Los sensores que registran los patrones de movimiento podrían ser de gran utilidad para detectar problemas de salud en personas mayores, como la depresión, el riesgo de caídas o el deterioro cognitivo, antes de que se produzcan. Así lo han demostrado investigadores de la Universidad de Berna y el Hospital Universitario de Berna, en Suiza, que consideran que este tipo de sistemas podrían ayudar a este grupo de personas a vivir una vida independiente en sus hogares durante más tiempo y aliviar la presión del sistema de salud.
Para el estudio, publicado en la revista Nature, se utilizó una variedad de patrones de actividad y comportamiento cotidianos, que se midieron a través de sensores colocados en los hogares de los participantes. "Usamos sensores sin contacto en el hogar para crear una amplia colección de medidas digitales que capturan amplias partes de la vida diaria, el comportamiento y la fisiología, con el fin de identificar los riesgos para la salud de las personas mayores en una etapa temprana", explicaba el Dr. Narayan Schütz, primer autor del estudio y posdoctorado.
De esta forma, es posible detectar cambios específicos en los patrones de movimiento de la persona, que pueden indicar a su vez diferentes problemas de salud, como por ejemplo la disminución de la fuerza, relacionada con el riesgo de caídas; pero también enfermedades como depresión, el deterioro cognitivo leve, problemas para dormir o respiratorios, arritmias cardíacas o incluso un empeoramiento del estado de salud de alguien infectado por Covid-19. Pero también enfermedades crónicas como la demencia, párkinson o enfermedades del corazón.
Los investigadores señalan que estas enfermedades relacionadas con la edad normalmente se suelen detectar tarde y su progresión es difícil de evaluar objetivamente. Sin embargo, con un sistema de sensores se podrían detectar de forma temprana, fomentando a su vez el desarrollo de tratamientos personalizados y la investigación de nuevos enfoques terapéuticos y farmacológicos.
Hito en la detección temprana del empeoramiento de la salud de los mayores
A lo largo del estudio, los investigadores recopilaron 1.268 parámetros de salud utilizando estos sensores sin interacción, instalados en todas las habitaciones de la casa, incluso debajo de la cama, en las puertas y en el frigorífico. De esta forma, el sistema puede analizar las señales de movimiento e informar a los familiares o a emergencias en caso de problemas.
"Pudimos demostrar que un enfoque de sistemas de este tipo, en contraste con el uso común de algunas métricas de salud, permite detectar problemas de salud relevantes para la edad, como deterioro cognitivo, riesgo de caídas o fragilidad, sorprendentemente bien", explicaba Tobias Nef, profesor de Gerontecnología y Rehabilitación del Centro ARTORG y co-último autor del estudio.
En cuanto a la privacidad, aseguran que está garantizada, así como la protección de datos, ya que los sensores no graban ni sonido ni vídeo. Así, la protección de datos y la seguridad se combinan en un sistema que puede ofrecer un gran potencial para identificar incluso posibles biomarcadores digitales relevantes para el envejecimiento, según destacaba Tobias Nef: "Por ejemplo, encontramos indicaciones de que el riesgo de caídas podría depender significativamente de ciertos parámetros del sueño".
"Este sistema marca un hito en la detección temprana del empeoramiento de la salud de las personas mayores que viven solas", concluía el profesor Hugo Saner, responsable de la recopilación de datos clínicos y coautor del estudio,
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.