Los ministros de Energía y Clima de la Unión Europea han alcanzado por fin esta semana en Luxemburgo un acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico – que es su novena propuesta– para que los precios de la electricidad dependan menos de la volatilidad de los combustibles fósiles y que ha cosechado el respaldo casi unánime de los Veintisiete, con la única excepción de Hungría.
Ahora que los Veintisiete han fijado su posición tras superar las reticencias de Francia y Alemania, el Consejo está listo para iniciar negociaciones con el Parlamento Europeo y acordar el texto final de la reforma, unas conversaciones que según ha confirmado en rueda de prensa la propia ministra Teresa Ribera –encargada de la reunión bajo la presidencia temporal de España de la Unión Europea– comenzarán este jueves. Pero, ¿en qué consiste esta reforma? ¿Cómo afectará a la fijación de precios y a los consumidores finales?
¿Cuál es el objetivo de le reforma?
La reforma, que lleva meses discutiéndose sin lograr hasta ahora un acuerdo, pretende sobre el papel "reducir la dependencia de los precios de la electricidad de la volatilidad de los combustibles fósiles, proteger a los consumidores de los aumentos de precios, mejorar su protección y acelerar las inversiones en energías renovables".
Mecanismos de estabilidad de precios
Para estabilizar el mercado de la electricidad, la reforma impulsa dos instrumentos: los acuerdos bilaterales de compra de energía a largo plazo (power purchase agreements, PPA) y los contratos por diferencia (CfD) bidireccionales. Fuentes comunitarias han informado a Europa Press de que la propuesta ha permitido, por un lado, los contratos por diferencia para las instalaciones existentes en caso de inversiones para aumentar su capacidad o repotenciarlas y, por otro, garantizar la evaluación de la Comisión con arreglo a la legislación sobre ayudas estatales y velar por cualquier distorsión de la competencia.
Los Veintisiete han acordado que los contratos bidireccionales por diferencia sean el modelo obligatorio utilizado cuando se trate de financiación pública en contratos a largo plazo y se aplicarán a las inversiones en nuevas instalaciones de generación de energía basadas en la energía eólica, la energía solar, la energía geotérmica, la energía hidroeléctrica y la energía nuclear, lo que proporcionaría "previsibilidad y certidumbre". Al mismo tiempo, los ingresos derivados de estos contratos se redistribuirían a los clientes finales o a posibles reinversiones.
¿Qué significa esto?
Esto significa que "todos los regímenes de apoyo de precios para activos, ya sean nuevos o existentes, van a tener que atenerse a un diseño claro", ha explicado la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, quien ha celebrado el acuerdo sobre una reforma que hará que el mercado sea "más predecible" para el sector eléctrico y, en consecuencia, ofrezca "mayores beneficios" y abra espacio para las tecnologías limpias. "Es un gran paso adelante y funciona para los Veintisiete", ha apostillado.
La propuesta forma parte de una reforma más amplia del diseño del mercado de la electricidad de la UE, que también incluye un reglamento centrado en mejorar la protección contra la manipulación del mercado mediante una mejor supervisión y transparencia (REMIT), que los Veintisiete acordaron en junio.
Precios de energía asequibles durante una crisis
En su última propuesta, los estados miembros han reforzado el papel del Consejo a la hora de declarar una crisis temporal del precio de la electricidad a nivel regional o en toda la Unión. También han modificado las condiciones para declarar una crisis de precios de la electricidad, de modo que se pueda declarar una crisis cuando se espera que los precios promedio mayoristas de la electricidad muy altos duren al menos seis meses, y se espera que los fuertes aumentos de los precios minoristas de la electricidad continúen durante al menos tres meses, según figura en el acuerdo.
La reforma añade además una opción temporal para aplicar precios regulados, incluso por debajo del costo, a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) en tiempos de crisis. De esta mera, los veintisiete han acordado que los Estados miembros podrán aplicar un límite a los ingresos excesivos de mercado de la electricidad producida por generadores con costes marginales más bajos, como las energías renovables, la energía nuclear y el lignito ('generadores inframarginales') hasta el 30 de junio de 2024, sujeto a las mismas condiciones que la emergencia.
Mayor protección al consumidor vulnerable
El acuerdo prevé además la protección de consumidores vulnerables ante cortes de electricidad a través de distribuidoras de último recurso. También que todos los consumidores puedan acceder a esquemas de autoconsumo, y que aquellos agentes de una comunidad de autoconsumo compartido puedan acceder a todos los derechos de los consumidores.
No obstante, un aspecto importante del acuerdo y que afectará a los consumidores es que la mayoría de los socios han considerado garantizado que el apoyo público que cada países dé a sus fuentes de generación de energía no redundará en un abaratamiento del precio de luz que distorsione la competencia en otros Estados miembros, en el marco de un proteccionismo creciente en algunos países fuera de la UE, por lo que los expertos señalan que los cambios para los consumidores, serán limitados.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.