El radar Velolaser de la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha ganado el adjetivo de invisible porque, a pesar de estar por todas partes, es muy difícil de percibir.
Estos pequeños aparatos móviles, que apenas miden medio metro y pesan dos kilos, se suelen colocar en carreteras convencionales, donde el máximo de velocidad son de 90 km/hen las vías con un carril por sentido, y en las que tienen más de un carril y no se puede circular a más de 100 km/h.
Estos radares pueden operar colocados sobre un vehículo (en el salpicadero de un coche o en el asiento de una moto) o en un trípode. Además, la DGT suele situarlos en pórticos, o guardarraíles, donde son prácticamente imperceptibles, porque además no tienen por qué estar señalizados.
Otra de sus características es que su batería dura casi cinco horas y se pueden controlar por wifi.
En España hay unas 60 unidades repartidas a lo largo del territorio nacional desde que se comenzaron a probar en 2018, y actualmente funcionan en algunos tramos de la A-6 de A Coruña, la A-5 de Madrid o en Sant Boi de Llobregat (Barcelona). No obstante, al tratarse de radares móviles, hay que tener presente que su ubicación puede cambiar.
Detectan de manera más precisa el exceso de velocidad
La diferencia entre estos radares y otros, es que trabajan con los cambios de frecuencia que sufren las ondas sonoras según la fuente de emisión y el receptor se alejan o acercan. En otras palabras, estos aparatos son capaces de detectar de manera más precisa el exceso de velocidad, gracias también a la tecnología láser.
Su margen de error es de 5 kilómetros en las zonas en las que hay que circular a no más de 100 km/h, menor que el de los cinemómetros fijos y móviles, que es de 7 kilómetros. En el caso de los helicópteros y radares de tramo, el margen es del 10% de la velocidad.
Cuando detectan que un conductor ha traspasado el límite de velocidad, mandan de forma inmediata toda la información, incluida una fotografía al dispositivo más cercano de los agentes de Tráfico, que se encargan de redactar e interponer la sanción.
Estos nuevos radares, al igual que el resto, están distribuidos por toda España, aunque de manera muy desigual. Madrid, Sevilla, Baleares y Alicante, son las que más tienen. Mientras que Soria, Ávila y Santa Cruz de Tenerife son las que menos radares tienen.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.