Parecía que nunca iba a llegar el calor, ni el sol, ni la playa ni las vacaciones, de hecho, las de Semana Santa están a la vuelta de la esquina. Los rayos del sol no solo benefician a nuestros huesos (sintetizan la vitamina D), sino que también elevan el ánimo, colorean y satinan nuestra piel y nos hacen sentir más atractivas. Todo nos queda bien con la piel bronceada.
Este año, las fórmulas continúan evolucionando en ingredientes, en activos protectores, en hidratantes y en texturas cada vez más conseguidas para que tumbarse al sol protegidas sea un placer.
Bronceadas sí, pero seguras
Los laboratorios no paran de trabajar para que tu piel esté tostada, pero con seguridad, por eso la nueva generación de protectores se adaptan a tus particulares necesidades.
Hoy tienes a tu alcance cremas para el sol con texturas tan fluidas que no te lo podrás creer, o en forma de aceite seco, para las que adoran cómo los productos oleosos satinan la piel al sol, pero sin que resulten pegajosos.
Las pantallas minerales son capaces de proteger hasta las pieles más sensibles, pues están formuladas con ingredientes de altísima tolerancia para cualquier tipo de piel.
La ingeniosa aplicación sobre la piel con textura tipo leche, fácil de extender, deja antes de dispersarse una película blanca que permite verificar que no se haya olvidado ninguna zona.
Las nuevas cremas solares faciales han tomado los mejores ingredientes, tanto del mundo marino como terrestre.
Los guardaespaldas
Y de igual manera para el cuerpo. Las nuevas pantallas protegen al máximo de los rayos nocivos del sol a la vez que preservan la juventud de la piel por mucho tiempo gracias a ingredientes como la vitamina E o el aloe vera.
Además, si no quieres llegar a la playa con los blancores del invierno, puedes optar por un protector con autobronceador, que te permitirá lucir tono desde el primer día en la playa. Estos productos incorporan la molécula DHA (Dihidroxiacetona), un agente autobronceador que reacciona a los aminoácidos de la capa superior de la piel y cuya acción autobronceadora se vuelve visible tras aproximadamente dos horas.
Cada vez más productos añaden también partículas reflectantes de la luz, ideales para lucir pierna en las cálidas noches de verano.
Cada vez más hidratantes, los fotoprotectores solares de nueva generación incorporan manteca de mango, cera de girasol y manteca de karité, que nutren la piel y le aportan flexibilidad y confort, para que bañarte en crema sea tan seguro como placentero.
Otros ingredientes neutralizan de forma eficaz las tendencias tóxicas de los contaminantes medioambientales.
Además de los fotoprotectores, usa gafas de sol, sombreros, gorras y ropa adecuada.
Evita la exposición solar en las horas centrales del día.
Extrema los cuidados durante las primeras exposiciones al aire libre, ya sea en la playa o en el campo.
No te olvides del escote, el cuello y las manos.
Si practicas deportes náuticos, renueva frecuentemente el fotoprotector e intenta evitar las horas de máxima insolación.
Hidrata tu piel adecuadamente, utiliza cremas hidratantes tanto en el rostro como en el resto del cuerpo. Puedes mejorar los resultados si aplicas un sérum con antioxidantes antes de la crema hidratante en la cara.
Utiliza cremas regeneradoras por la noche.
Shopping
‘Fusion Gel Sport’, de Isdin, te protege especialmente si vas a hacer deporte además de blindarte contra el estrés oxidativo (18 €).
'Fluido invisible Anthelios UV Mune 400', un clásico de La Roche-Posay con protección longlasting frente a los UVA (18 €).
'Cápsulas preparadoras Sunissime', de Lierac. No tienen acción fotoprotectora, pero preparan la piel para el verano (60 cápsulas, 33 €).
'Hyséac' es un fluido fotoprotector termal con SPF50+ y agua termal de Uriage, de la marca del mismo nombre que el balneario (13 €).
Sobre el autor:
Amelia Larrañaga
Amelia Larrañaga, periodista especializada en belleza, bienestar, actualidad y estilo de vida desde hace más de 25 años. Ha escrito para medios como Elle, Vogue, Woman, Yo Dona, Mujer Hoy, Elle Gourmet, Harper’s Bazaar y Cosmopolitan. Si no hubiera sido reportera, le hubiera gustado ser antropóloga o socióloga, por eso disfruta con ensayos que le ayuden a entender mejor al ser humano y su conducta, individual y en masa, o entrevistando a los expertos para sus artículos sobre psicología y tendencias sociales.