Bótox y ácido hialurónico: ¿en qué se diferencian?

Cuando comenzamos a hablar de bótox, hace casi un cuarto de siglo, recién entradas en el XXI, parecía que nos hablaban de distopía o de una serie de ciencia ficción. Poco después, hizo su aparición el ácido hialurónico. Aunque no hay nada que ver entre lo que promete (y consigue) uno y el otro, aún el 60% de las mujeres no conocen la diferencia, así que aquí venimos a contarlas. 

El bótox paraliza el músculo (y las arrugas). Se trata de toxina botulínica, un líquido que, inyectado en aquellas zonas donde tenemos más arrugas de expresión, consigue congelar el gesto.

Como en todos los hallazgos recientes, los primeros efectos fueron no solo de gestos congelados, sino de alguna que otra cara ‘congelada’. La rigidez del gesto era la nota característica, pero, aún así, conseguía que las arrugas más profundas, sobre todo la de la glabela (entrecejo), bien fuera simple o doble, acabara por relajarse.

¿La razón? Las arrugas no son más que lesiones cutáneas que se producen por la acción mecánica de un pliegue continuado. Si ese gesto, y por consiguiente el pliegue, desaparecen, a esa piel le va a dar tiempo a que el nuevo colágeno que va fabricando no se vaya degradando por la acción mecánica del propio gesto una y otra vez. Este tratamiento dura alrededor de 5 a 6 meses. 

Ácido hialurónico: hidratación intensa o volumen

El ácido hialurónico es un componente natural del organismo, no sólo de la piel, sino también de casi todos los tejidos. Inyectado, en medicina estética, proporciona una hidratación troncal, profunda y, dependiendo de su peso molecular, actúa como rellenador.

El ácido hialurónico, que se encuentra también dentro de la fórmula de muchos cosméticos, es ahora mismo la herramienta estrella para revertir los signos del envejecimiento de la piel. El protocolo que se utiliza en estos casos se adapta a las necesidades de cada mujer, pero en definitiva pasa por un primer abordaje con ácido hialurónico, Ia sustancia autógena de nuestro propio cuerpo capaz de hidratar los tejidos de manera profunda.

Con unos cuantos pinchazos realizados con pericia en puntos estratégicos del rostro y el escote, tanto con aguja como con cánula (siempre a gusto del médico estético o dermatólogo estético), se consiguen resultados verdaderamente sorprendentes.

Y partir de ahí, cuando la piel ya ha reforzado su estructura y se muestre hidratada y jugosa sin atisbo de arrugas, los estimuladores de colágeno, si se desea, engrosarán aún más la piel en esta zona. No hay por qué temer hoy por hoy a las agujas, porque los médicos han alcanzado una pericia perfecta.

¿Te importarían tanto las arrugas con una piel sana, fuerte, repulpada, luminosa y jugosa?

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Revitalift Filler con ácido hialuronico es un tratamiento intensivo para las pieles cansadas. De L'Oréal Paris (15 €).