¿Te apetece, por fin, un tono uniforme, satinado y duradero en pleno verano? Sigue leyendo, porque es más fácil de lo que crees, sólo tienes que empezar ¡ya!
Se acabaron los ronchones, pelarte a mitad de verano y broncearte de nuevo a trozos, o quemarte la espalda. Cómo luzcas tu tono de piel los meses de calor depende más de cómo te prepares desde ahora mismo que de lo que hagas después (además, por supuesto, de protegerte siempre y renovando cada dos horas tu fotoprotector de más alto espectro). Pero sí hay tres asuntos vitales que debes tener en cuenta más que nunca estos dos meses que siguen: limpiar y exfoliar bien la pielpara mantenerla limpia de células muertas, hidratarla como nunca y aumentar su estructura de protección y sistema inmune. Vamos allá.
Limpia que te limpia
La higiene cutánea es la joya de la corona de una piel impoluta y sana, por mucho que pienses que la responsable es una crema carísima. No. El primer paso para una piel perfecta, o lo más perfecta que se pueda, es la limpieza y la exfoliación.
Del primer gesto no hay mucho misterio que revelar salvo que elijas un producto y una textura que le vayan bien a tu piel: leche si tienes la piel normal o mixta, y aceite si es más reseca.
Después de limipiarla, y cuando creas que ya está impoluta, vuelve a pasar el algodón, y verás: nunca demasiada limpieza es suficiente.
En cuanto a la exfoliación, eliminar las células muertas permite una mejor la absorción de cualquier cosmético o tratamiento: no sólo de tus vitaminas sino del protector solar, garantizando un bronceado más uniforme.
Debes realizarla cuidadosamente: con un producto (mecánico o cosmético) suave, y siempre, mejor, de noche. Y, sobre todo, mantén a raya la depilación: hazla al menos 24 horas antes de aplicar el autobronceador o tomar el sol para evitar irritaciones y asegurar que los poros estén cerrados.
Agua e hidratación, a tope
Hidratarse por dentro y por fuera es clave, no sólo para la piel sino para todos los procesos biológicos del organismo. La buena noticia es que hacerlo bien no tiene ningún misterio.
En el rostro, utiliza el dúo infalible sérum-crema, ya que ambos productos actúan en sinergia potenciándose uno al otro. Y aprovecha el cambio de temporada para resetear ambos productos para estar segura de que son los que corresponden a tu piel (no todo el año tu piel necesita lo mismo).
Para ello, asesórate con un experto acerca de qué tipo de hidratación está pidiendo tu piel: si sólo es hidratación, o necesitas una crema de día aderezada con un equilibrante para pieles grasas, o con alimento extra (crema nutritiva) para pieles desvitalizadas.
Y no te olvides del contorno de ojos con factor de protección además del uso de gafas adecuadas.
Una vez con tu “menú” en casa, aplica los cosméticos a toquecitos con las yemas de los dedos, no los arrastres. Ahora que empieza el buen tiempo, guárdalos en la nevera, y verás cómo es la sensación de aplicarlos fríos de buena mañana. En las zonas más difíciles (aletas de la nariz, entrecejo y zona posterior de la mandíbula para la cara, y en talones, rodillas, muñecas y codos para el cuerpo) aplica la hidratante insistiendo con un masaje.
Aumenta su sistema inmune
En las fórmulas de tus cremas busca las vitaminas, el ácido hialurónico y el bisabolol, un principio activo procedente de la flor de la manzanilla que calma la piel. Insiste en que incorporen la vitamina C porque, no sólo fortalece la piel, sino que te defiende de las agresiones.
Con la misma letra, revisa tu nutrición, haz una lista y llénala de letras “C”. Los alimentos que más la contienen, por este orden, son la guayaba, los pimientos semáforo (de todos los colores), las papayas, los kiwis, la familia de las coles, las frambuesas y las naranjas y limones.
Prioriza todo lo que contenga antioxidantes (brócoli, arándanos, frutos rojos, zanahorias el té verde), y elige alimentos que te súperhidraten como la sandía, el pepino o el melón.
Mantenerse bien hidratada es uno de los secretos más antiguos y sencillos del mundo para el organismo en toda su complejidad. Y no salgas jamás sin protección solar, sin olvidar los ‘ángulos muertos’ como los empeines, las manos, la nuca, las orejas y, sobre todo, el escote, lo que más se estropea y más rápido. Nunca nos lo agradecerás suficiente.
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H2Sol, de Luxmetique, es una fórmula nutricosmética que previene los efectos dañinos del sol en la piel. Lleva dos patentes con alto poder antioxidante y antiinflamatorio (35,95 €, 30 u).
Hyaluronic Moisture Sensitive Skin, de Isdin, es una crema hidratante intensiva de Isdin para pieles sensibles propensas al enrojecimiento (41,95 €).
La loción corporal Bio-Oil contiene una fórmula rica en aceite, dermatológicamente testada, para la hidratación diaria que ofrece el máximo confort para las pieles más secas (12,95 €).
El exfoliante corporal de la línea Body Care, de Martiderm, contiene partículas de arrastre de ácido salicílico y óxido de zinc (20,95 €).
Sobre el autor:
Amelia Larrañaga
Amelia Larrañaga, periodista especializada en belleza, bienestar, actualidad y estilo de vida desde hace más de 25 años. Ha escrito para medios como Elle, Vogue, Woman, Yo Dona, Mujer Hoy, Elle Gourmet, Harper’s Bazaar y Cosmopolitan. Si no hubiera sido reportera, le hubiera gustado ser antropóloga o socióloga, por eso disfruta con ensayos que le ayuden a entender mejor al ser humano y su conducta, individual y en masa, o entrevistando a los expertos para sus artículos sobre psicología y tendencias sociales.