Estamos en plena primavera, aunque este año sea una primavera con temperaturas casi veraniegas, y entramos de lleno en la temporada de las bodas, bautizos y comuniones. Cada uno de estos sacramentos (aunque muchas de las bodas a las que acudimos son civiles) son momentos de celebrar con los nuestros, de alegría y un mucho de fiesta, por ello siempre nos esmeramos con nuestro arreglo personal, no son un día cualquiera, y tienen su propio código de vestimenta, su protocolo. Es importante conocerlo para no parecer que imitamos aquella estrofa de una canción de Cecilia: "Sería la novia en la boda, el niño en el bautizo…". Y no sigo porque este mes no vamos a hablar de los momentos tristes de la vida, que también tienen su protocolo y su vestimenta.
Ante todo, es muy importante ir en consonancia con el tipo de evento y con el lugar donde se va a celebrar, no es lo mismo una boda en una gran iglesia que una boda civil con posterior celebración campestre, por ello debemos planificar nuestro vestuario cuando hayamos ya recabado la información necesaria sobre el tipo de celebración que han planificado. El segundo paso importante es ser nosotros mismos, sí, es un día especial de festejo, pero no un día para intentar ser quien no somos, por ejemplo, si nuestro estilo en el día a día es relajado y casual, no conviene que es día nos pongamos plumas, pedrería y todo lo que encontremos que tenga una imagen de fiesta.
Es importante que empecemos por elegir el vestido y a partir de él vayamos construyendo el resto de accesorios, bolsos, zapatos, etc. estos tienen que ayudar a elevar el look, nunca darse más importancia u opacar al vestido, además los complementos te pueden acompañar durante muchos eventos a lo largo del tiempo y al mismo tiempo un vestido con complementos diferentes puede dotarte de un aire diferente y así poder usar el vestido en diferentes ocasiones sin que parezca que repites estilismo y sin necesidad de comprarte un vestido nuevo para cada ocasión.
Por ejemplo, un vestido midi, con zapatos de tacón y una cartera (clutch) de piel te servirán perfectamente para una boda de ciudad y si tienes una campestre o una comunión con posterior fiesta en el jardín, cambia esos zapatos por unas buenas cuñas de esparto, una cartera de rafia o algún pequeño bolso más desenfadado y atrevido, también las joyas o bisutería pueden ser menos clásicas, con estos pequeños cambios ya habrás conseguido un aspecto totalmente diferente.
Ahora vamos a ver cuál es el protocolo de cada evento para que puedas empezar a buscar el traje que te acompañe.
Bautizos
Es una fiesta infantil, por tanto, conviene huir de sofisticaciones, escotes, y telas demasiado suntuosas. No hay colores prohibidos, pero yo os recomendaría no usar el color negro por su asociación con momentos luctuosos y porque ese día es un día de niños, mejor colores claros lisos o estampados sutiles y alegres, los colores más oscuros los podemos dejar para los complementos. Por supuesto que no solo podemos llevar vestidos y faldas con blusas, también se puede optar por pantalones, trajes sastre y monos, siguiendo las recomendaciones anteriormente citadas.
Las mismas recomendaciones que para los bautizos, sigue siendo una fiesta donde el protagonista es un niño, sencillez y frescura son la mejor receta. Tampoco hay colores prohibidos, pero en este caso si la protagonista de la primera comunión es una niña sería un bonito detalle dejarle el uso exclusivo del color blanco a ella, normalmente todos los vestidos de comunión suelen ser blancos o beige. Al ser una ceremonia de día está aceptado el uso de diademas, pamelas y sombreros, ojo, úsalos solo si te sientes cómoda con ellos, si no la sensación de incomodidad te hará sentirte disfrazada y por tanto disfrutar menos del día.
Aquí el abanico de posibilidades es mucho más amplio, como ya hemos dicho depende mucho del tipo de celebración (religiosa o civil) y de la fiesta que los novios hayan organizado alrededor de su gran día. Según el protocolo solo la novia y la madrina pueden vestir de largo, pero esto hoy en día se ha relajado y vemos a bastantes invitadas con trajes largos. Evitar en la medida de lo posible dos colores, el negro, por sus connotaciones ya conocidas y el blanco, ese día la novia tiene la exclusividad de su uso.
Y sobre todo y muy importante, si las ceremonias son religiosas, y esto sirve para los tres, no llevar nunca la falda demasiado corta, cuatro centímetros por encima de la rodilla sería el máximo recomendable, y cubrirse los hombros, para eso tenemos una gran variedad de chales, mantones, chaquetas e incluso los exquisitos abriguitos de verano, una vez salgamos del templo podemos despojarnos de ellas y lucir nuestro atuendo, eso sí, no dejándolos muy lejos por si la celebración se alarga y necesitamos volver a cubrirnos con la caída del sol.
Os dejo una selección de trajes que os pueden servir como inspiración. Muy interesante ver cómo, Juanjo Oliva, para su línea See iou cuenta con la famosa instagramer, mayor de 50, Pilar Arce.
