Comprar un coche de segundo mano es una opción a tener en cuenta si estamos pensando en adquirir o cambiar nuestro actual vehículo, ya que nos permitirá ahorrar algo de dinero en la compra frente a otros modelos recién salidos del concesionario. Sin embargo, aunque esta puede ser una buena solución, es importante conocer todos los pasos a dar para adquirir uno que se encuentre en buenas condiciones para no llevarnos sorpresas indeseadas más adelante.
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2022 se vendieron 1.885.553 vehículos de ocasión en España, de los cuales, la mitad fueron a través de acuerdos entre particulares.
A la hora de comprar un vehículo de segunda mano, no solo hay que tener en cuenta algunos aspectos para evitar ser estafaos, también es recomendable tener presente nuestras necesidades y expectativas, es decir, el uso que tenemos pensado darle al vehículo para así encontrar el adecuado.
Calcular los costes y comprobar el estado del coche
Lo primero será calcular los costes, según indica la DGT (@DGTes) en su página web, sobre todo si se trata de un coche con varios años de antigüedad, ya que los costes de mantenimiento, como un cambio de la correa de distribución, podrían ser elevados. También deberemos tener en cuenta los gastos de tramitación (impuestos y tasas) y los gastos para asegurar el vehículo.
Llega entonces el momento de revisar el estado del vehículo antes de comprarlo, del exterior como del interior, así como la mecánica en un taller para comprobar el estado de las piezas de desgaste y las posibles averías que pueda haber. De esta forma, nos aseguraremos de que el coche está en buenas condiciones de uso. "En caso de detectarse una avería, se debe tener en cuenta el coste y el tiempo de reparación al negociar las condiciones", señalan.
Lo primero que podemos hacer es una inspección visual del vehículo por fuera, para ver si hay alguna mancha de óxido, abolladuras o golpes importantes de chapa, así como comprobar las tolerancias, es decir, el espacio entre las puertas o el capó respecto a la estructura de la carrocería, lo que nos indicará si ha habido algún accidente importante que haya afectado al chasis.
En lo que se refiere al interior del vehículo, lo ideal es verificar el estado de la tapicería, la palanca de cambios, los interruptores (los testigos de avería deben apagarse unos segundos después de poner el contacto), el volante (muévelo para comprobar que no tiene holguras), el salpicadero, los anclajes y los cinturones (tira de ellos cuando estén en su cierre para comprobar su holgura), principalmente, ya que es lo que asegurará la comodidad y la seguridad de los ocupantes del coche.
Por otra parte, es recomendable abrir y cerrar todas las puertas, el capó delantero y el maletero para estar seguros de que se ajustan bien, así como inspeccionar las juntas de goma de las puertas, ventanas y cristales, para ver que no haya picaduras. También podemos probar el vehículo en marcha para detectar posibles anomalías, ruidos o vibraciones.
Respecto a la parte mecánica, es importante llevar el coche a un taller para que revisen algunos puntos y así estar seguros de que se encuentra en condiciones apropiadas para circular, como son: el motor, la correa de distribución, los amortiguadores, los neumáticos y los frenos.
Por otra parte, los kilómetros recorridos es uno de los aspectos que más en cuenta tenemos a la hora de comprar un vehículo de segunda mano. El cuentakilómetros será la principal referencia, sin embargo, "puede no ser fiable", señalan, ya que se puede llegar a manipular, "incluso a pesar del control que suponen las ITV". Así, aunque se suele valorar positivamente que el coche tenga pocos kilómetros, una cifra muy inferior a los 15.000 kilómetros anuales puede ser señal de alerta.
Desde el blog de MAPFRE (@MAPFRE.ES) coinciden en este punto, ya que mantener un vehículo parado durante largos periodos de tiempo puede acabar dañando la batería, estancando los líquidos del motor, deformando los neumáticos, o generando puntos de óxido en el motor y otros sistemas, explican. Así, un vehículo con mayor rodaje y un mantenimiento correcto es probable que dé mejores resultados que uno que lleve aparcado mucho tiempo.
Cambiar la titularidad
No podemos olvidarnos de la situación legal del vehículo, es decir, asegurarnos de que la documentación y las revisiones están al día y conocer la garantía, si la tuviese.
Así, deberemos asegurarnos de que el permiso de circulación y la tarjeta ITV o la ficha técnica están en regla, comprobar el libro de mantenimiento del vehículo para saber si se han realizado las revisiones correspondientes en función de los kilómetros recorridos y el tiempo del vehículo, y revisar si el coche aún tienen garantía del fabricante y sus condiciones.
En este sentido, la DGT recordaba recientemente un punto importante que tiene que ver con la titularidad del vehículo. "Si eres comprador de un vehículo usado, tienes 30 días desde la firma del contrato para cambiar la titularidad del mismo. Una vez hecho, se expedirá nuevo permiso de circulación solo válido si posee la ITV en vigor", explicaban. Este trámite tiene un coste de 27,85 euros para compras de ciclomotores y de 55,70 euros para el resto de vehículos.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.