La reforma del sistema de pensiones para hacerlo sostenible es una necesidad imperiosa, de forma que no se rompa el principio de solidaridad intergeneracional, avisan los expertos. Existe todo un abanico de propuestas, técnicas y políticas, para conseguir esa sostenibilidad, como ha puesto de manifiesto el webinar La sostenibilidad del sistema de pensiones ¿quo vadis?, celebrado recientemente por el Instituto Valenciano de investigación económica (IVIE @Ivie_news).
Uno de los ponentes en este webinar, el investigador del IVIE y coordinador técnico del Grupo de Investigación en Pensiones Públicas del Instituto de Actuarios Españoles, Enrique Devesa, considera por ejemplo que el sistema de pensiones contributivas (no incluidas las asistenciales y las no contributivas) debería ser autosuficiente y que recogiera sus fondos únicamente de las cotizaciones de las personas ocupadas.
Este experto en pensiones da asimismo la voz de alarma sobre la elevada deuda implícita del sistema de pensiones en España, que representa 3,6 veces el Producto Interior Bruto (PIB) del país según datos del INE, lo que "impediría poder transitar hacia un sistema de capitalización", como se ha hecho en otros países de nuestro entorno.
Junto a Elisa Chuliá, profesora de la UNED y miembro del Foro de Expertos del Instituto BBVA de Pensiones, Devesa reivindica una reforma urgente del sistema de pensiones que priorice los criterios de los expertos, sobre los que existe un amplio consenso, frente a los intereses políticos. Los dos expertos insisten en que la nueva reforma prevista por el Gobierno, pendiente del trámite parlamentario, no resuelve el grave problema de la sostenibilidad de las pensiones, especialmente, ante el aumento de gasto que se prevé en los próximos años derivado de la jubilación de los baby boomers y del aumento de la esperanza de vida.
Personas mayores en el metro de Madrid (Fotos, Europa Press)
Unas pocas cifras ilustran la magnitud del desafío. La población mayor de 64 años pasará a representar el 31,4% del total en el año 2050, frente al 19,6% de 2020. Por el contrario, la franja de personas en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) se reducirá del 64,8% que supone en 2020 a solo el 55,2% en 2050. A tenor de los datos que ofreció Chuliá, el aumento del gasto en pensiones sobre el PIB crecerá entre 4 y 6 puntos, lo que puede elevar su peso en el PIB hasta el 16% en 2050.
Hasta 2010 el sistema tenía superávit
El webinar organizado por el IVIE, moderado por Joaquín Maudos, director adjunto del instituto, ha analizado asimismo la evolución del sistema de pensiones, desde su creación en los años 60. Tal como destacó Elisa Chuliá durante su intervención, hasta 2010 el sistema tenía superávit, pero desde 2011 hay un déficit contributivo en el sistema.
Por su parte, Enrique Devesa desveló que el déficit contributivo acumulado entre 2009 y junio de 2021 ha alcanzado los 162.236 millones de euros, tras agotar incluso el fondo de reserva que se creó en los años de bonanza. En su opinión, “tenemos un problema de gasto, no tanto de ingresos, porque estos están siempre, desde finales de los años 90, próximos al 10% del PIB. Sin embargo, los gastos no siguen la evolución del ciclo económico porque dependen de cuánta gente se jubile y actualmente alcanzan el 13% del PIB”.
Rechazo a la revalorización con el IPC
Enrique Devesa, experto en pensiones.
El investigador del IVIE ha insistido en que es preciso controlar el gasto y para ello, rechaza la revalorización con el IPC que propone la nueva reforma de las pensiones que plantea el Gobierno. Devesa propone recurrir a un sistema de cuentas nocionales, que seguiría siendo de reparto y donde las cotizaciones de cada afiliado se acumularían en una cuenta virtual. El cálculo de la pensión se haría en función del fondo acumulado y de la esperanza de vida en el momento de su jubilación. Con este sistema no haría falta definir una edad ordinaria de jubilación, ni un porcentaje por años cotizados, ni penalizaciones por anticipar la edad de jubilación.
Por último, tanto Devesa como Chuliá resaltan la necesidad de plantear una campaña informativa para explicar a la ciudanía cómo funciona el sistema de pensiones y lo que está logrando, ya que es mucho más generoso de lo que piensa la opinión pública. Para Elisa Chuliá “no hay duda del rendimiento social del sistema de pensiones, con una pensión media contributiva que ha aumentado ostensiblemente desde los años 90, con una tasa de variación anual cercana al 2% de crecimiento, incluso en los momentos de crisis económica. Sin embargo, el grado de satisfacción que muestran los ciudadanos respecto a la gestión de las pensiones no ha dejado de caer desde 1995, cuando se establece el Pacto de Toledo entre las fuerzas políticas, y especialmente, a partir de 2009”.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).