Con la llegada del frío, serán muchos los españoles que ya han empezado a poner la calefacción en sus casas y con ello las dudas sobre cuáles deben ser las pautas que permitan mantener el confort térmico, pero además, no se pague de más en la factura.
Para calcular la temperatura ideal a la que poner la calefacción, hay que tener en cuenta el lugar donde vivimos, la humedad ambiental o el tiempo que vamos a pasar en su interior. Además, aspectos como la edad o el estado de salud de los habitantes, también pueden condicionar esta temperatura.
¿Cuál es la temperatura ideal?
Así, aunque la temperatura perfecta depende de la persona, por lo general se podría considerar que oscila entre los 20 y 21 grados centígrados, segúnlas recomendaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Para dormir, se recomienda bajar algunos grados la calefacción, hasta los 15 y 17 grados centígrados. Y es que los expertos estiman que bajar solo un grado la calefacción puede suponer un gran ahorro.
La Organización Mundial de la Salud especifica que para los grupos de habitantes más vulnerables, incluidas las personas mayores, los niños y las personas con enfermedades crónicas, la temperatura mínima interior debe ser superior a 18 °C.
¿Por qué no debemos subir y bajar la calefacción con mucha frecuencia?
Subir o bajar de esta temperatura considerada la ideal podría conllevar no solo que estemos más incómodos, sino que la factura se encarezca.
Si la temperatura perfecta durante el día está entre los 19 y los 21 grados, subir la calefacción más de 23 grados centígrados provocaría que el aire se recalentara, y que a su vez nos empiece a molestar el calor. A esto hay que añadirle que por cada grado que subimos, se reflejará en la factura. Cada grado que subimos la temperatura, conlleva un 7% de encarecimiento del recibo de la luz, según indica Endesa.
Lo mismo ocurre si bajamos la temperatura de los 15 grados recomendados durante la noche, porque perderemos esa zona de confort y, al tratar de recuperarla de nuevo subiendo la temperatura, supondrá también aumento en la factura. En este sentido, los termostatos, especialmente los inteligentes, serán nuestro mayor aliado para gestionar correctamente la calefacción, ya que podremos conocer en todo momento la temperatura exacta de la habitación para así poder mantenerla dentro de los márgenes recomendados.
Otros trucos para ahorrar
También existen muchos consejos prácticos que pueden ayudar a ahorrar en la factura.
Purgar los radiadores: a menudo, la concentración de burbujas de aire puede provocar que el calor fluya al máximo de sus posibilidades
Ventilar la casa cuando más calor hace fuera: el mediodía es el tramo del día con un temperatura más elevada dentro de casa
Bajar las persianas: cuando más frío hace fuera lo mejor esbajar las persianas para facilitar un doble aislamiento
No cubras los radiadores: estarás formando una barrera térmica y los radiadores tendrán que trabajar más para llegar a calentar el aire de la casa
Cerrar habitaciones en las que no estamos y quitar a calefacción: esto permitirá que ahorremos la energía necesaria para calentar esa estancia
Aísla puertas y ventanas: Poner burletes, alfombras o esterillas en el hueco entre la puerta y el suelo es una acción recomendable. En el caso de las ventanas, si son de doble cristal, la pérdida de energía se puede reducir hasta un 50%.
Cambia tu caldera por una de bajo consumo: son equipos más eficientes y, por tanto, son capaces de generar la misma energía consumiendo menos gas. Por otro lado, es importante prestar atención a la revisión periódica de la caldera para conocer su estado y comprobar su correcto funcionamiento.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.