En España, la edad legal ordinaria de jubilación en 2023 son los 66 años y cuatro meses, para quienes acrediten menos de 37 años y nueve meses de cotizaciones a la Seguridad Social, aunque podrán jubilarse a los 65 años quienes tengan más de ese periodo cotizado. Sin embargo, la edad legal es siempre más alta que la real, puesto que la Ley permite la jubilación anticipada voluntaria (desde los 63 años) y la involuntaria o forzosa (desde los 61 años).
La edad real de jubilación se calcula teniendo en cuenta la de los trabajadores que se jubilan a la edad legal vigente, la de quienes retrasan su retiro y la de aquellos que se jubilan anticipadamente. Teniendo en cuenta estas variables, la edad media de los nuevos jubilados es 64,8 años (a fecha 31 de julio de 2022), según el Informe económico-financiero a los Presupuestos de la Seguridad Social de 2023, que confirma la tendencia de los españoles a retrasar su jubilación, tras la entrada en vigor de la Ley de reforma de las pensiones de 2021. Más en detalle: la edad real de retiro en 2022 subió el 0,248% frente a 2021, mientras que en 2021 respecto a 2020 solo había aumentado el 0,124%.
Fuente: Presupuestos del Estado 2023
Y las que más prolongan el momento de su jubilación son las mujeres, tal como reflejan las estadísticas de género de la Seguridad Social."Las mujeres registran una edad media de jubilación algo superior a la de los hombres", reconoce el ministerio, que dirige José Luis Escrivá.
Fuente: Presupuestos del Estado 2023
Los datos recogidos en los PGE de 2023 constatan la existencia de una importante brecha de género en pensiones, ya que las mujeres se ven obligadas a retirarse a mayor edad, por dos razones fundamentales: la brecha salarial que padecen durante toda su vida, y sus historiales de cotización, más irregulares, por culpa de los mayores parones que realizan a consecuencia de la maternidad o por el cuidado de hijos y de personas mayores.
Según las estadísticas oficiales, las mujeres se jubilan con más de 65 años (en detalle, 65,27 años), frente a los 64,5 de los hombres (ver tabla superior), lo que supone que dilatan su retiro en cerca de un año.Esta importante brecha de género no es una excepción puntual que se haya producido en 2022, sino una tendencia consolidada. Así, las mujeres llevan jubilándose con 65 años o más desde 2020, mientras que los hombres ni siquiera llegan a los 64,5 años. De hecho, la edad actual de jubilación de los hombres es la que registraban las mujeres en 2013: hace nueve años, ellas se retiraban a los 64,56 años, mientras ellos se jubilaban a los 64,1 años.
Pensión más baja y complemento de mínimos
Esta brecha de edad no es la única que sufren las mujeres en pensiones, ya que cuando al fin se jubilan, cobran pensiones mucho más reducidas que los hombres, precisamente por esas peores e irregulares carreras de cotización que arrastran durante su vida profesional.
Al verse obligadas a interrumpir o pausar su carrera con bastante más frecuencia que el hombre, la mujer cobra pensiones más bajas y necesita el complemento a mínimos en mucha mayor proporción. Esta especie de plus lo añade la Seguridad Social de oficio, siempre que la cuantía generada por las cotizaciones de la persona no llega a un importe mínimo de pensión, para evitar que la prestación final a cobrar sea inferior a lo que se entiende por umbral de pobreza.
Fuente: Seguridad Social
Tal como constatan las estadísticas del gasto en pensiones correspondientes a diciembre de 2022, existe un total de 2.245.033 pensiones en vigor complementadas, las más numerosas de las cuales son las de jubilación: 1,019 millones de estas pagas precisa el plus para no caer en la pobreza.
Los datos de la Seguridad Social reflejan asimismo que el 28,6% de las pensiones de las mujeres llevan el complemento de mínimos, frente a solo el 16,10% de los hombres que precisan ayuda en su pensión (ver gráfico superior). La precariedad en la jubilación afecta, por tanto, en mucha mayor medida a las mujeres.
Freno a las nuevas jubilaciones de mujeres y hombres
Las sucesivas reformas de las pensiones desde 2011 están frenando el ritmo de las nuevas jubilaciones, que es precisamente uno de los objetivos que persiguen todas ellas, junto con el retraso de la edad del retiro, para así aliviar la presión del gasto con la inminente y masiva jubilación del baby boom.
La reforma del sistema de la Seguridad Social contemplado en la Ley 27/2011 afectó fundamentalmente a las pensiones de jubilación: la edad ordinaria de retiro dejó de ser única, se modificó el sistema de cálculo de la prestación, se introdujo la voluntariedad para anticipar la edad de jubilación, se modificó la edad y los requisitos para acceder a la parcial y se habilitaron nuevas fórmulas de compatibilizar la pensión con el trabajo.
Fuente: Presupuestos del Estado 2023 (Pinchar en imagen para tamaño completo)
En los años recientes, la pandemia del COVID ha sido determinante en la evolución de las nuevas altas de jubilación. En 2020 se produjo un descenso en el número de altas del -5,7% respecto del año anterior, que afectó a todas las modalidades, excepto a la jubilación anticipada voluntaria (subió el 15,4%). En estas cifras influyó la crisis sanitaria, que limitó la movilidad, obligó a cerrar las oficinas de la Seguridad Social y saturó la sede electrónica de la Seguridad Social en momentos puntuales.
La recuperación paulatina de la normalidad tras la emergencia sanitaria se puso de manifiesto en el incremento en el número de altas de 2021 sobre 2020, el 10,6%. Este crecimiento se notó en todas las modalidades, excepto a la jubilación anticipada no voluntaria, según se detalla en el Informe económico-financiero a los Presupuestos de la Seguridad Social del presente año.
Sin embargo, en el periodo de julio de 2021 a julio de 2022, el número de altas totales se ha reducido un -2,58% por las modalidades de jubilación anticipada, porque se han producido incrementos positivos en la demorada y la parcial debido al efecto de las modificaciones introducidas por la Ley 21/2021 de 28 de diciembre.
Sobre el autor:
Pepa Montero
Pepa Montero es redactora especializada en temas de economía. Ha trabajado en medios como El Economista y La Gaceta de los Negocios. Es autora del libro de relatos La casa de las palmeras (Azul como la Naranja, 2013).