos, generosos y brandies, con el conocimiento y experiencia adquiridos durante más 300 años.
Una historia que comenzó en 1.682 en la localidad sevillana de Villanueva del Ariscal, en la antigua Hacienda de San Rafael, que pasó a llamarse Hacienda de "Pata de Hierro", en honor a un caballo blanco que levantó la admiración de un descendiente del último rey moro de Granada.
Como Bodega, comenzó a funcionar en 1682, gracias a la iniciativa de José de Góngora y Arando, quien adquirió la antigua Hacienda y decidió convertirla en bodega para la crianza y envejecimiento de vinos finos y generosos.
Es durante estos años cuando mayor importancia tienen las bodegas del Aljarafe, debido a que la ciudad de Sevilla, como Puerto de Indias, se convierte prácticamente en la capital del mundo, y es por donde parten y entran todos los barcos procedentes del Nuevo Mundo. Con una curiosidad, y es que por ordenanza real, todos los barcos que partían hacia América debían llevar un tercio de su carga de frutos de la tierra, requisito que cumplían llevando un tercio de la carga en vino, de ahí la importancia y el auge de todas las bodegas cercanas a Sevilla.
Al fundador le sucedió su hijo, Rafael de Góngora y Delgado, quién recibió de la Casa Real la autorización precisa para que en el escudo de la familia pudieran aparecer las trece rodelas. Especial relevancia tiene Rafael de Góngora y Dávila, cuarta generación de los Góngora, quien a mediados del siglo XIX adquirió unas partidas de vinos viejos amontillados, olorosos y dulces, que han sido conservadas celosamente con el paso de los años, únicamente reservados a la familia Góngora, y que hoy conforman la Selección Imperial de vinos de Bodegas Góngora.
Nieto de éste último y sexta generación de la familia, José Gallego Góngora, marcó un estilo inconfundible en el buen quehacer bodeguero, que aún permanece impregnado en la Bodega, y cuyos hijos, actuales propietarios de la misma, continúan manteniendo, siempre con la tradición como exigencia y con la experiencia adquirida tras siete generaciones de elaboración, crianza y envejecimiento de un producto tan entrañable como es el vino.
Bodegas Garvey
La historia de Bodegas Garvey se remonta a 1780, momento en el que William Garvey cumple su sueño de fundar su propio negocio. LLegó a España por casualidad, con la intención inicial de encontrar unas ovejas merinas para el rebaño que ya poseía en Irlanda.
Sus planes casi quedan truncados debido a un temporal en la Bahía de Cádiz que hizo escollar el barco en el que viajaba. Salvó su vida gracias a un marino gaditano, padre de la que luego se convertiría en su esposa.
Su romance, y el ambiente mercantil de la ciudad, conquistaron a William, quien fijó su residencia aquí y decidió probar suerte en una industria que desconocía por completo, pero en la que se cosechó un gran éxito.
Desde el primer momento su obetivo fue los vinos finos jerezanos, entonces conocidos como pajizos y que frecuentemente se desechaban para hacer vinagres.
En enero de 2017, Emperador Distillers compra Complejo Bodeguero San Patricio con sus productos, que pasan a formar parte de uno de los grupos empresariales con más presencia en el mundo del brandy.
Bodegas Hidalgo La Gitana
Bodegas Hidalgo La Gitana fue fundada en 1792 y desde entonces la firma ha pasado de padres a hijos, siendo hoy una de las pocas empresas vinateras del marco, gestionada por la familia y dirigida por la octava generación en línea directa del fundador.
José Pantaleón Hidalgo fundó en1792 la Bodega Hidalgo, cuando le compró a Roque Vejarano una pequeña bodega de almacenado. Aunque sería durante el siglo XIX cuando la compañía crecería hasta convertirse en una de las más importantes productoras de Manzanilla en el mundo.
El nombre alude a su producto estrella, Manzanilla La Gitana, avalada por varios premios relevantes a nivel internacional, es la Manzanilla más popular tanto en el mercado nacional como internacional. La Bodega utiliza las uvas de sus propios viñedos, situados en los pagos de Balbaina y Miraflores, considerados como los mejores del Marco.
Bodegas Gutiérrez-Colosía
Desde 1838, se encuentra en la desembocadura, en la Bahía de Cádiz, del río Guadalete. Los vientos secos de Levante y húmedos de Poniente provenientes del Atlántico regulan la humedad ambiental manteniendo las condiciones óptimas para los vinos.
La estabilidad y calidad de los vinos de la Bodega Gutiérrez-Colosía están garantizadas por una esmerada crianza por el sistema de criaderas y soleras, siguiendo la mejor tradición de la comarca.
La estructura de las bodegas es conocida en la zona como "nave de catedral". Son edificios de gran altura y numerosos arcos que exponen los vinos a la influencia del clima especial del que goza la comarca del Jerez.
Herederas de una larga tradición vitivinícola: La primera nave fue construida en 1838 y se conserva prácticamente igual que entonces. Pasó por varios propietarios hasta que a principios del siglo XX la compró José Gutiérrez Dosal, bisabuelo de la última generación de la familia Gutiérrez-Colosía.
En 1969, la familia Gutiérrez-Colosía compró las ruinas del Palacio del Conde de Cumbrehermosa, cargador de Indias, que ya tenía una bodega, y en su lugar hicieron construir dos naves más. Las Bodegas Gutiérrez-Colosía son las únicas que actualmente dan directamente al río Guadalete lo que le aporta la humedad perfecta para la crianza biológica de los vinos finos bajo el velo "en flor", los microorganismos que se reproducen en la superficie del vino.
Bodegas El Grifo
El Grifo es la bodega más antigua de Canarias y elabora vinos en Lanzarote, ininterrumpidamente desde 1775 y ha pertenecido a tres familias sucesivas: Los Ribera, los De Castro y, desde 1880, a la familia actual, descendiente de Manuel García Durán.
Tras la erupción de 1730-1736, la zona central de la Isla, la más fértil, quedó cubierta por la lava y la arena volcánica. Poco tiempo después comenzó a plantarse la viña y árboles frutales, bien apartando las arenas, bien haciendo agujeros en la lava (“chabocos”), hasta alcanzar la tierra vegetal.
El lagar cubierto data de 1775, como se deduce de la inscripción fundacional, y fue levantado por el Venerable Beneficiado de la iglesia parroquial de Teguise Antonio de Torres Ribera. El Grifo, actualmente finca de 40 hectáreas, fue una de sus propiedades. Nombró heredero a su sobrino Bartolomé de Torres con la condición de que éste instituyese en el Grifo una capellanía de misas rezadas.
Otra sobrina de Antonio, Gabriela de Torres, que nació y vivía en Cuba, reclamó judicialmente en el juzgado de Arrecife la propiedad de la finca alegando el incumplimiento de lo ordenado por su tío en el testamento. Temiendo una condena judicial, que finalmente se produjo, Bartolomé de Torres vendió El Grifo, hoy diríamos que en alzamiento de bienes, a la familia De Castro, entre 1817 y 1824.
Dependiendo de la fecha, cuya exactitud desconocemos, la finca habría sido adquirida por Ginés de Castro Estévez, Capitán de milicias, que murió en 1819, o por la herencia yacente que administraba su hijo, Ginés de Castro y Álvarez, Coronel de Milicias, dos veces alcalde de Arrecife y autor de la crónica de la erupción de 1824, que administró la bodega hasta su muerte en 1833 y pasó a sus dos hermanas Antonia y Rosalía de Castro y Álvarez cuya descendencia vendió sus partes a Manuel García Durán, bisabuelo de los actuales propietarios.
A Manuel le heredó su hija Manuela y a ella sus hijos hasta llegar a Antonia Rodríguez-Bethencourt, casada con Juan José Otamendi Soravilla, padres de los dos hermanos hoy propietarios.
Bodega Los Frailes
Casa Los Frailes se sitúa en el valle dels Alforins (“Terres dels Alforins”), en el sur oeste de la provincia de Valencia y está situado entre dos sierras que conectan al este con el Mar Mediterráneo y al oeste con la meseta manchega y alicantina.
Casa los frailes ("Cals Frares") toma su nombre de los Frailes Jesuitas que vivieron en ella desde el s.XVII hasta el s.XVIII. Desde entonces, 1771, ya han pasado más de 240 años y Casa Los Frailes ha pertenecido sin interrupción a la familia Velázquez, que actualmente está en la decimotercera generación. Como herederos de una finca histórica la familia se muestra convencida de que sus vinos "deben ser fieles a nuestra conciencia, tierra e historia que como tal es única. En un mundo actual donde cada vez todos los vinos se parecen más, donde esta igualdad tiende a la uniformidad, creemos que es nuestra responsabilidad traer vinos auténticos, diferentes y fieles a nosotros mismos", aseguran.
En cualquier caso, su compromiso con la Naturaleza es evidente si recordamos que han sido pioneros en agricultura ecológica y biodinámica recibiendo certificados en ecológicos desde el año 2000.
Una de las principales seña de identidad de la bodega y sus vinos son los suelos sobre los que se asienta, extremadamente calizos, poco evolucionados, cercanos a la roca madre y en riguroso secano.
Un clima mediterráneo continentalizado por la altitud de la montaña dolomita a 700 metros y unas viñas de 40 años de antigüedad de media de su gran variedad autóctona, la monastrell. Estas son las condiciones privilegiadas que conforman el pago, Casa Los Frailes, 162 hectáreas donde finca y bodega quedan enclavados entre sus propios viñedos.
Bodegas Marqués de Murrieta
El origen de la bodega Marqués de Murrieta va unido al origen del vino de Rioja ya que en 1852 Luciano Murrieta elaboró los primeros vinos de Rioja además de ser el primero en exportarlo fuera del territorio nacional. Luciano, nombrado marqués por el Rey Amadeo de Saboya gracias a su labor en Rioja, viajó a Burdeos para aprender las técnicas de elaboración del vino que trajo consigo de vuelta a España. Instauró el concepto de château francés en la finca Ygay donde mandó construir el emblemático Castillo de Ygay.
En 1983 recoge el testigo Vicente Cebrián-Sagarriga, décimo Conde de Creixell, quien actualizó la bodega y continuó el legado del Marqués de Murrieta. Tras su fallecimiento, su hijo, Vicente D. Cebrián-Sagarriga, actual Conde de Creixell, asume junto con su hermana Cristina la gestión de la bodega, acompañado de un equipo joven y cualificado, y actualiza por completo la bodega riojana. A lo largo de los años la familia del Conde de Creixell se ha convertido en un eslabón perfecto para mantener el equilibrio entre tradición y modernidad, colocando a Marqués de Murrieta en el siglo XXI en una posición privilegiada en los vinos de Rioja del mundo.
Bodegas Delgado Zuleta
Delgado Zuleta es la bodega más antigua del Marco de Jerez. Según se recoge en diferentes documentos de su archivo, sus orígenes se remontan al siglo XVIII, perteneciendo el legajo más antiguo encontrado en el amplio archivo de la empresa a 1719. Es en 1744 cuando el Cargador a Indias, Caballero de la Orden de Calatrava y Regidor Perpetuo de Sanlúcar, Francisco Gil de Ledesma y Sotomayor, inicia la actividad de esta empresa vinatera, y cuatro años más tarde presenta ante el Cabildo de Sanlúcar un proyecto para el establecimiento de una compañía sanluqueña dedicada al comercio con América.
La empresa se mantiene con los nombres de los sucesores de Gil de Ledesma, hasta que a finales del siglo XIX, Dolores Ñudi, una de sus descendientes directas, contrae matrimonio con José María Delgado y Zuleta, marino de guerra que arriba al puerto de Sanlúcar de Barrameda y deja su carrera militar para ocuparse del negocio vinatero, adoptando la empresa su nombre y apellidos como denominación mercantil. En esa época la compañía experimenta una importante expansión, llegando a ser proveedores de la Real Casa de Sus Majestades don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia.
Tras fallecer José María Delgado y Zuleta se hace cargo del negocio su hijo, Tomás Delgado Ñudi, pasando a denominarse la empresa “Hijo de José Delgado Zuleta S.L.”, convirtiéndose en 1955 en Sociedad Anónima. El 24 de junio de 1974 se adopta el nombre comercial que se mantiene en la actualidad: Delgado Zuleta S.A., y cuatro años más tarde se produce la fusión con la bodega sanluqueña Rodríguez La-Cave S.A., si bien no se modifica el nombre de la sociedad.