Miles de británicos, en vilo, ante la posibilidad real de perder sus ahorros para su jubilación. Los fondos de pensiones británicos se han visto de la noche a la mañana al borde de la quiebra. El anuncio de rebaja de impuestos por parte de la nueva primera ministra británica, Liz Truss, ha desatado una crisis financiera con consecuencias imprevisibles, que ya ha obligado a al Banco de Inglaterra a intervenir en los mercados para evitar la quiebra de los fondos de pensiones, a Truss a dar marcha atrás a su plan y a destituir a su ministro de Economía. Todo el gobierno británico se tambalea.
El origen del problema
Los denominados Planes de Pensiones con Prestación Definida (Defined Benefit Pension Schemes) aseguran una retribución anual fija acorde con el salario medio de los últimos años. La mayor parte del patrimonio de los fondos de pensiones del Reino Unido está invertido en deuda pública británica, una de las inversiones más seguras y estables.
Estos fondos contratan una especie de seguros para garantizar que los jubilados británicos no pierdan sus ahorros si la economía se tuerce y se deprecian los bonos en los que invierten. Lo que compran, en realidad, se trata de un producto derivado, denominado LDI (Liability Driven Investment). Son derivados sobre tipos de interés, con los que muchos fondos de pensiones buscan equilibrar la diferencia entre sus activos y el cumplimiento de los pagos a sus clientes. Funcionan frente a las fluctuaciones normales del mercado. El precio de esos LDI depende del precio de la deuda soberana a la que cubren. Si sube el interés de la deuda soberana, también sube el precio de estos derivados.
La tormenta perfecta
Cuando el Gobierno recién estrenado de Liss Truss anunciaba su plan fiscal que contemplaba rebaja de impuestos a los más ricos y ayudas directas a hogares y empresa para hacer frente a las facturas de gas y electricidad, el efecto en los mercados fue inmediato. Este plan suponía un fuerte incremento de la deuda pública, de manera que la libra se desplomó y los bonos a largo plazo dispararon su rendimiento y bajaban su precio. Cabe recordar que, en los títulos de renta fija, cuando sube el tipo de interés, el precio del propio bono cae.
Inmediatamente, los LDI o esos productos derivados que contratan los fondos de pensiones se encarecen. Hasta tal punto que, para pagarlos, los fondos se vieron obligados a vender parte de su patrimonio, para obtener liquidez. Y su patrimonio es fundamentalmente deuda pública. La tormenta perfecta: para pagar la cobertura de la deuda, cuyo precio está subiendo, hay que vender la propia deuda, cuyo precio está bajando, y nadie la quiere comprar. Y ese intento por vender deuda de forma acelerada, provoca un mayor desplome de sus precios, y éste, al tiempo, un encarecimiento de los LDI. En definitiva, un círculo vicioso que les habría abocado a la quiebra de no intervenir el Banco de Inglaterra.
Al borde de la quiebra
El banco de Inglaterra se ha visto obligado a intervenir para frenar una debacle que ha puesto en jaque, y al borde de la quiebra a los fondos de pensiones británicos. Ha comprado bonos del Tesoro británico de forma ilimitada.
El Banco de Inglaterra reconocía en un comunicado que los fondos de pensiones eran incapaces de deshacerse de unos bonos que debían vender desesperadamente para obtener liquidez. El propio vicegobernador de la institución, Jon Cunliffe, reconocía que, de no haber intervenido, los fondos que manejan el ahorro de los pensionistas “se habrían encontrado con un valor neto negativo de sus activos”. En otras palabras, habrían quebrado.
“El Banco de Inglaterra reconoce que varios fondos de pensiones estaban al borde del caos y que por eso intervino comprando bonos. No me ha dejado el comentario muy tranquilo, pues muestra que como siga la caída de los bonos globales se puede montar el lío con los fondos de pensiones y aseguradoras”, asegura el analista financiero José Luis Cárpatos, Director de inversiones de EAFI Gloversia y director de Serenity Markets. “Lo que está pasando con los bonos solo se ha visto en 1721, 1865 y 1920. Es demoledor, podemos hablar sin duda del año más difícil en los mercados al combinarse la caída de bonos y bolsa de toda una generación. Una cartera 60/40 tiene la mayor pérdida en 100 años”, añade Cárpatos.
El sistema de pensiones británico
Desde el año 2012, en Reino Unido existe un sistema de afiliación automática a planes de pensiones de empresa (el denominado ‘automatic enrolment’) para todos los trabajadores. Los fondos de pensiones tienen tanta importancia en el Reino Unido, que manejan activos por valor de casi dos veces el PIB de España.
Ese denominado ‘automatic enrolment’, o el hecho de que el trabajador se ve automáticamente adsccrito a un plan de empleo en la empresa en el mismo momento de su contratación, a menos que lo rechace expresamente, era un modelo a seguir para muchas economías. También en España. Ahora, la gestión privada de esos planes de pensiones, las dudas acerca de sus estrategias y si están asumiendo más riesgo del que aseguran, podrían suponer un riesgo sobre este modelo.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.