Leire Galceran
Leire Galceran es redactora especializada en temas de tecnología y consumo.
… saber más sobre el autorEl año 2020 ha sido un año muy duro para todos nosotros. La pandemia de la Covid-19 y las medidas que se han tomado para intentar frenar los contagios, han dejado a nuestro país inmerso en una gran crisis sanitaria, económica y social. Muchas personas han perdido su trabajo o han tenido que cerrar sus propios negocios debido a la falta de ingresos. Esto ha obligado a muchas familias a pedir ayuda y recurrir a organizaciones como el Banco de Alimentos o la Cruz Roja por primera vez. De hecho, según Cruz Roja, debido a esta crisis, un 72% de las personas que han solicitado ayuda nunca lo habían hecho. Todo esto en medio de una grave situación sanitaria sin precedentes en nuestro país, con hospitales saturados y con miles de contagios y muertes diarias.
Con relación al tema económico, la pandemia ha sacado a la luz uno de los principales problemas de la sociedad española: la falta de concienciación sobre el ahorro. En nuestro país, en general, no hay cultura del ahorro. Y es que, aunque muchas veces es muy difícil poder ahorrar debido a los bajos salarios y elevados gastos, tampoco se piensa en el futuro y en la necesidad de tener una vejez digna. Por ello, hace años que apareció en el mercado la figura de los planes de pensiones, para ir ahorrando poco a poco y así, cuando llegue el momento de la jubilación, poder tener un pequeño colchón para complementar la pensión de jubilación que vayamos a cobrar. Además, el hecho de tener un plan de pensiones te permite disfrutar de ciertas ventajas fiscales.
Fotografía: Big Stock
En este sentido, muchas personas apostaban por abrir un plan de pensiones pensando en los beneficios que les podía aportar a corto plazo, más allá del ahorro a largo plazo. Y es que el hecho de hacer aportaciones al plan de pensiones suponía aplicar reducciones en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), con ciertas restricciones y también dependiendo de las comunidades. Así, el hecho de hacer aportaciones a nuestro plan de pensiones privado, en función del importe, hacía que, si nos tocaba pagar en la declaración de la renta de ese año, el importe que acabaríamos pagando fuese inferior e incluso nulo, por lo tanto, pagaríamos menos impuestos mientras estamos ahorrando.
No obstante, a partir de este año las condiciones para aportar a los planes de pensiones privados tendrán limitaciones. Así, si hasta ahora podíamos hacer una aportación máxima de 8.000 euros, ahora a aportación máxima pasará a ser de 2000 euros. Esto hace que, a partir de ahora, si queremos aprovechar las ventajas fiscales de este tipo de planes, sea recomendable ingresar mayores cantidades de dinero que en años anteriores.
Es importante recordar que estas aportaciones no tributan mientras se está ahorrando, pero en el momento en el que vayamos a retirar el dinero sí que estarán sujetas al pago del IRPF, por lo tanto, hay que planificar bien el desembolso del dinero.